martes, septiembre 14, 2010

Los duendes escolares

De los archivos de La Prensa, noticia publicada el sábado 11 de abril de 1970

Cien niños "ven" duendes en una escuela

    Más de un centenar de niños del Centro Escolar de la Colonia Nicarao, influenciados seguramente por un compañero con una imaginación fantástica, afirman ver desde el miércoles en un hoyo ubicado en la esquina este del colegio a dos duendes "jugando".  La afirmación de los niños tiene alarmados a los maestros, quienes han querido contrarrestar la fantástica creencia, pero los estudiantes, incluso, se paran en las aulas y ratifican lo que antes dijeron, aseguran los profesores.

    La niña Teresa Muñoz Rivas, de unos seis años, describe a los duendes vestidos de rojo, con una cinta roja atada a la frente y un gorro también rojo. Armando Saravia también los describe vestidos de rojo y de caites, con la punta viendo al cielo. El niño Sixto Gómez de unos diez años, dice que los duendes visten de rojo, una calzoneta y con zapatos largos, casi del tamaño de ellos. El director del colegio, profesor Alberto Mercado, se mostró alarmado por la afirmación de los muchachos, "pero no he podido quitarles esa idea de la cabeza" se queja.

    Aunque  los maestros dicen a los niños que "eso no existe", los muchachos se muestran seguros de su afirmación.  El hoyo donde los niños aseguran haber visto a los duendes fue practicado para que saliera la corriente en invierno.


Después de 30 años, ¿qué habrá pasado con los niños... y sus duendes?



jueves, agosto 26, 2010

La leyenda del Cacique Chontal

Escrito por Marlon Vargas Amador

(Este relato es parte de un trabajo no publicado de Marlon Vargas Amador, titulado Amerrique, los senderos olvidados de su historia y geografía©, 2010).

    Como testigo silencioso del paso del tiempo, la sierra de Amerrique (Amerrisque por corrupción), ubicada en el departamento de Chontales, ha guardado junto a su naturaleza e historia muchos relatos míticos que sus habitantes tejieron como fruto de su imaginación o bien basados en hechos reales que se han olvidado en el transcurrir de los siglos. Cuevas con monedas de oro y luces misteriosas son algunos de los mitos que más de algún lugareño afirmará que son ciertos.

    En este acontecer la hazaña del cacique Chontal constituye el relato más conocido del aguerrido pueblo de los chontales y cuyo acontecimiento tuvo como escenario los blancos riscos de Amerrique.

    En el libro Pueblo Extranjero (1956), Julián N. Guerrero presenta una narración que muy pocos han tenido la oportunidad de leer por la remota publicación de esta obra monográfica.  La siguiente exposición está basada en el relato presentado por Guerrero.

    Cuenta la leyenda que el cacique Chontal al frente de sus guerreros emprendió una dura batalla contra los conquistadores. “Fue tal el ímpetu de las hordas salvajes y el brío ardiente que les comunicó su caudillo” que en poco tiempo la caballería española fue derrotada.

    Ante estas circunstancias, los españoles duplicaron fuerzas y decidieron buscar al enemigo. El coraje y la valentía del jefe indígena y sus hombres fue sorprendente; la batalla fue dura y sangrienta y, al final, el aguerrido ejército indio fue derrotado. El feroz caudillo al verse vencido por sus enemigos, se dirigió hacia un farallón cercano al lugar donde se encontraba y sobre este grito:

    “No me habéis vencido infames. No lograréis ni siquiera el cadáver de este hombre que os ha infundido pavor muchas veces, aun con vuestras armas infernales… No tomaréis ni siquiera mi cadáver porque ahora mismo me voy a precipitar a una madriguera de tigres para que me devoren antes que pase la vergüenza de ser vuestro prisionero (67)”.



    Seguidamente, se arrojó sobre el profundo abismo.

    Otra versión sobre este hecho es la publicada en el Diario La Prensa y citada a continuación:

    “En esas luchas [entre españoles e indígenas] y cuando ya los indígenas fueron diezmados, Chontal se echó a huir cargando un valioso tesoro. No se sabe tampoco qué contenía ese tesoro. Pudo ser oro, pero otros creen que pudo tratarse de reliquias religiosas, las cuales eran hechas en su mayoría de oro.

    Chontal huyó y buscó refugio en la cordillera Amerrique, por su altura y la selva que la cubría. Era un perfecto escondite. Pero no contaba con que los españoles de antaño eran tipos obstinados. Por éstos últimos fue perseguido sobre la cordillera Amerrique. Llegó a la punta más alta de la sierra y, acorralado, prefirió lanzarse al despeñadero antes de ser capturado, tras referir que era un cacique indómito”. (Sequeira, 2003).


