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miércoles, abril 18, 2012

Las noches del 79 y el platillo volador


Escrito por Martha Isabel Arana
Fullerton, California 
20 de abril del 2012

    Todo había pasado por nuestro repertorio de niños con futuro incierto que se entretenían a jugar para no sentir.  Benottos y Shoppers, hula hoops, los huevos en las esquinas, sal y pimienta, stop, 123 queso.  Tardes de rayuela y Harold Lloyd colgado en su mundo blanco y negro de un reloj.  Un Monopolio viejo secuestrado del armario de alguien, patines de hierro con frenos azules, el cero escondido, el pegue corrido y también el congelado.  Ya habíamos asaltado el parque, jugado jacks, hecho varias excursiones de inspección a las futuras etapas del reparto y visitado la casa de los fantasmas, la que tenía un arbolito enfrente, que era la primera de la cuadra.  Habíamos cazado mariposas y contado cien de los mejores chistes en las aceras cálidas del barrio.  Nos habíamos aprendido de memoria el LP de Grease, en una jerga que cantábamos al unísono igualita según nosotros al inglés. Habíamos practicado los pasos de Travolta, Village People, ABBA y su Dancing Queen

    Bueno, habíamos hecho casi todo, tengo que aclarar, porque en los primeros meses del 79' a los chavalos de "La Colonia" nos dio por jugar eternos partidos de
kickball.  Nada interrumpía nuestros juegos,  solo alguna patrulla de la Guardia Nacional que pasaba en nuestra calle de vez en cuando y dejábamos nuestras bases a regañadientes para dejarlos pasar.  Los ojos vacíos y sin esperanza de los soldados se cruzaban con los míos, mientras los cascos verde olivo saltaban levemente en sus cabezas de muchachos demasiado jóvenes, al ritmo de sus vehículos militares.  


    Ni la guardia ni la casa de los fantasmas de la esquina, la del arbolito, habían logrado que desistiéramos de nuestros partidos nocturnos. 1, 2, 3 ... ¡estás out! ¡estás out!  y cambiábamos de posición en un bolero sin fin, bailado al ritmo de las ocasionales balaceras de León, que en aquellas tardes que iban y venían, parecía que era la única melodía de fondo. 



    Una noche, alguien comentó que estaba apareciendo un platillo volador en el techo de la casa de mi vecino.  Un cuento bastante curioso al que no prestamos mucha atención. Unas noches más de juego y otra vez el rumor.  El miedo fue escalando y el temor fue tal, que dejamos de jugar kickball por un tiempo.   Preferimos pasar nuestros ratos libres en sitios más seguros como el cuarto de algún vecino, cantando Se va el Caimán.  Yo estaba aterrorizada.  Después de todo, el platillo volador seguramente se había movido y cualquier día estaría sobre mi ventana.  No olvidemos, era yo la vecina con grandes posibilidades de ser visitada.  No quería salir de mi casa y si salía, no quería volver.  Sobre todo porque los chavalos de La Cuchilla, el vecindario contiguo, me aseguraron que por donde ellos vivían andaban escondidos detrás de los matorrales del charco de las ranas, unos hombrecitos enanos y verdes.  

    Finalmente, una noche, después de tanta espera y angustia, alguien llegó gritando a nuestro grupo... ¡Allá está, allá está el platillo volador, corran a verlo, otra vez, en la casa de los Argüello!  Salimos todos apresurados a ver y sí, efectivamente, esferas ovaladas de luz blanca crecían y se contraían a lo lejos.  Nos quedamos todos atónitos observando el fenómeno, congelados, quietecitos, extasiados.  Alguien corrió a alertar a los dueños de la casa para que se cuidaran que no se los llevaban los marcianos (en aquella época les llamábamos marcianos y no tenían ojos negros ovalados).    Pero los extraterrestres no se los llevaron ni a ellos, ni a mí, porque no había tales.   Resulta que don Carlos era soldador y en los ratos libres se ponía a trabajar en sus proyectos nocturnos.  Por cuenta, las chispas de su equipo se reflejaban de alguna manera en la antena de su casa cuando él encendía la antorcha y ese era el deslumbre que nosotros mirábamos.  Por lo menos eso fue lo que yo entendí, que por no ser soldadora ni electricista nunca supe bien el cuento.  

    Ya nadie volvió a hablar de los marcianos, si eran verdes o parecían enanos.   Desde entonces y a lo largo de los años, jamás me los volví a encontrar. Ni a ellos, ni a los chavalos de las noches del 79.  Todos nos fuimos para otros mundos.
 

sábado, enero 21, 2012

Estampas de Nagarote



Escrito por Luis José Castro Jerez

     Por la tarde el pueblo se llenó del sabor a fiesta circense. Por las calles polvorientas desfilaron los payasos, un improvisado domador de fieras dando órdenes a un famélico mono, y una banda de músicos que con sus notas marciales despertó del letargo a los pobladores del lugar tan acostumbrados a ver pasar el tiempo y los días sin que ocurriesen acontecimientos importantes. La voz de Firuliche anunciaba que esa noche, a partir de las ocho, la magia del circo traería la alegría a todos los nagaroteños. 

    La voz de Don Enrique, el dueño del cine local, con música de fondo de Agustín Lara, anunciaba por los altoparlantes que esa noche el Cine Santiago presentaría a partir de las ocho una gran superproducción cinematográfica titulada “El Ultimo Cuplé” en color, technicolor y cinemascope, con Sarita Montiel y un gran reparto de estrellas del cine español. Don Enrique prometía a los parroquianos una noche cargada de emoción y suspenso.


    El Salón México, sin ningún tipo de publicidad, aunque con la alegre música de Peñaranda, ofertaba tímidamente por su parte al otro lado de la estación del ferrocarril un momento de placer a los valientes que se atrevieran a disfrutar los encantos de un trío de sirenas recién llegadas de Corinto y vestidas alegremente con unas floreadas blusas y provocativas naguas chingas.


    En el ambiente se sentía un olor a pólvora de cachinflines, un delicado aroma a frijoles cocidos en olla de barro, y un sofisticado y sensual perfume a "Maderas de Oriente".


    Corrían los tempranos años de la década del sesenta y era en mi Nagarote natal…


Otros escritos del Sr. Luis José Castro
Apuntes del Sr. Castro recopilados el 22 de enero, 2012

jueves, noviembre 03, 2011

El Judío Errante


    En los campos de Nicaragua se acostumbraba tiempo atrás después de comer el día Viernes de la Semana Santa la típica "sardina picante del Indio Moctezuma" con arroz, frijoles fritos y plátanos cocidos, o una olorosa tortilla de maíz recién sacada del comal, disfrutar de una rica jícara de tiste acompañada de la clásica almíbar "semanasantera" preparada a base de mangos, jocotes güaturcos, trozos de papaya, marañones, canela y clavos de olor acaramelados con varias tapas de dulce de caña, sentarse todo el mundo a esperar a partir de las tres de la tarde el clásico "cordonazo" de la furia del Cielo con relámpagos y truenos al momento de expirar Jesús en la Cruz en el Calvario y otear el camino para ver pasar la figura del Judío Errante; aquel zapatero sin corazón que una tarde le negó a Jesús una silla en su taller para reposar su cansada anatomía y que por eso fue condenado a vivir recorriendo errante los caminos del mundo hasta la llegada del Juicio Final...



