jueves, mayo 11, 2006

Los coyotes y el cadejo de el Riguero

 Fragmento escrito por M. Haydee Brenes Flores

    Las mujeres que habitaban el barrio Riguero sentían más temor de las manadas de coyotes que todas las noches pasaban por la calle principal hacia lo que hoy es el barrio Campo Bruce, en ese tiempo un lugar montoso, con puros charrales de papaturros que daban formas a las supuestas apariciones que los hombres
aseguraban se veían por el lugar.



    El cadejo negro era una de las apariciones que más comentario causaba porque decían mataba a los perros que ocupaban los primeros vecinos para ir a cazar venados, conejos, cusucos y codornices. "Este mismo perro negro con ojos
endemoniados seguía por los polvorientos caminos a los que salían por las noches y les eran infieles a sus esposas, se alejaba de ellos hasta que le pedían perdón e intercesión a la Virgen María que les enviaba al cadejo blanco para cuidarlos"comentaron los vecinos.

Fragmento tomado de Los dias del coyote y la mona enamorada - END,
2 de septiembre de 2002

martes, mayo 02, 2006

La Negra Camila

    Famoso es en la ciudad de León el espanto de la Negra Camila. Aunque también me han contado que se aparece en Masaya rondando las calles y haciéndole maldades a los borrachos. Según la leyenda, a como a mí me fue contada, la Negra Camila se aparece con un puro y una botella vacía, ofreciéndose a los bolos que tienen la mala fortuna de tropezarse con ella. Dicen que se divierte con los pobres desdichados, intenta besarlos y cuando los tiene cerca se convierte en un espanto horrible con cara de iguana. Otros aseguran que los quema con el puro en todo el cuerpo, o los hace tomar guaro a la fuerza hasta quedar medios muertos y medios dundos.


    Según los escritos de Edgar Escobar Barba, "en vida ella tuvo su jardín de flores a donde llegaban las muchachas y los muchachos a buscar consuelo en asuntos del amor y que ella les proporcionaba, rematando con alguna flor, y por eso la gente envidiosa empezó a decir que era bruja porque funcionaban sus consejos. Su éxito se lo achacaron a algún pacto con el Uñudo, mientras otras mujeres recurrían por las noches con la Negra Camila para saber de chismes y exagerarlos y solicitar pociones o alimañas para perjudicar a los semejantes que les iba bien en la vida."

    De acuerdo con la versión de esta
leyenda
en Manfut.org, ella solía vestirse de negro hasta el ojo del pie con un delantal en la cintura. Agrega además un dato interesante: "En un rincón de su casa mantenía un "NAGUAL" (que consiste en una hoya, con un garrobo en su interior o podría ser cualquier otro animal). Cuando salía a la calle, llevaba consigo el nagual envuelto en un motete de trapos, para ella el nagual era un amuleto de buena suerte, siempre que andaba en la calle tarareaba una melodía, parecida a la del son del toro (como el del tambor), porombopombo, porombopombo, porombopombo... "

martes, abril 25, 2006

El Barco Negro




Isletas de Granada - Lago Cocibolca, Nicaragua

Cuentan que hace mucho tiempo, ¡tiempales hace! Cruzaba una lancha de Granada a San Carlos y cuando viraba de la Isla Redonda le hicieron señas con una sábana.

Cuando los de la lancha bajaron a tierra sólo ayes oyeron. Las dos familias que vivían en la isla, desde los viejos hasta las criaturas, se estaban muriendo envenenadas. Se habían comido una res muerta picada de toboba.

¡Llévennos a Granada!- les dijeron. Y el capitán preguntó:
¿Quién paga el viaje?
No tenemos centavos, dijeron los envenenados, pagaremos con leña, pagaremos con plátanos.
¿Quién cortará la leña? ¿Quién cortará los plátanos? dijeron los marineros.
Llevo un viaje de chanchos a Los Chiles y si me entretengo se me mueren sofocados, dijo el capitán.
Pero nosotros somos gentes, dijeron los moribundos.
También nosotros, —contestaron los lancheros—. Con esto nos ganamos la vida.
¡Por Diosito! —gritó entonces el más viejo de la isla— ¿No ven que si nos dejan nos dan la muerte?

