La Ciudad de León Santiago de los Caballeros, es cuna de una de las leyendas más populares que por décadas ha coqueteado con la fina línea entre la imaginación y la realidad de algunos leoneses quienes en las noches oscuras y calurosas, aseguran todavía escuchar los cascos del fantasmal caballo del Coronel Arrechavala.
El español Joaquín Arrechavala había venido a Nicaragua como enviado del Rey de España, Carlos II de Borbón. En 1791 fue ascendido a Coronel, y cuando murió en 1823 se rumora que lo acompañó a la tumba la inquietud de andar penando en León, sin poder descansar en paz hasta que su riqueza hubiera sido distribuida de alguna manera.
Son muchos nicas los que aseguran que efectivamente, sus abuelos, sus padres o incluso ellos mismos han sido testigos de las andanzas del coronel y los hechos misteriosos que ocurren en la que fuera su casa.
Me contaba una señora leonesa lo que sus abuelos vivieron en carne propia: "Este cuento fue real, sucedió en el siglo pasado en la casa solariega de Arrechavala. Después de su muerte, la casa quedó abandonada y varios inquilinos la habían habitado. Muchos de ellos la desocupaban a los pocos días, ya que se decía que estaba embrujada. Me contaban mis abuelos, que ellos estaban muy jóvenes y a pesar de que se decía que en esa casa asustaban, ellos insistieron en alquilarla, puesto que no tenían miedo a tantos cuentos. Después de algún tiempo, por las noches se escuchaban ruidos muy fuertes de cascos o pisadas de caballo dentro del patio. Ellos dormían con un candil porque no había luz en ese tiempo en la ciudad. Una noche, con gran asombro, vieron que el candil se levantaba y caminaba en el aire como si alguien lo sostuviera en sus manos. Por supuesto salieron corriendo de esa casa."
"Yo también escuché los mismos ruidos de cascos de caballo entrando a su casa por las noches" asegura doña Paula, quien en la década de los cincuenta vivió con sus padres en una casa alquilada contigua a la propiedad del coronel. "Ya había luz eléctrica, pero solamente por ciertas horas. En el cuarto donde yo dormía con mis hermanitas, se sentía el piso del cuarto muy flojo, como si algo hueco había por dentro. Insistíamos con mi papá que descubriéramos el piso por si encontrábamos algo enterrado allí. Mi papá nunca quiso hacerlo, por temor a tantos cuentos que se decían de Arrechavala, que había sido tan poderoso y que tenía mucho dinero. Todos esos terrenos alrededor de su casa habían sido de él y las botijas abundaban en todas esas cuadras de León, específicamente de la zona del Colegio La Asunción, 3 cuadras al sur."
Doña Paula cuenta que fue una lástima que ellos estuvieran tan pequeños, si no hubieran convencido a sus padres en buscar tesoros escondidos en esa casa, ya que muchos de los vecinos encontraron años más tarde monedas grandes de oro en recipientes de barro. Esas personas, después de haber sido tan pobres, se volvieron grandes empresarios y terratenientes de la ciudad de León.
LA LEYENDA DE ARRECHAVALA
Es una de las más populares, la cuentan en toda la familia y lo curioso es que algunos se sugestionan
de su contenido y dicen se siente en algunas noches, el sentir el
cabalgar de Arrechavala, causando mucho temor en los niños. Su muerte
dio lugar a la leyenda de Arrechavala en la ciudad de León (Nicaragua), que dice que se aparece sobre su caballo galopando por las viejas calles leonesas.
No cabe la menor duda que en la ciudad de León de Nicaragua,
el personaje más popular es el espíritu de este rico militar que después
de muerto sigue cabalgando por sus calles asustando a sus habitantes
montado en su caballo lujosamente vestido con charreteras, fajas y
espuelas de oro. Solo se deja ver por las mujeres, por los hombres no se
deja ver, aunque pueden sentir su látigo.
Se ha escrito, que la creencia popular es que su espíritu
recorre las calles de León en busca de su fortuna, que debe estar
enterrada en algún sitio de la ciudad. Pero el sentir popular es que la
riqueza acumulada debe ser repartida, de alguna manera, entre la
comunidad, por ello, cuando una persona rica muere, su alma no puede
descansar, por lo que vaga errante entre los vivos hasta que su riqueza
no se distribuya de alguna manera. El pueblo trata de esta forma de
buscar la justicia de la repartición igualitaria después de la muerte
cuando no se ha podido realizar en vida.
La primera versión escrita de la leyenda de Arrechavala data de 1956 y se encuentra en la obra de Andrés Vega Bolaños, embajador de Nicaragua en España, titulada Historia de Nicaragua. Según Salomón Somarriba, tataranieto de Joaquín Arrechavala, la leyenda fue inventada por los contrabandistas hondureños de tabaco para facilitar la introducción de sus mercancías en la ciudad durante la prohibición del tabaco. Otra de los supuestos en los que se basa la leyenda es que Joaquín Arrechavala solía pasear por las noches montado en su caballo en guardia en previsión de revueltas que fueron comunes en esa época de transición de la historia de Nicaragua. En esas guardias solía espantar a los ciudadanos que encontraba a su paso y estos, al oír el trotar del caballo, huían de su encuentro.