    A decir verdad, las pocas veces que pasé los días de la Semana Santa allá en la finca cercana a Puerto Somoza nunca vi ni escuché nada extraordinario con relámpagos ni truenos; pero lo que sí es cierto es que a partir de las tres de la tarde del Viernes Santo el viento soplaba en las copas de los árboles arrancando notas a las ramas que semejaban gemidos y un remolino de viento parecía dar forma multicolor de figura humana a las hojas secas y el polvo del camino que se fundían con el agobiante vapor "semanasantero" que surgía de las entrañas de la tierra... ¿Cobraba vida quizás así en los caminos solitarios de los montes pinoleros la leyenda del Judío Errante? 

miércoles, noviembre 02, 2011

Poema al Genízaro de Nagarote



!Genízaro, tú eres el símbolo de la humanidad, y estás enlazado a su historia,
desde el principio de su trayectoria. Genízaro del bien y de la amistad.
Tú estas con nosotros los nagaroteños, te llevamos en el alma y estas presente,
Te rendimos tributo, es nuestros sueños,
Los nagaroteños estamos pendientes.
Vive de cara al cielo y en tu tierra
Nadie puede igualarte su linaje
El símbolo de paz sobre la guerra,
Y adorna a Nagarote de su paisaje.

Al llegar la lluvia fuerte,
Se desprendió la rama y cayó al suelo,
No pudo resistir los más fuerte,
Pidiendo clemencia al cielo.

Extendió su divina mano
Como un noble anciano,
En el parque pasan los caminantes,
Tendiéndole el brazo suplicantes
Le pido que me ayuden, mi historia se viste,
El 31 de diciembre les doy alegría y derroche,
Hoy los nagaroteños están dolientes y tristes,
El 16 de octubre fue el silencio de la noche.

Profesor José Angel Palacios Pérez.

domingo, octubre 09, 2011

El gallo pinto nicaragüense… abovecultura gastronómica...


Escrito por el Dr. Juan Espinoza Cuadra
México
Octubre de MMXI
 Semilla de cereal expandido en el seudotrapecio nicaragüense, de norte a sur, imprescindible desde lo mínimo y básico hasta lo frívolo. Un chef adorna cada platillo con el arroz, vistiéndolo mestizo y encaratulándolo anglosajón, a la de Batman y Robin, con el frijol. Leguminosa y cereal, cereal y leguminosa, la mezcla astral. Desde la preparación, en la sartén, la lámina plana con su premonición alisea de los bordes, el fuego en la hornilla, el aceite caliente, los trozos picaditos de cebolla se queman infundiendo un aroma sobrenatural. Eriza la piel el crujir. El aroma penetrado desde la infancia, recorre ciclos interminables de acontecimientos y detalles. La señora de la fritanga, la empleada que nos convida, el restaurante que en su detalle del menú, lo hace Señor de la ansiada ingesta. El gallopinto es una sola palabra, sin separación. La mezcla es el secreto de cada anfitrión. Seco, transparente, aromático, se sirve con delgadas tajadas de plátano verde. Crujen en la mar de aceite, suspendidas las más fritas, en el fondo las recientes y el cazo hierve en la lumbre y trasciende el bálsamo las cuadras, las casas, los ranchos, las distancias. El amarillo dorado corona con espigas de trigo al soberano gallopinto. Desde cada hacienda, en lo mejor, o desde cada potrero humilde, llega a los changarros, el queso para freír. Chontales con su olor a ubre de vaca, sus caballos prominentes, de pasos cadenciosos, militares…. la manada, el rebaño, la leche tibia… las moscas, el lodo, las peripecias para trasladar los kilos de los quesos variados… y otra vez, la palangana inundada de aceite y el crujir para salir los trozos dorados para degustar el sabor. No se desestima nada. La carne molida resulta en albóndigas deliciosas, morenas como las mujeres de la tierra, cobrizas de piel y acento como la madre tierra. Así son las bolitas de carne, deliciosas como las tardes-noches de cualquier fritanguería, en León, Managua, San Marcos o Diriamba. Moreno el Sol en sus destellos sobre las aceras, mestizo el mantel, las viandas frescas de jitomate y col. Del plátano también el vinagre que adereza la sazón. El gallopinto es un umbral transitado por los iniciados, paladar compuesto de agua del Río San Juan, de la tierra del volcán, en las laderas del Mombacho se siembra la yerbabuena, el ajonjolí, la nicaraguanidad. Con un vaso grande, como las olas de Masachapa, se llena de chía y tamarindo, para acompañar cada bocado de chile, la cucharada. En la comidería, todos son conocidos, compartiendo los triunfos y las derrotas del día, el gallopinto es la unión, el vértigo, la razón, el enlazador de títulos profesionales con las más humildes profesiones. El tenedor y la cuchara solo se baña cada vez de la arremetida y lo usa el diputado bastardo y el profesional educado. Yo no creo en la política porque soy un soñador, pero sí creo en mis hermanos, el electricista, el barrendero, la marchanta, el vendefrutas, la señora de la tienda del barrio, el que recoge la basura, pues todos, comemos gallopinto. Yo llegaba a mi casa, aguardado por mis hijos, para sentarnos a comer gallopinto. Cuando me descasé, mantuve el recuerdo. En el río Coco mojé mis pies una tarde oscura, cuando en mi reloj marcaba el final de otra aventura. Doña Iguana, con su derrotero de arrugas, me recibió con una sonrisa desdentada. Me ofreció una tortilla caliente, su casa corrompía el ambiente a cebolla, arroz y frijol. Fue la última vez de uniforme verde olivo y de botas militares embarradas de lodo e impotencia. Matilde, el nombre de mi madre, otro nombre como Josefa, Bertha, Norma, Mayra, Marlene, Paola o Esvetlana, aguardaba a su hijo, con la mesa servida de tajadas verdes fritas, queso dorado por las brasas del fogón, y una lluvia pertinaz de olvido.
Visite su blog de poemas:
http://poemasdejuanespinozacuadra.blogspot.com
 

Blog de Narrativa:
http://juanespinozacuadranarrative.blogspot.com/

lunes, enero 17, 2011

Nagarote: apuntes sobre un municipio azul


Por Luis José Castro Jerez

Dicen que Nagarote nació del romance entre el Genízaro y el Xolotlán durante una noche estrellada…. Otros dicen que Nagarote es el resultado de una noche de amor entre el Genízaro y la Luna allá en las playas de Miramar… Bueno, como quiera que sea, los nagaroteños somos descendientes directos del Genízaro y hermanos de las estrellas y del agua, ya sea que provenga ésta de un mar de agua dulce o de un mar de agua salada… Quizás por eso será que a los nagaroteños nos gusta viajar y cruzar océanos y lanzar siempre flechas a la Luna sin temor al fracaso. Como quiera que sea, apuntamos bien alto, hacia el cielo o a la Luna, nuestra madre…. Si fallamos el tiro, no importa: igual, aterrizamos sobre las estrellas, nuestras hermanas. Y, como hijos del histórico Genízaro, echamos profundas raíces en nuestro suelo natal y, no importa el lugar o país donde nos encontremos, el amor a nuestro Nagarote se mantiene siempre vivo en nuestros corazones a pesar del paso del tiempo.