Tenemos compromiso, dijo el capitán. Y se volvió con los marineros y ni porque estaban retorciéndose, tuvieron lástima. Ahí los dejaron. Pero la abuela se levantó del tapesco y a como le dio la voz les echó la maldición:

¡A cómo se les cerró el corazón se les cierre el lago!
La lancha se fue. Cogió altura buscando San Carlos y desde entonces perdió tierra. Eso cuentan. Ya no vieron nunca tierra. Ni los cerros ven, ni las estrellas. Tienen años, dicen que tiene siglos de andar perdidos. Ya el barco está negro, ya tiene las velas podridas y las jarcias rotas. Mucha gente del lago los ha visto. Se topan en las aguas altas con el barco negro, y los marinos barbudos y andrajosos les gritan:

¿Dónde queda San Jorge?¿Dónde queda Granada?
... Pero el viento se los lleva y no ven tierra. Están malditos.
(Contado por una mujer de Zapatera a Pablo Antonio Cuadra, 1930)

Tomado de Pablo Antonio Cuadra y Francisco Pérez Estrada: Muestrario del Folklore nicaragüense. Fondo de Promoción Cultural - Banco de América (Serie Ciencias Humanas No. 9), Managua 1978.





jueves, abril 20, 2006

Los bultos o aparecidos

    Uno de los espantos más temidos en Nicaragua es el bulto, o aparecido. Estos salen en las noches solitarias a los hombres trasnochadores que cruzan la ciudad o los caminos, apresurados por regresar a su casa. Dicen que los aparecidos son blancos, y que parecieran como una nube o una sombra rodeada de niebla.



    He escuchado algunas versiones diferentes de lo que sucede a los hombres que se tropiezan con el temido bulto. Unos dicen que mueren de susto, otros dicen que quedan dundos o tontos. Enrique Peña Hernández en su libro Folklore de Nicaragua sugiere lo que el hombre “que viene preparado” debe hacer:

   "El indio repuesto de la primera impresión, echa mano a su cutacha de cruz; y, si lleva prisa, avanza rápidamente y la pasa metiendo de punta en la cabeza inconsistente del muerto, incontinenti desaparece éste, como por ensalmo; y se oye el ruido de un mosquero alborotado.

    Si el tunante no lleva prisa, se acerca despacio al bulto acostado, le clava la cutacha en la cabeza y comienza de inmediato a rezar sus oraciones que, aunque las lleva en el bolsillo, se las sabe de memoria. A medida que va rezando, el bulto vaporoso va tomando consistencia y solidez, hasta quedar convertido en un ser humano hecho y derecho, varón, lleno de vida."

    Al hacerse esto, se dice que se efectuó la cogida del muerto. Sin embargo, a los días este ex-muerto se va llenando de tristeza, hasta que finalmente muere de veras, y entonces se dice que murió de pena.

Por eso se sugiere a los tunantes que anden preparados en las noches. Tienen que llevar sus oraciones, y sus cutachas listas, porque si no son vivos, el muerto los puede dejar como jugados de cegua.

martes, abril 18, 2006

La Leyenda de la Carretanagua (Nahua, Nahualt)

La carretanagua, sale en las noches oscuras de mi pueblo, sembrando terror entre los asustados vecinos que aunque no la ven, escuchan su infernal paso por las antiguas calles de la ciudad. 

Dicen que al llegar a las esquinas se esfuma, que no dobla, más bien vuelve a aparecer despacio anunciando una muerte segura en la calle que sigue. Los valientes que se han atrevido a espiar su paso desde la oscuridad de las sombras afirman que va conducida por la Muerte Quirina. Otros insisten que nadie la guía, más que un par de bueyes flacos y huesudos. Va buscando víctimas y carga eternamente las almas en pena de las personas que gozan haciendo el mal de sus vecinos del barrio con sus chismes, maldades y venganzas.

"Por las noches, en el silencio de los caminos solitarios se oye pasar la misteriosa carreta. Los perros y las personas que se atreven a ver aquella carreta nagua quedan con fiebre del tremendo susto de la aterradora visión. Algunos pierden el habla por varios días y hasta se han mencionado casos de muertos por oír el ruido del chirriante paso de la carreta. Doña Julia, habitante del Municipio de Jalapa, Nueva Segovia dice que un día vio una carreta inmensa y en ella dos pasajeros quirinas que llevaban una vela prendida en cada mano. Sus cabezas estaban cubiertas con capuchas blancas, según ella eran las ánimas del purgatorio. Los dos pasajeros solo decían 'reza por mi alma' una y otra vez. Doña Julia no aguantó, dice que la vista de le nubló y perdió el conocimiento. Recuerda que los siguientes días fueron terribles para ella debido a la terrible fiebre y por varios días perdió la voz." (Visto en El país que se nos va)

Otras versiones:
La Carreta Bruja o Carreta Chillona ( Leyendas de El Salvador)
La Carreta sin bueyes (Leyendas de Costa Rica)

sábado, abril 01, 2006

¿Alguna vez viste al cadejo?

