Le va a hacer daño bañarse de noche...

Cuando vivimos lejos de nuestra tierra por muchos años, el tiempo y la influencia de otras culturas hace que uno olvide ciertas creencias que son naturales en nuestro país de origen.

Leyendo el artículo de un extranjero que visitó Nicaragua hace poco, me llamó la atención que mencionaba la seria importancia y el respeto que le damos los nicas a los cambios bruscos de temperatura en el cuerpo. ¡Es cierto!

Por ejemplo, cuando yo visité la patria hace como dos años, no acostumbrada ya al calor húmedo de mi país tropical por haber emigrado hace tantos años, lo primero que se me ocurrió fue meterme en la ducha en cuanto llegué del aeropuerto. ¡Pero señora, cómo hace eso! Me gritó aterrorizada la empleada, la muchacha de servicio en la casa donde me hospedaba. ¿Por qué, qué pasa? Le respondí asustada. Yo pensé en ese momento que no había agua, que no había luz. Pero jamás se me ocurrió que me saldría con esto: ¿No mira que el avión es caliente? Y le va a hacer daño bañarse, ¿y más de noche?
 

¿Cómo se me pudo olvidar que uno no puede bañarse si está agitado

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