En 1899 Nagarote tuvo tres sacerdotes: Julio Escoto Vargas, José Antonio Zúñiga y Jesús María Lara. Al Padre Lara le tocó darle la bienvenida al nuevo siglo. Mientras en el año 1900 el mundo contemplaba admirado la prueba del Zeppelín, París se regocijaba con su primera línea del metro, la guerra de los bóxers estallaba en China, Nietzche moría en Alemania el 25 de agosto y Freud publicaba en Viena “La Interpretación de los Sueños”, Nagarote despuntaba al siglo XX como un pueblo polvoriento, azotado continuamente por las inundaciones provocadas por los severos inviernos y sus pobladores sufrían el embate de las enfermedades gastrointestinales, la tuberculosis y el paludismo.

Si intentamos visualizar a Nagarote a inicios del siglo pasado nos daríamos cuenta de que el pueblo de entonces era muy diferente al que podemos observar en la actualidad. Las calles eran extremadamente arenosas y llenas de muchos hoyos producto del estancamiento de las aguas de desecho que vertían los vecinos la mayoría de las veces sin ningún tipo de control. Las fuertes corrientes producto de las lluvias contribuían al deterioro permanente de las mismas. Los peatones tenían que estar siempre muy pendientes de ir esquivando los baches del terreno y evitar los charcos y los atolladeros de lodo. Tengamos presente que las calles de nuestro amado pueblo recibían diariamente los productos de desecho natural de los animales (cerdos, caballos, burros, bueyes, vacas, perros, gallinas, etc.) que circulaban libremente sobre ellas, además de los desechos de las aguas de lavado que eran regadas a diario por los vecinos del pueblo.

En noviembre de 1900 se inició la construcción del tramo ferrocarrilero entre Managua y León; la cual culminó el 26 de junio de 1902. Las ventajas que trajo la construcción del ferrocarril para Nagarote fueron: el empleo de mano de obra local, el inicio del negocio de los cortes de leña y el comercio de durmientes para el tendido de los rieles y la reparación de las vías y como combustible para el tren; al mismo tiempo, una agilización modesta del comercio local en general. Sin embargo, la llegada del mismo trajo como consecuencia la deforestación a la cual fueron sometidos los bosques circundantes de nuestro pueblo y la desaparición de quebradas y vertientes que abundaban en Nagarote; entre ellas, la histórica quebrada o “riíto” que corría a la sombra del colosal Genízaro, y la cual había servido durante siglos como fuente de abastecimiento de agua a los vecinos del lugar. Podríamos decir entonces que así como el año 1901 trajo para los ingleses el final de la Era Victoriana con la muerte de la Reina Victoria; la llegada del ferrocarril a Nagarote trajo consigo el primer atentado a la riqueza ecológica de nuestro pueblo y el final de la primera Era Azul del Municipio.



Apuntes del Sr. Luis José Castro Jeréz recopilados por Martha Isabel Arana el 1ro de febrero de 2010.


domingo, enero 16, 2011

Memorias de una muchacha bonita

Escrito por Martha Isabel Arana
Orlando, Florida 2005

    Cuentan que hace años, un muchacho de Managua fue invitado a una boda en la antigua Ciudad Universitaria. Llegado el día, aunque estaba nublado y los ánimos lo invitaban a quedarse en casa, Ernesto, el joven de la historia, no quería perderse el esperado acontecimiento porque quien se casaba era uno de sus amigos más queridos. Pensando que valía la pena el viaje y tomando en cuenta que León no está muy lejos de la capital, decidió salir temprano para llegar a tiempo y no sufrir ningún atraso. Cuando llegó a la zona donde el Lago Xolotlán comienza a coquetear mostrando su azul a las personas que transitan la Carretera Vieja a León, comenzó una lluvia fuerte a caer sin clemencia, desbordándose el cielo y provocando uno de esos aguaceros tropicales que parecieran no van a parar jamás.

No había dejado  atrás el recuerdo del lago, ni el olor a tierra mojada había abandonado su mente, cuando de pronto divisó a un lado de la carretera a una muchacha  de cabello hermoso  haciendo señas para que la ayudara. Ernesto bajó la velocidad de su carro y al detenerse, ella le comentó que su vehículo estaba dañado y que necesitaba viajar a León para asistir a una boda a la que había sido invitada.  Compadecido por verla sola bajo ese tiempo amenazante, el joven decidió llevarla y así aprovechar un poco de buena compañía.  Al comenzar a platicar con ella no pudo evitar dejarse llevar por la calidez de su voz y la sencillez de su sonrisa que contrastaban con la palidez fría en su rostro delgado. Casualidades de la vida, la boda que ambos asistirían resultó ser la misma y entre canciones y alegría, él buscaba cualquier minuto libre para apartarse de sus amistades y acercarse a ella.  La muchacha, sola en una esquina de la casa, parecía esperar  únicamente su compañía.  Se ofreció entonces Ernesto para llevarla de regreso a Managua, lo cual ella aceptó gustosa y ambos partieron cerca de la medianoche.  El joven disfrutaba la compañía  de su compañera, el negro fondo de su cabello de estrellas y la plática serena que solamente una persona que ha perdido todo y está en paz puede ofrecer.  El aire se llenaba todo con el olor natural de mujer bonita.



    Cuando venían por la misma zona del lago donde Ernesto la miró por primera vez, ella le dijo que se detuvieran, que tenía que bajar. El insistió en acompañarla hasta su casa, pero la muchacha se negó rotundamente. Le explicó que moraba muy cerca de allí, que no quería que se atrasara porque era peligroso viajar de noche.   Entonces él le prestó su saco para que se protegiera de la llovizna que aún caía ligera, buscando una excusa para verla nuevamente. Se bajó la muchacha de prisa y se perdió en la neblina espesa de un caminito perdido.  Ernesto hubiera jurado que flotaba al caminar, como las apariciones en pena en las noches cálidas de la Semana Santa.

    Al día siguiente regresó al camino que lucía ahora distinto bajo la luz del sol.   Esta vez no había lluvia,  neblina, mucho menos muchacha.  Se bajó, buscó, preguntó en diversos caseríos dando las señas y el nombre de la misteriosa y hermosa mujer que lo había acompañado la noche anterior. Sorprendidas las personas que se acordaban de ella, le dijeron que esa joven había fallecido hacía más o menos un año en un trágico accidente  en una tarde lluviosa camino a una fiesta en Poneloya.   Incluso le comentaron que había una cruz cerca de allí con nombre y fecha. El joven se sentía confundido y poniéndose de mal humor, pensó que las buenas personas se burlaban de él.    Pidió entonces que lo llevaran al lugar donde supuestamente estaba enterrada la pobre muchacha porque no podía creerlo.  Su corazón latió con fuerza y un escalofrío inesperado cubrió su cuerpo ante una visión insólita que no esperaba.  Colgado en la cruz estaba su saco, inconfundible. Lo tomó en  sus manos temblorosas, lo acercó a su rostro para cerciorarse que era suyo y lo sintió húmedo, frío, marchito.  Mezclado con su propio perfume, apenas casi perceptible, flotaba en el aire el olor agradable de aquella mujer bonita.


sábado, enero 15, 2011

30 años después



Escrito por Martha Isabel Arana
Orlando, Florida 2007

    ¡Dicen en la pulpería que ya los muchachos se tomaron el comando! – comentó mi madre de prisa mientras se subía al carro. ¡Vámonos del centro! ¡Vámonos de aquí…! – En ese mismo momento un soldado de la Guardia Nacional abría fuego violentamente en una esquina, vaciando su ametralladora en la historia de mi pueblo. En la confusión solamente escuché el grito desesperado de mi padre que nos decía ¡agáchense que nos mata! Sin embargo, siendo una niña, la curiosidad y el miedo me dejaron clavada en el asiento trasero del carro, viendo, escuchando, grabando en la memoria como milagrosamente nos salvábamos aquel día de aquellos disparos al azar que no llegaron a alcanzarnos.

