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Il Carretanagua

Il Carretanagua passa nelle notti buie per le vie delle città del  Nicaragua, per seminare terrore tra le persone. I vicini non possono vedere questo fantasma terribile, ma riescono ha sentire il suo passaggio infernale per le vie  antiche della città. La gente dice che quando il carro raggiunge gli angoli svanisce, il carro non attraversa gli angoli, ma riappare lentamente annunciando la morte certa della gente nella strada sottostante. I coraggiosi  che hanno osato spiare nel suo cammino, dal buio delle ombre, raccontano storie dell’orrore. Sopstengono che è guidato dalla  Morte Quirina. Altri dicono che è condotto da un paio di buoi  magri e vecchi. Cercherà tra le vittime eternamente perduta, anime di persone che godono facendo del male ai loro vicini del quartiere con il suo intento di seminare maledizioni e vendette. I cani e le persone che hanno il coraggio di guardare quel carro dell’inferno, hanno tanta paura di ammalarsi e contagiati  e colpiti da febbre, al

La Mica Bruja de la montaña

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Acérquese un poco, Don Pascual, acérquese, así le voy contando y mientras tanto usted va sintiendo cómo se le quita el frío. Le digo: Que yo recuerde, que yo haya oído, de lo que usted me pregunta mucha gente habla. Mire, dicen que ella era una mujer que se había hecho rica de la noche a la mañana. Y eso siempre levanta habladurías. Así es la vida, pués. Un vecino de ella, una noche vió que un ganado se iba para la casa de la mujer. A la noche siguiente, un poco antes de medianoche el hombre, entre intrigado y curioso, se acercó a la casa de la vecina y óigame bien qué fue lo que vió: La mujer estaba rezando el Padre Nuestro al revés. Dió tres vueltas hacia atrás y dijo: Abajo carne. Abajo carne Abajo carne ¡Y Toda su carne se cayó al suelo!. ¡Quedó sólo su esqueleto! y de repente, ¡se transformó en mona! Después, salió a hacer su correrías, a robar a sus vecinos, pués. Cuando regresó con lo robado, se fue al mismo lugar, rezó el Padre Nuestro al derecho, dió tres maza

Los misterios del Musún

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     "Entre los guardaparques del Musún, podrá encontrarse con Miguel del Socorro Jarquín Artola, un espigado joven de tez morena y complexión delgada, quien cuenta fantásticas anécdotas surgidas de la Reserva Natural, donde nació y creció como un nato depredador de la fauna, hasta que se convirtió en uno de sus más asiduos protectores.       (...) Una vez, en ese cerro, andábamos con mi papá, uno de mis hermanos y dos tíos, y llevábamos un montón de perros. Íbamos a cazar zahínos, cusucos, guardatinajas o lo que encontráramos. Era de tarde, en un invierno, dice Socorro.       Como es característico durante el invierno, la densa neblina cubría las montañas. Socorro y su padre del mismo nombre, junto a su hermano Francisco y sus tíos Ubencio Martínez y Facundo Guzmán, continuaban buscando animales para cazarlos.       El joven guardaparques añade: Seguíamos en el cerro y de pronto: ‘pá, miramos que se despejó el lugar. Se levantó la nube y quedó despejado. Entonc

El Muñeco y el Bomaco, animalitos en mi recuerdo

Escrito por Alcides Rojas Chavarría (n. en Managua, 1966)      En casa de mi abuelita Yeyita (q.e.p.d.), donde viví después del terremoto que destruy ó Managua un 23 de diciembre de 1972, hubieron dos mascotas que forman parte del saco de recuerdos gratos que acumul ó de mis años maravillosos de niñez. Fueron dos animales emblemáticos, el uno era un gato llamado “Muñeco” y el otro un perro conocido como “Bomaco”.      “Muñeco” fue un gato de color blanco, pero un blanco perfecto, sin ninguna mancha, sus ojos eran casi rojizos y tenía una cola hermosísima. Era de tamaño tan grande que parecía un gato montés. Con esto quiero dejar claro que "no era cualquier gato", de verdad que era un gato especial.  Era un cazador nato, pero no solamente de ratas y ratones, era capaz de cobrar mejores piezas de caza como garrobos negros, iguanas verdes y conejos de monte. Por lo general, siempre cazaba garrobos subiendo a un árbol de mamón enorme, un 'palencón&

Días de diciembre, días de navidad

En esta navidad, llena de hermandad Quiero compartir con ustedes pensamientos de felicidad. Estos días me traen imágenes del pasado, En mi niñez veo triquitracas, bombas y algún cachiflín carbonizado, Que fueran quemados por algún despistado niño de mi poblado, Que  encendiera la mecha cuando pasaba don  Inocencio vado, Para nosotros esas travesuras nos causaban risa, Sin entender a esa edad, que eso luego nos traerían momentos de prisa, Cuando la vida nos enseñara, que cada acción no se borra como tiza. Los años pasan volando, por ello las ideas en mi mente vienen entrando. Una vez me regalaron un tambor,   pero pronto lo rompí con un tenedor, Al año siguiente me dieron una bola de hule, era roja y estrellada, También pronto fue desollada, Ah! pero cuando me trajeron aquel robot, Me sentí como aquel actor del espacio, el Sr. Spot. Lo acaricié, lo admiré y en la noche lo guardé, Pasaron los días, dejó de moverse, y por eso me intrigué, A

"Las Patronas" - historia de unas valientes mariposas

       Esta es una historia sencilla de mujeres con un gran corazón.  Tan grande que en él caben miles de indocumentados hambrientos y sedientos que cruzan todos los días las vías del poblado donde ellas viven.  Como un gesto de humanidad y amor al prójimo, ellas les ofrecen un poquito de esperanza a esos seres humanos que como única maleta llevan un futuro incierto, la carga de la soledad y el miedo.  Por eso quise escribir acerca de "Las Patronas", porque el tema me toca como estoy segura que lo tocará a Ud también al conocer su historia.      "En un punto de Veracruz, los inmigrantes centroamericanos encuentran una pequeña esperanza:  Las Patronas, unas mujeres valientes mexicanas, les aguardan al pie de las vías para entregarles comida y bebida, tren en marcha, día a día durante los últimos 15 años.  Este es el argumento del corto "El Tren de las Moscas" de Nieves Prieto Tassier  y Fernando Lópes Castillo. " El Tren de las Moscas (presione para

El Judío Errante

Escrito por Luis José Castro Jeréz      En los campos de Nicaragua se acostumbraba tiempo atrás después de comer el día Viernes de la Semana Santa la típica "sardina picante del Indio Moctezuma" con arroz, frijoles fritos y plátanos cocidos, o una olorosa tortilla de maíz recién sacada del comal, disfrutar de una rica jícara de tiste acompañada de la clásica almíbar "semanasantera" preparada a base de mangos, jocotes güaturcos, trozos de papaya, marañones, canela y clavos de olor acaramelados con varias tapas de dulce de caña, sentarse todo el mundo a esperar a partir de las tres de la tarde el clásico "cordonazo" de la furia del Cielo con relámpagos y truenos al momento de expirar Jesús en la Cruz en el Calvario y otear el camino para ver pasar la figura del Judío Errante; aquel zapatero sin corazón que una tarde le negó a Jesús una silla en su taller para reposar su cansada anatomía y que por eso fue condenado a vivir recorriendo errante los camino