    La imaginación del nicaragüense es rica en detalles. En un dos por tres, cualquier persona que no entendió un cuento, lo enredó y lo volvió más sabroso. No existe una plática de amigos, donde tarde o temprano no aflore alguna leyenda y el narrador jure y perjure que eso mismo le pasó a él/ella o algún conocido de su familia. Nunca se sabe si el cuento es verdad, o es mentira, pero en realidad, eso es lo de menos. Todos preferimos deleitarnos con la historia y aprendérnosla bien, porque algún día, seguramente, nos servirá para volver a contarla cuando el asunto de los espantos salga a relucir otra vez.

    Son muchos los nicas que aseguran haber tropezado con el temido Cadejo. Según la versión popular, son dos Cadejos los que deambulan por las calles solitarias de mi tierra. El Cadejo tiene forma de perro, grande, con temibles garras y un sonido especial al caminar. Aparecen al anochecer, y desaparecen cuando los primeros rayos del sol alumbran un nuevo día. El Cadejo Blanco, es guía y protector del hombre que deambula a altas horas de la noche, mientras que el Cadejo Negro es un espíritu maligno. Este último es temible, ya que su aspecto provoca terror con sus ojos que parecen emanar fuego. Del blanco se dice que protege al hombre en contra del negro, quien es su enemigo por naturaleza.



    Una señora amiga de mi familia, estuvo lado a lado con el cadejo blanco. Era de noche, y regresaba a su casa después de acompañar a su abuela en los últimos momentos de su vida allá en su natal Rivas. Como vivía en el campo, tenía que caminar sola a su casa, por un largo trecho. Sentía mucho miedo, pues la noche era oscura, sin luna. Sin embargo, ella asegura, sentía una presencia a su lado, pero no podía ver nada porque el cielo estaba nublado. De pronto, un relámpago le sirvió de guía y aprovechando el destello, quiso comprobar si en realidad caminaba sola. Cuál fue su susto, según me contó, que un perro blanco venía a su lado. Jamás sintió tanto miedo en su vida, pues había escuchado que por esa región aparecía el perro guía. Con mucha suerte corrió que no se muriera del susto, porque en ese momento justo, iba pasando a caballo un vecino de su comarca quien se ofreció a llevarla hasta su casa. Siempre me acuerdo de su relato en las noches oscuras, cuando siento que no estoy sola.


No me extrañ
aría que alguien que esté leyendo mi historia, haya pasado una experiencia similar. Seguramente que sí.


(Historia escuchada en mi niñez -  Julio, 2005)

La imagen es tomada del sitio web de E. Manfut , que me parece que ha hecho un trabajo excelente coleccionando artículos sobre Nicarag
ua.

martes, marzo 28, 2006

El espíritu del tesoro enterrado de Sutiava

En la comunidad indígena de Sutiava, en la ciudad de León, se cree que dos veces al año sale de las aguas tibias del balneario de Poneloya, el espíritu de un tesoro enterrado. Esta aparición nocturna que aparece en semana santa y agosto, tiene forma de un cangrejo gigante, dorado porque es de oro, y con ojos brillantes como piedras preciosas. Recorre el camino que va de Poneloya hasta llegar a Sutiava (variante Subtiava o Sutiaba), dando vueltas en las esquinas principales de la ciudad, cruzando puentes, recorriendo calles, cruzando plazas, esquivando las manos de los más atrevidos que pretenden atraparlo y que al pasar cerca de él, quedan sin poder moverse y mudos por varios días.

Según la historia, la leyenda del "punche (cangrejo) de oro" como es popularmente conocida, nace después que los conquistadores ahorcaran al Cacique Adiac en un gran árbol de Tamarindo que aún se preserva, mudo testigo de los tiempos. Se comenta entre los leoneses que el cacique está encantado y que en la ciudad existe un gran tesoro enterrado. El día que alguien logre capturar al punche, se romperá por fin el encanto y la persona que lo atrape será dueño de todo ese tesoro.

Se dice que esta leyenda fue creada por los Subtiava para preservar su propia identidad que es su mayor tesoro, representándose ellos mismos con las cualidades de este rebelde y astuto animal que no se deja atrapar por nuevas y diferentes culturas.

Foto: "Santo entierro de Sutiava" aceite en canvas,
Santiago Crispín, León, Nic.