    El año pasado y treinta después, camino cerca de aquella misma esquina donde un guardia disparara, para visitar el Museo de Mitos y Leyendas de León. En vez del soldado de mi historia, la estatua de un guerrillero me saluda en la entrada del museo con una piedra en la mano. Lo que fue en aquel entonces la Cárcel, la 21 (llamada así porque fue edificada en 1921) es ahora el lugar donde los mitos y leyendas se reúnen como muestra palpable de las creencias y supersticiones de nuestro pueblo.

    Una muchacha de sonrisa amable, estudiante de segundo año de turismo, según nos dijo, se ofrece a darnos el tour. Como un poema macabro que ha tenido que aprender, nos recita de memoria y casi sin respirar las historias de nuestras leyendas y los horrores de las torturas de la famosa 21. Nos anuncia que es una lástima que hayamos llegado en ese momento. Se acaba de ir la luz, como todas las mañanas, y no podremos escuchar los efectos y voces de los espantos.

    “Allí metían de cabeza a los hombres que estaban torturando” nos dice señalando unas piletas a mano derecha. “Dicen que les hacían tragarse unos botones amarrados a un hilo y después se los jalaban”. A mí me da escalofríos y prefiero enfocar con mi cámara a La Llorona que tomarle fotos a otras espantosas memorias.

    Me percato entonces que aunque el tiempo ha pasado, algunas escenas quedaron aún flotando en el aire, listas para empaparme sin aviso como aguacero de mayo. Mis antiguos miedos de muerte, violencia y destrucción han quedado aparentemente atrapados en amarillos libros de historia, nítidamente doblados para no perder la página donde había quedado. Otros, tercos como este, se escapan furtivos y finalmente me liberan.



domingo, enero 02, 2011

Extraños sucesos en la Casa del Coronel Arrechavala


    La Ciudad de León Santiago de los Caballeros, es cuna de una de las leyendas más populares que por décadas ha coqueteado con la fina línea entre la imaginación y la realidad de algunos leoneses quienes en las noches oscuras y calurosas, aseguran todavía escuchar los cascos del fantasmal caballo del Coronel Arrechavala.

    El español Joaquín Arrechavala había venido a Nicaragua como enviado del Rey de España, Carlos II de Borbón. En 1791 fue ascendido a Coronel, y cuando murió en 1823 se rumora que lo acompañó a la tumba la inquietud de andar penando en León, sin poder descansar en paz hasta que su riqueza hubiera sido distribuida de alguna manera.

    Son muchos nicas los que aseguran que efectivamente, sus abuelos, sus padres o incluso ellos mismos han sido testigos de las andanzas del coronel y los hechos misteriosos que ocurren en la que fuera su casa.


    Me contaba una señora leonesa lo que sus abuelos vivieron en carne propia: "Este cuento fue real, sucedió en el siglo pasado en la casa solariega de Arrechavala. Después de su muerte, la casa quedó abandonada y varios inquilinos la habían habitado. Muchos de ellos la desocupaban a los pocos días, ya que se decía que estaba embrujada. Me contaban mis abuelos, que ellos estaban muy jóvenes y a pesar de que se decía que en esa casa asustaban, ellos insistieron en alquilarla, puesto que no tenían miedo a tantos cuentos. Después de algún tiempo, por las noches se escuchaban ruidos muy fuertes de cascos o pisadas de caballo dentro del patio. Ellos dormían con un candil porque no había luz en ese tiempo en la ciudad. Una noche, con gran asombro, vieron que el candil se levantaba y caminaba en el aire como si alguien lo sostuviera en sus manos. Por supuesto salieron corriendo de esa casa."

    "Yo también escuché los mismos ruidos de cascos de caballo entrando a su casa por las noches" asegura doña Paula, quien en la década de los cincuenta vivió con sus padres en una casa alquilada contigua a la propiedad del coronel. "Ya había luz eléctrica, pero solamente por ciertas horas. En el cuarto donde yo dormía con mis hermanitas, se sentía el piso del cuarto muy flojo, como si algo hueco había por dentro. Insistíamos con mi papá que descubriéramos el piso por si encontrábamos algo enterrado allí. Mi papá nunca quiso hacerlo, por temor a tantos cuentos que se decían de Arrechavala, que había sido tan poderoso y que tenía mucho dinero. Todos esos terrenos alrededor de su casa habían sido de él y las botijas abundaban en todas esas cuadras de León, específicamente de la zona del Colegio La Asunción, 3 cuadras al sur."


    Doña Paula cuenta que fue una lástima que ellos estuvieran tan pequeños, si no hubieran convencido a sus padres en buscar tesoros escondidos en esa casa, ya que muchos de los vecinos encontraron años más tarde monedas grandes de oro en recipientes de barro. Esas personas, después de haber sido tan pobres, se volvieron grandes empresarios y terratenientes de la ciudad de León. 


LA LEYENDA DE ARRECHAVALA

    Es una de las más populares, la cuentan en toda la familia y lo curioso es que algunos se sugestionan de su contenido  y dicen se siente en algunas noches, el sentir el cabalgar de Arrechavala, causando mucho temor en los niños. Su muerte dio lugar a la leyenda de Arrechavala en la ciudad de León (Nicaragua), que dice que se aparece sobre su caballo galopando por las viejas calles leonesas.

     No cabe la menor duda que en la ciudad de León de Nicaragua, el personaje más popular es el espíritu de este rico militar que después de muerto sigue cabalgando por sus calles asustando a sus habitantes montado en su caballo lujosamente vestido con charreteras, fajas y espuelas de oro. Solo se deja ver por las mujeres, por los hombres no se deja ver, aunque pueden sentir su látigo.
Se ha escrito, que la creencia popular es que su espíritu recorre las calles de León en busca de su fortuna, que debe estar enterrada en algún sitio de la ciudad. Pero el sentir popular es que la riqueza acumulada debe ser repartida, de alguna manera, entre la comunidad, por ello, cuando una persona rica muere, su alma no puede descansar, por lo que vaga errante entre los vivos hasta que su riqueza no se distribuya de alguna manera. El pueblo trata de esta forma de buscar la justicia de la repartición igualitaria después de la muerte cuando no se ha podido realizar en vida.

    La primera versión escrita de la leyenda de Arrechavala data de 1956 y se encuentra en la obra de Andrés Vega Bolaños, embajador de Nicaragua en España, titulada Historia de Nicaragua. Según Salomón Somarriba, tataranieto de Joaquín Arrechavala, la leyenda fue inventada por los contrabandistas hondureños de tabaco para facilitar la introducción de sus mercancías en la ciudad durante la prohibición del tabaco. Otra de los supuestos en los que se basa la leyenda es que Joaquín Arrechavala solía pasear por las noches montado en su caballo en guardia en previsión de revueltas que fueron comunes en esa época de transición de la historia de Nicaragua. En esas guardias solía espantar a los ciudadanos que encontraba a su paso y estos, al oír el trotar del caballo, huían de su encuentro.
Leonline.net, nos la recuerda narrando:   Que la riqueza es siempre condenada por la comunidad y cuando una persona rica muere, se queda errante en la tierra entre los vivos, asustándolos. El rico no conoce jamás la paz eterna hasta que su riqueza no se distribuya de alguna manera. 