Leonline.net, nos la recuerda narrando: Que la riqueza es
siempre condenada por la comunidad y cuando una persona rica muere, se
queda errante en la tierra entre los vivos, asustándolos. El rico no
conoce jamás la paz eterna hasta que su riqueza no se distribuya de
alguna manera.
En la ciudad de León (Santiago de los Caballeros) Arrechavala es el personaje más popular, cuyo espíritu asusta por las noches en las calles de la ciudad. Este personaje nace en Madrid, España, en el año de 1728. Sus padres fueron: José Antonio Arrechavala y Abrosia de Vílchez. Vino a Nicaragua enviado por el Rey de España Carlos II de Borbón. Fue ascendido a coronel el 14 de febrero de 1791. Grado que ostentó hasta 1821 cuando se proclamó la independencia de Centroamérica en Guatemala. Murió en el año de 1823 a los 95 años de edad.
En la ciudad de León (Santiago de los Caballeros) Arrechavala es el personaje más popular, cuyo espíritu asusta por las noches en las calles de la ciudad. Este personaje nace en Madrid, España, en el año de 1728. Sus padres fueron: José Antonio Arrechavala y Abrosia de Vílchez. Vino a Nicaragua enviado por el Rey de España Carlos II de Borbón. Fue ascendido a coronel el 14 de febrero de 1791. Grado que ostentó hasta 1821 cuando se proclamó la independencia de Centroamérica en Guatemala. Murió en el año de 1823 a los 95 años de edad.
Según consta en su testamento, pidió que fuera sepultado en
la catedral o en la iglesia de La Recolección (que él había financiado
como la de San Sebastián) pero se desconoce donde fue enterrado.
Llegó a tener una gran fortuna. Entre sus haciendas se encontraba la de Los Arcos y también parece que poseía el ingenio San Jacinto.
Participó económicamente en la construcción de la Capilla de San
Sebastián y en la reconstrucción de la Capilla de la Recolección y
obsequió las imágenes de San Sebastián, de Jesús Atado a la Columna y de
la Virgen de Dolores
Cuenta manfut.org/leyendas/arrechavala.html en la Ciudad de
León, Santiago de los Caballeros. Arrechavala es el personaje más
popular, cuyo espíritu asusta por las noches en las calles de la ciudad.
Doña Mireyita, que vive en el Barrio Guadalupe, lo ha visto pasar
delante de su casa y nos cuenta el testimonio:
"Era de noche superoscura, tan oscura que no miraba mi
mano, y eso que estaba sentada en la acera delante de mi puerta a eso de
las once de la noche.. (que hacía esta señora a las once de la noche
..esa es otra historia.. )
En aquella época los americanos ocupaban el país. De pronto
se oyó un ruido extraño. De repente oí el tropel de un caballo que venía
de Laborío (el pueblo indígena), ... En mi casa anterior había nacido el
grandioso músico compositor leones José de La Cruz Mena, dicen que
murió de lepra ...y pasa que en donde hoy queda el Museo Rubén Darío,
todavía allí se encuentran las señas de las barras de las ventanas
torcidas...ante su rabia que quería salir de la cama en que se encontraba
postrado..lea Museo de la Musica en este website para mas sobre Jose de
la Cruz Mena)
Entonces allí era donde yo vivía..el caso es que oí el tropel
del caballo que cogió para el lado del Cuartel de la 21. El Jinete se
paró y amarró el caballo. Yo decía para mi misma:
>Quién será ese americano que va a pasar por aquí ? .. la sangre cristo !!!
Y Yo pidiéndole a Dios que no me fuera a decir nada por estar
a deshoras de la noche en la puerta de mi casa. Yo me encomendé a dios y
a todos los santos, Santo Dios mío...Santo fuerte.., Santo Inmortal..
líbrame de todo susto y de todo mal. Dios miio yo no sabía qué hacer.
Así entonces cuando este iba pasando cerca de mi casa, y en dirección
mía. Dios mío, yo no sabía qué hacer. Él volvió atrás y yo le vi el
perfil de su cara ...era un hombre simpático. Él siguió caminando, después
le oí sonar la espuela.
¿Qué cosa era eso? Dije yo. Siguió caminando hasta que llegó a
la esquina de los Montenegro y entonces se bajó ahí y se paró en medio
de la calle haciendo maniobras militares. Ya cogió él para lo que ahora
es la casa de los Madrices y le dió tres golpes a la puerta. yo me dije
ahí vive ese americano, pero le mire la capa era antes de color café
cuando paso delante de mi casa se miraba azul turquí, después se paró en
la propia esquina de los Madrices y volvió a hacer las mismas maniobras
y cogió para el trasero del Colegio San Ramón y de la Asunción. ¿Pero
cuándo iba ya a llegar a la esquina encontró a un hombre, que al pasar
cerca de mí le pregunté? ¿Vistes a aquel americano que va allá? No he
visto a nadie, lo que usted vio seguramente fue Arrechavala.
Efectivamente, ese era Arrechavala que había dejado su caballo cerca de
mi casa. De estos relatos existen muchos. Según se relata, Arrechavala apoyó la construcción de la Capilla de San Sebastián y dio un donativo
para reconstruir la Recolección. También obsequió la imagen de San
Sebastián de Jesús Atado a la Columna y la Virgen de Dolores.
Tomado de Camova