    En la ciudad de León (Santiago de los Caballeros) Arrechavala es el personaje más popular, cuyo espíritu asusta por las noches en las calles de la ciudad.  Este personaje nace en Madrid, España, en el año de 1728. Sus padres fueron: José Antonio Arrechavala y Abrosia de Vílchez. Vino a Nicaragua enviado por el Rey de España Carlos II de Borbón. Fue ascendido a coronel el 14 de febrero de 1791. Grado que ostentó hasta 1821 cuando se proclamó la independencia de Centroamérica en Guatemala. Murió en el año de 1823 a los 95 años de edad.

    Según consta en su testamento, pidió que fuera sepultado en la catedral o en la iglesia de La Recolección (que él había financiado como la de San Sebastián) pero se desconoce donde fue enterrado.
Llegó a tener una gran fortuna. Entre sus haciendas se encontraba la de Los Arcos y también parece que poseía el ingenio San Jacinto. Participó económicamente en la construcción de la Capilla de San Sebastián y en la reconstrucción de la Capilla de la Recolección y obsequió las imágenes de San Sebastián, de Jesús Atado a la Columna y de la Virgen de Dolores
Cuenta manfut.org/leyendas/arrechavala.html en la Ciudad de León, Santiago de los Caballeros. Arrechavala es el personaje más popular, cuyo espíritu asusta por las noches en las calles de la ciudad. Doña Mireyita, que vive en el Barrio Guadalupe, lo ha visto pasar delante de su casa y nos cuenta el testimonio:
"Era de noche superoscura, tan oscura que no miraba mi mano, y eso que estaba sentada en la acera delante de mi puerta a eso de las once de la noche.. (que hacía esta señora a las once de la noche ..esa es otra historia.. )  
En aquella época los americanos ocupaban el país. De pronto se oyó un ruido extraño. De repente oí el tropel de un caballo que venía de Laborío (el pueblo indígena), ... En mi casa anterior había nacido el grandioso músico compositor leones José de La Cruz Mena, dicen que murió de lepra ...y pasa que en donde hoy queda el Museo Rubén Darío, todavía allí se encuentran las señas de las barras de las ventanas torcidas...ante su rabia que quería salir de la cama en que se encontraba postrado..lea Museo de la Musica en este website para mas sobre Jose de la Cruz Mena)  
Entonces allí era donde yo vivía..el caso es que oí el tropel del caballo que cogió para el lado del Cuartel de la 21. El Jinete se paró y amarró el caballo. Yo decía para mi misma: 
>Quién será ese americano que va a pasar por aquí ? .. la sangre cristo !!!
Y Yo pidiéndole a Dios que no me fuera a decir nada por estar a deshoras de la noche en la puerta de mi casa. Yo me encomendé a dios y a todos los santos, Santo Dios mío...Santo fuerte.., Santo Inmortal.. líbrame de todo susto y de todo mal. Dios miio yo no sabía qué hacer. Así entonces cuando este iba pasando cerca de mi casa, y en dirección mía. Dios mío, yo no sabía qué hacer. Él volvió atrás y yo le vi el perfil de su cara ...era un hombre simpático. Él siguió caminando, después le oí sonar la espuela.

    ¿Qué cosa era eso? Dije yo. Siguió caminando hasta que llegó a la esquina de los Montenegro y entonces se bajó ahí y se paró en medio de la calle haciendo maniobras militares. Ya cogió él para lo que ahora es la casa de los Madrices y le dió tres golpes a la puerta. yo me dije ahí vive ese americano, pero le mire la capa era antes de color café cuando paso delante de mi casa se miraba azul turquí, después se paró en la propia esquina de los Madrices y volvió a hacer las mismas maniobras y cogió para el trasero del Colegio San Ramón y de la Asunción. ¿Pero cuándo iba ya a llegar a la esquina encontró a un hombre, que al pasar cerca de mí le pregunté? ¿Vistes a aquel americano que va allá? No he visto a nadie, lo que usted vio seguramente fue Arrechavala. Efectivamente, ese era Arrechavala que había dejado su caballo cerca de mi casa. De estos relatos existen muchos. Según se relata,  Arrechavala apoyó la construcción de la Capilla de San Sebastián y  dio un donativo para reconstruir la Recolección. También obsequió la imagen de San Sebastián de Jesús Atado a la Columna y la Virgen de Dolores. 

Tomado de Camova



viernes, diciembre 03, 2010

Origen de La Purísima en León



 El historiador Edgardo Buitrago, en su importante monografía "Las Purísimas", en la página 106 nos dice:

"Muy a principios del siglo XVIII, los Frailes Franciscanos que ocupaban el antiguo Convento en honor de San francisco, donde hoy está el Instituto Nacional de Occidente-, celebraban en diciembre, novenarios en honor a la Inmaculada Concepción y era tanta la gente que llevaba que no cabía en el templo ni en el atrio, y viendo el entusiasmo y  devoción del pueblo, instaron a la gente para que rezaran los novenarios en sus casas a fin de que nadie se quedara sin rezar, y repartieron entre el público novenas y estatuitas de la Virgen, de china y de barro diciéndoles que adornaran los altares con flores humildes de sardinillo y jacalate.  Las familias, siguiendo las indicaciones de los Padres, rezaban en sus casas y convidaban a los vecinos".

"La señorita Teresita Ramirez Parajón, última descendiente de una estimable familia, que ha guardado sus tradiciones y su devoción a la Virgen, festejándola durante más de ciento cincuenta años ininterrumpidamente, - sigue refiriendo la versión recogida por Bertha Buitrago-, dice que su tatarabuela, doña Magdalena Valdivieso, madre de un fraile llamado Buenaventura Valdivieso, perteneciente a la Comunidad de San Francisco refería: Que en la Iglesia de San Francisco se celebran las novenas de la Purísima desde mucho antes de la Independencia y que su hijo, Buenaventura, le había obsequiado una novena que todavía existe.  Y añade la niña Teresita: Que siendo pequeñita conoció, en poder de su anciana lavandera y de otras personas, imágenes de la Virgen de las obsequiadas por los franciscanos.  Unas eran de china y otras de barro cocido que, aunque algo toscas, eran fiel imitación de la Inmaculada".


"Y la honorable dama, Doña Claudina Cortés viuda de Aguilar, continúa la versión diciendo que su madre doña Manuela Buitrago de Cortés, les contaba que los frailes franciscanos celebraban la novena a la Purísima en San Francisco, y siendo tan enorme la concurrencia que no alcanzaba en el templo, decían a las gentes que rezaran en sus casas, y que repartieran tabletas de pinol con dulce; de ahí la costumbre de repartir golosinas después de los rezos."

Edgardo Buitrago, sobre Rubén Darío, nos dice: "Nuestro gran poeta, Rubén Darío, tiene, a su vez, un recuerdo de infancia de las Purísimas.  Dice así en su autobiografía al referirse a las dos hijas de la viuda del general don Álvaro Contreras: A ambas había conocido en los días de mi infancia en casa de mi tía Rita.  Eran de aquellas con quien bailábamos y con quienes cantábamos canciones en las novenas de la Virgen en las noches de diciembre.  Lo que demuestra, palpablemente, que ya en la infancia de Rubén Darío, o sea, en toda la década de 1870 a 1880, las Purísimas eran ya una vieja y popular costumbre de León."

Tomado de Novena - Breve reseña histórica, antología y cantos - Pbro. Sergio Soler Lorío. Noviembre 2004.

La Purísima y su Origen (Versión tomada del sitio Hermanamiento León-Zaragoza)

Foto cortesía de José Rafael Burgos de Moralimpia.net

miércoles, diciembre 01, 2010

La Virgen Niña de Teresita Ramirez

Por Luis José Castro Jerez

Esta imagen de la Virgen Niña perteneció a la señorita Teresita Ramirez Parajón, natural de León de Nicaragua y fallecida a edad casi centenaria en la década del 60, quien la heredó por tradición familiar de su tatarabuela, Doña María Magdalena de Vílchez Cabrera y Castellón, hermana del Obispo de Nicaragua y Costa Rica, Don Juan Carlos de Vílchez y Cabrera (1763-1772).



Estas familias, de origen español, acostumbraban obsequiar la imagen de la Virgen Niña a la primera niña que fuese naciendo en la familia, quien, a su vez, debía legarla de igual modo de generación en generación. Teresita, al no tener descendencia, la obsequió a una sobrina, biznieta de su primo hermano Don Blas Pérez Ramírez.

Teresita Ramirez Parajón sirvió como fuente al Dr. Edgardo Buitrago Buitrago cuando este la entrevistó en la preparación de su artículo Historia de la Purísima en León.

Lea más notas de Luis José Castro Jerez

martes, noviembre 09, 2010

Baile de Gigantonas

¡Oh... mi León, Santiago de los caballeros!,

antigua ciudad de mi Nicaragua,

que en sus noches oscuras existía

el temor por la Carreta nagua.

Que a su memorial presencia

de sus calles empedradas,

se oía resonar

los cascos de Arrechavala.

Ahora estas piedras se han ocultado

como algo muy tradicional,

porque ahora forman parte

de nuestra historia,

como el Teatro Municipal.



En el barrio de Subtiava

se mantiene un gran tesoro.

Es la famosa historia

del famoso Punche de Oro.

Desde las ruinas de Santiago

hasta los rieles de la Estación,

se escucha esta antigua historia

por toda la ciudad de León.

Por eso es linda Subtiava,

preciosa como una joya.

Porque el orgullo más grande del pueblo

Es el viejo tamarindón

y las playas de Poneloya.*


*Coplas recitadas por el leonés Bayardo Prado, promotor de las gigantonas “Tatiana” y “Princesita” que recorren por las tardes las calles de Managua.- END



Foto de la Gigantona cortesía del Lic. Salvador Guillermo Muñoz.  

 Más información acerca del mural: Casa de la Cultura “Antenor Sandino Hernández”. Costado Norte del Hotel El Convento, Ciudad de León, Nicaragua, teléfono; (505)-311-2116; Celular: (505)-647-2893; correo electrónico: apcleon@yahoo.com. Atención: Yasmín.

miércoles, noviembre 03, 2010

Obra teatral "Vida y milagros del Padre Mariano Dubón"

Esta obra es una iniciativa de Carmen Toruño y Familia como una forma de rescatar personajes que influyeron en los valores morales y sociales de nuestra ciudad de León. Como es el caso del Padre Mariano Dubón cuya misión era rescatar a niños de las calles abandonados y enseñarles un oficio para que en el futuro fuesen buenos ciudadanos.

Es por eso que Doña Carmen Toruño ha hecho esta iniciativa para dar a conocer a través del teatro, la vida y milagros de este santo que velaba por los intereses de los más pobres.

El Padre Mariano Dubón, llamado también, San Mariano de Nicaragua por su ejemplo en caridad, nació en 1861 y murió en 1934. Sus padres fueron Liberato Dubon y Virginia Alonso Jerez, hija de una hermana de Máximo Jerez.* Sus hermanas Virginia, Mariana y Josefa. Su estancia en este mundo estuvo llena de amor por los niños huérfanos y todos aquellos que carecían de la protección necesaria para crecer y desarrollarse adecuadamente.

Con mucho esfuerzo y sacrificio, pero sobre todo con una Fe firme en Dios, el Padre Mariano dio alimento, techo, educación académica, abundante amor, cariño a muchísimos niños huérfanos, abandonados o desatendidos. Él personalmente los recogía cuando deambulaban por las calles, los llevaba al Hospicio San Juan de Dios de León, ciudad en que se desarrolló esta hermosa tarea religiosa.


Formó grandes generaciones de hombres, dándoles el pan material y el pan espiritual, y los dio al mundo con un oficio y una hombría de bien. Él caminaba en las calles de León, con un niño en brazos y otra halándolo de la mano, pidiéndole ayuda para sus niños. Su gran sueño era brindarles una existencia feliz, un lugar seguro y prepararlos para la vida. Los agrupaba en talleres donde aprendían distintos oficios tales como, Carpintería, Zapatería, Música, etc. La Fe y santidad de este sacerdote era tan grande que hasta milagros hacía cuando se enfrentaba a obstáculos en la realización de su labor altruista.

Muchas veces no le amanecían alimentos alguno conque llenar el estómago de los pequeños, éstos llorando le decían, tenemos hambre....el sacerdote llamaba a Simona la empleada y le mandaba a poner la mesa, ésta replicaba. No hay nada que poner, el sacerdote de nuevo llamaba a los niños y juntos rezaban al Santísimo y es aquí donde ocurría el milagro. La gente le llevaba pan y leche en ese mismo momento.

Él fue grande entre los humildes, grande en el acendrado amor a todo ser desvalido, grande en el amor a sus huérfanos, grande en el último detalle de su vida. Mariano Dubón fue un gran hombre, perteneció a aquellas arcillas modeladas por Dios y puestas al servicio de la Humanidad.



Presentación teatral "Vida y milagros del padre Mariano Dubón"
Local: Teatro Municipal José de la Cruz Mena, León.
Grupo artístico: Sekuanplatraka, Director; Manuel Urtecho


Sra.Carmen Toruño e hijas


Tema escrito por Conchita Guerra de Arana.

*Información provista por Asdrubal Ibarra

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El padre Mariano Dubón


El padre Mariano Dubón, llamado también San Mariano de Nicaragua, por su ejemplo de caridád, nació en 1861 y murió en 1934 Sus padres fueron: Liberato Dubón y Virginia Alonso. Sus hermanas: Virginia, Mariana y Josefa.

Su estancia en este mundo estuvo repleta de amor por los niños huérfanos y todos aquellos que carecían de la protección necesaria para crecer y desarrollarse adecuadamente con muchos esfuerzos y sacrificios, pero sobre todo con una fe ciega en Dios.

Dio alimento, techo bajo el cual vivió, educación académica y moral, abundante amor, cariño a muchísimos niños huérfanos; con padres, pero abandonados o desatendidos por estos, él personalmente los recogió cuando deambulaban por las calles, los llevaba al hospicio San Juan de Dios, León;, ciudad en que se desarrolló esta hermosa tarea.

Formo generaciones de hombres, dándoles el pan del cuerpo y el pan espiritual, los dio al mundo con un oficio y una hombría de bien en la conciencia. Él caminaba en las calles de León con un niñito en brazos y otro jalándolo de la mano pidiendo ayuda para sus niños, su gran sueño era brindarles una existencia feliz, un lugar seguro y prepararlos para la vida, los agrupaba en talleres donde aprendieron distintos oficios tales como: carpintería, zapatería y música, etc.

La fe y santidad de este sacerdote era tan grande que hasta milagros hacía cuando se enfrentaba a obstáculos en la realización de ardua labor.

Muchas veces no le amanecía alimento alguno con que llenar el estómago de los pequeños, éstos llorando le decían: "Tenemos hambre", el sacerdote llamaba a Simona, la empleada, y le mandaba a poner la mesa, ésta replicaba: "No hay nada que comer", el sacerdote respondió: "De todas formas". Llamaba a los niños y juntos rezaban al santísimo, y es aquí donde ocurría el milagro.

En el año de 1899, con la ayuda de algunos vecinos pudientes de León, como el Dr. Fernando Sánchez, su esposa Dila. Soledad y otros, fundó el hospicio de huérfanos en la casa contigua al templo San Juan de Dios, -casa que más tarde donara el obispo.

Por ese entonces vivía en León el notable compositor Don Pablo Vega y Raudes, y queriendo secundar la obra filantrópica del santo, se acercó a él y le ofreció enseñar y dirigir un cuerpo de músicos, el que fue organizado prontamente, así como se pensara con los muchachos que tuvieran vocación para el divino arte.

Algunos de estos llegaron a ser profesionales de la música, estos muchachos son hoy artistas consumados.

El fue grande dentro de su humildad, grande en el acendrado amor a todo ser desvalido, grande en el amor a sus huérfanos, grande en el último detalle de su vida, Mariano Dubón de Nicaragua es símbolo sagrado de todas las abnegaciones.

Sí, Mariano Dubón fue un hombre que perteneció a aquella arcilla modelada por Dios, y puesta al crisol de la suprema bondad:

Padre Dubón, padre de los hijos de nadie. Hermano de los Tristes. Consuelo de los Enfermos. Amparo de los Enfermos. Amparo de los Desvalidos.
Paño de lágrimas de las familias vergonzantes.

Que no saben pedir,
Recogemos hoy nuestro espíritu al recordar su vida generosa y ejemplar.


jueves, septiembre 30, 2010

La Virgen de la Merced, patroncita de León





"Los leoneses celebran con mucho respeto y devoción a su patrona la Virgen de La Merced, considerada también como su protectora en momentos cruciales como desastres naturales o guerras, también los matagalpinos la adoptaron como patrona y desde 1998 Monseñor Leopoldo José Brenes Solórzano extendió su “patronato” a todas las parroquias de la Diócesis ..." Leones y matagalpinos celebran a La Virgen de la Merced


People from Leon celebrate with great respect and devotion to their patroness the Virgin of La Merced, also regarded as their protector at crucial moments such as natural disasters or wars.


"Bajo un torrencial aguacero y en medio de una multitud de feligreses, la imagen de Nuestra Señora de La Merced, patrona de los leoneses, salió del Santuario de la iglesia del mismo nombre, totalmente cubierta con una capa plástica, que protegía a la venerada imagen de la inclemencia de la naturaleza" .... Bajo lluvia celebran a la Virgen de la Merced.

Under a torrential downpour and a crowd of parishioners, the image of Our Lady of Mercy, patroness saint of Leon, left the sanctuary of the church of the same name, completely covered with a plastic coating that protected the venerated image of the harshness of nature...



Más información:



Fotos cortesía de la Sra. Nubia Mercedes González González y la Srita. Iveth Salgado Padilla.


viernes, julio 23, 2010

La mona de Zaragoza

 Escrito por Marianela Flores Vergara

    Desde hace una semana, vecinos del barrio Zaragoza y La Providencia aseguran haber visto una mona que aparece en el barranco cercano al río El Pochote, principalmente por las noches.  Para algunos ciudadanos, como el joven José Antonio Vargas, el «espanto» es una mujer que practica la brujería y por decepción de la vida decide convertirse para mortificar a los vecinos, por lo que él cree que «no es una mona normal». 


    El muchacho, quien asegura haber visto el personaje, la describe como un animal de un metro de alto, de cuerpo áspero y aparentemente cubierta totalmente de pelo.  «Escuché en la noche ladrar y aullar a los perros en el patio y me salí para ver qué era, mi susto fue cuando la mona brincó del palo de níspero y salió corriendo hacia el patio vecino», narra.  Después que vio la sombra extraña, José Antonio refirió que se enfermó de fiebre durante dos días. Su tía Clementina Vargas, que habita con él, dijo ser testigo de los chillidos del animal, entre las diez y diez y media de la noch

    De acuerdo a vecinos, la mona también ha aparecido en La Providencia, en el árbol Panamá, pero desde hace quince días se ha trasladado al barranco para molestar a los otros vecinos.  Todas las noches se reúne un grupo de jóvenes para emprender la misteriosa búsqueda del supuesto espanto, sin obtener resultados satisfactorios. La última vez, uno de los valientes muchachos cuenta que logró percibirla en medio de la oscuridad, sobre un árbol, pero el animal se lanzó al suelo y ni siquiera los perros pudieron rastrearla. 

    El llanto fino de la supuesta mona también ha sido escuchado por la señora María Cristina Dávila, una madrugada reciente, cuando se dirigía hacia el mercado, para vender sus verduras, «faltaba un cuarto para las cinco y escuché los chillidos y los perros ladrando fuera de lo normal, apresuré el paso porque sentí temor», señala.

Tomado de Mona bruja aterroriza a leoneses - END, 26 de febrero de 2000

domingo, julio 11, 2010

Apuntes sobre Nagarote: La lluvia de Remaches



Por Luis José Castro Jeréz

    Corría el mes de septiembre del año 1961. Recuerdo que al mediodía de un lunes, cuando nos disponíamos a comer para prepararnos, a regresar a clases a las dos de la tarde, ya que en esa época los escolares recibíamos clases por las mañanas y las tardes, la paz del pueblo se vio interrumpida por un sinnúmero de vecinos que corrían hacia una casa ubicada al frente del Parque El Genízaro enclavado en el centro del pueblo, donde se estaba desarrollando una acción misteriosa y, hasta entonces, desconocida por los habitantes, considerada hoy como un fenómeno inexplicable que cabría dentro de los límites de lo sobrenatural. Una lluvia de remaches o pequeños tornillos caía intermitentemente sobre el tejado de la casa de una familia de bien dedicada al comercio al detalle.

    ¿Era un avión el causante de este fenómeno o era el resultado de algo sobrenatural?. Lo cierto es que los pequeños remaches caían por montones en oleadas consecutivas con intervalos de dos a tres minutos. Todos los vecinos que se habían congregado a presenciar tan inusual espectáculo elevaban su vista al cielo, escrutando el infinito solo para descubrir que provenían de las alturas cuál enjambres de abejas para caer sobre el tejado. Los dueños de la casa eran consolados por personas amigas que con santo temor y temblor se encontraban desconcertadas por lo que estaba sucediendo. Almas caritativas entonaban oraciones y plegarias al Altísimo, rogando clemencia ante tan inexplicable e inusual fenómeno que parecía presagiar el final del mundo para todos los presentes. Recuerdo que un vecino del lugar, zapatero de oficio, recogió una gran cantidad de remaches para guardarlos, según él, como testimonio fehaciente de tan raro fenómeno.

    En virtud de que el párroco asignado al pueblo se encontraba de viaje en otra ciudad, mi tía Ninfa, gran devota de la Virgen María y del Sagrado Corazón de Jesús, se presentó al lugar con velas y un frasco de agua bendita que roció por los diferentes lugares de la casa a fin de ahuyentar al Maligno….. A la una y media de la tarde la lluvia de remaches comenzó a aminorar hasta extinguirse por completo, devolviendo la tranquilidad a toda la comunidad que presenció tan funesto hecho…..

    Versiones corrieron a lo largo de los días sobre el origen del inusual fenómeno… Lo cierto es que, con todas las oraciones y los actos de penitencia que con el paso del tiempo se efectuaron en todo el vecindario, la paz y la tranquilidad volvieron a nuestro querido Nagarote, cuyos habitantes interpretamos este fenómeno como un llamado celestial a ser más espirituales y apartarnos de los vicios. A pesar de mis cortos diez años de edad, creí interpretar de esta manera el sentir de nuestros habitantes.

Apuntes del Sr. Luis José Castro Jeréz recopilados por Martha Isabel Arana/ 23 de enero, 2010
Foto tomada de Nicaragüenses.

martes, mayo 11, 2010

Apuntes de Nagarote: el paso navideño de Cleopatra





Por Luis José Castro Jerez

    El mes de enero del año 1970 un grupo de damas encabezado por doña Emma Hernández de Arana y otras distinguidas representantes de la sociedad nagaroteña organizó un “Pase Navideño de Reyes” con el objeto de revivir tradiciones de las primeras cuatro décadas del siglo XX; época en que se acostumbraba representar un desfile de personajes navideños encabezado por San José y la Virgen María junto al Niño Jesús recién nacido y los Reyes Magos que habían acudido a adorarle y ofrecerle incienso, oro y mirra.

    Esa noche fue solemne y todos los habitantes de Nagarote se encontraban de fiesta, ya que el Pase llevaba muchos años sin celebrarse. Por dicha razón, muchos vecinos del Valle de Jesús y fincas aledañas bajaron al pueblo a contemplar el espectáculo.

    El espectáculo resultó ser todo un primor. San José y la Virgen se lucieron, al igual que los mozalbetes que representaron a los Reyes Magos. Lo que sí estuvo fuera de lugar en el desfile fue la representación de una carroza evocando a la bella reina egipcia Cleopatra tomando una postura señorial acompañada de un séquito de jóvenes y de su apuesto Marco Antonio. Demás está decir que las críticas al Pase llovieron por varios días, favorables algunas y desfavorables otras por los personajes egipcios que no iban acordes con la tónica del desfile y, por consiguiente, con las burlas de lugar hacia nuestra nativa Cleopatra.

Recuerdos del Sr. Luis José Castro Jerez recopilados por Martha Isabel Arana el 23 de enero de 2010

lunes, enero 25, 2010

Canciones de Tino López Guerra




El gran Tino Lopez Guerra, el Rey de los Corridos, nació en Chinandega, Nicaragua, en 1906. Famoso por populares canciones que han quedado grabadas en la memoria de todos nosotros. Además de dedicarle hermosas composiciones a su tierra, todas llenas de orgullo patrio, le compuso una canción a cada país centroamericano.

Nicaragua Mía
Corrido
Letra y música: Tino López Guerra.

Con un pedazo de cielo
mi Nicaragua se formó,
por eso es lindo este suelo:
El suelo donde nací yo.
Sus lagos son serenatas,
maravilloso talismán,
son dos leyendas de plata
el Cocibolca y Xolotlán.
¡Qué linda, linda en Nicaragua,
bendita de mi corazón
si hay una tierra en todo el continente
hermosa y valiente
¡esa es mi nación!
Soy puro pinolero,
nicaragüense por gracia de Dios.
La raza nicaragüense
sabe de luchas y de honor,
y luce altiva en su frente
los esplendores de su sol.
Solo en Darío se explica
la inmensidad de su creación,
tenía que ser un nica
del mundo entero admiración.
¡Qué linda, linda es Nicaragua... Soy puro pinolero...
Bella y valiente de veras
es la mujer que aquí nació,
igual a Rafaela Herrera
que a los piratas derrotó.
Con un mantón de acuarelas,
con los paisajes de un tapiz,
con noches de lentejuelas,
así se viste mi país.
¡Qué linda, linda es Nicaragua...

Viva León Jodido
Corrido
Letra y música: Tino López Guerra

León Santiago de los Caballeros
es mi linda ciudad colonial,
perfumada con los pebeteros
de su imponente y antigua Catedral.
El pochote es su fuente Castalia
donde Mena se fuera a inspirar,
donde puso Rubén su sandalia
para con gloria al mundo deslumbrar.
Por todo el oro del mundo
no cambiaría a mi León,
pues lo quiero con amor profundo
y es el cerebro de toda mi nación.
León puede ser abatido,
pero nunca vencido,
¡Viva León, Jodido!
De Mercedes, la Virgen Bendita
es la gran patroncita de León,
que nos dio a la mujer más bonita
para que fuera un adorno en mi región.
Es Subtiava la indígena joya
con que León se acostumbra ataviar,
y la playa de su Poneloya
es como un cielo tendido junto al mar.
Por todo el oro del mundo...

Chinandega
Corrido
Letra y música: Tino López Guerra

No hay en mi patria un rinconcito
que sea como mi tierra natal,
es Chinandega tan bonito,
parece un paraíso terrenal.
Como plateada serpentina
su río cruza este lugar,
y su volcán Cosigüina
es hechicería hecha lunar
Chinandega, tu surco es la vida
de mi patria que en mieses embriagas
y te llaman, oh tierra querida,
Granero de Nicaragua.
Nada, ni nadie la doblega,
así es Chinandega
mi tierra natal.
Es mi ciudad Chinandegana
el alma de mi raza y mi nación,
la protegida de Santa Ana
que es reina de esta hermosa población.
Y sus mujeres son más bellas,
más que las rosas de un rosal,
más lindas que las estrellas
que hay bajo mi cielo tropical.
Chinandega, tu surco es la vida...
Es Chichigalpa su diamante,
el Viejo su lucero colonial,
y el bello puerto de Corinto
un verdadero orgullo nacional.
Tierra por Dios Privilegiada,
de tus campiñas de maíz,
de tus espigas doradas
pende la existencia del país.
Chinandega, tu surco es la vida...



Corinto
Corrido
Letra y música: Tino López Guerra

Es Corinto una rara maravilla,
una perla que el mar nos regaló,
una Tierra muy noble y muy bravía,
como nunca he visto yo.
Cuando el faro vislumbra el navegante,
en su hermana la Isla del Cardón,
se adivina en su ritmo palpitante
que allí tiene Corinto su propio corazón.
Es mi orgullo sentirme corinteño,
ser del puerto mejor de mi nación,
cuyo mar es azul como un ensueño,
y su cielo de pompas de jabón.
De Corinto yo me ufano,
con orgullo y con razón,
porque cuando da la mano,
da con ella el corazón.
Paredones y su Paso Caballo,
por la playa zafir de Costa Azul,
son milagros como la Cruz de Mayo,
filigranas como la Cruz del Sur.
Sus mujeres que el sol pintó morenas,
sus celajes, sus palmas y su mar,
quien los mira una vez en sus arenas
a mi lindo Corinto no lo podrá olvidar.
Es mi orgullo sentirme corinteño,
ser del puerto mejor de mi nación,
cuyo mar es azul como un ensueño
y su cielo de pompas de jabón.
De Corinto yo me ufano,
con orgullo y con razón,
porque cuando da la mano
da con ella el corazón. 

Foto de la playa de Corinto: Badanica

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