    Existe en el pacífico de Nicaragua una leyenda muy similar a la del Cacique Chontal. En esta historia se hace referencia al cacique Diriangén y según la tradición oral la batalla se libró en el cerro Apastepe, hoy volcán Casita, en Chinandega. 

    En un documento consultado al respecto y escrito por Mario Urtecho, se hace referencia a Fray Nemesio de la Concepción Zapata, a quien se le atribuye haber escrito esta hazaña en 1684 y también de llamar equivocadamente a Diriangén como el cacique Nicaraguán.

    Julián N. Guerrero del mismo modo recurre a este fraile de la Orden Franciscana para afirmar que son muchas las circunstancias históricas que existen para creer en la existencia del cacique Chontal. Para este historiador nicaragüense, el relato de Fray Nemesio es el testimonio de la gesta aguerrida de este legendario personaje.   

    En esta misma dirección apuntan las aseveraciones de Gutiérrez y Savery que se refiere al libro “Caciques heroicos” escrito por Concepción Zapata para designar al cacique Chontal como el “contenedor de los españoles”. Según estos escritores, la mencionada obra también incluiría una crónica de la gesta del valiente cacique.   

    “Caciques heroicos” fue publicada en Madrid, España, por la Editorial America en 1918 y se atribuye su autoria al citado Fraile. En la portada se contempla el enunciado de la Biblioteca Americana de Historia Colonial. Un acápite de este libro está titulado “Vida del Guerrero bárbaro Nicaraguán”. Sin embargo, una fuente consultada expone que esta obra es parte de los 50 libros apócrifos del venezolano Rafael Bolívar Coronado (1884 – 1924), quien confesó posteriormente que había escrito libros a nombre de varios personajes, incluyendo Concepción Zapata. La razón fue el popular afán de la impresión literaria acontecido en esa época
 
    Por su parte, el poeta chontaleño Guillermo Rothschuh Tablada tiene sus reservas, ya que la versión del cacique Chontal “no es tan realista por cuanto no hubo un testigo ocular en aquel tiempo” (2005).

    Mito o historia, lo cierto es que no podemos obviar que esta leyenda forma parte del imaginario colectivo de los chontaleños y como tal se ha convertido en una expresión no solamente folklórica, sino también discursiva, viva, dinámica y testimonial que debe calar en la reafirmación de nuestra identidad cultural que de alguna forma hace referencia al sentido de una dramática realidad histórica transfigurada en el devenir del tiempo.   

"La leyenda del Cacique Chontal" fue enviada por su autor Marlon Vargas Amador a Nicaragua de mis Recuerdos, Agosto 26, 2010.

Fotografia/ Marlon Vargas Amador: Peña del Cacique ubicada al oriente de la ciudad de Juigalpa.

viernes, julio 23, 2010

La mona de Zaragoza

 Escrito por Marianela Flores Vergara

    Desde hace una semana, vecinos del barrio Zaragoza y La Providencia aseguran haber visto una mona que aparece en el barranco cercano al río El Pochote, principalmente por las noches.  Para algunos ciudadanos, como el joven José Antonio Vargas, el «espanto» es una mujer que practica la brujería y por decepción de la vida decide convertirse para mortificar a los vecinos, por lo que él cree que «no es una mona normal». 
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    El muchacho, quien asegura haber visto el personaje, la describe como un animal de un metro de alto, de cuerpo áspero y aparentemente cubierta totalmente de pelo.  «Escuché en la noche ladrar y aullar a los perros en el patio y me salí para ver qué era, mi susto fue cuando la mona brincó del palo de níspero y salió corriendo hacia el patio vecino», narra.  Después que vio la sombra extraña, José Antonio refirió que se enfermó de fiebre durante dos días. Su tía Clementina Vargas, que habita con él, dijo ser testigo de los chillidos del animal, entre las diez y diez y media de la noche. 

    De acuerdo a vecinos, la mona también ha aparecido en La Providencia, en el árbol Panamá, pero desde hace quince días se ha trasladado al barranco para molestar a los otros vecinos.  Todas las noches se reúne un grupo de jóvenes para emprender la misteriosa búsqueda del supuesto espanto, sin obtener resultados satisfactorios. La última vez, uno de los valientes muchachos cuenta que logró percibirla en medio de la oscuridad, sobre un árbol, pero el animal se lanzó al suelo y ni siquiera los perros pudieron rastrearla. 

    El llanto fino de la supuesta mona también ha sido escuchado por la señora María Cristina Dávila, una madrugada reciente, cuando se dirigía hacia el mercado, para vender sus verduras, «faltaba un cuarto para las cinco y escuché los chillidos y los perros ladrando fuera de lo normal, apresuré el paso porque sentí temor», señala.

Tomado de Mona bruja aterroriza a leoneses - END, 26 de febrero de 2000

domingo, julio 11, 2010

Apuntes sobre Nagarote: La lluvia de Remaches



Por Luis José Castro Jeréz

    Corría el mes de septiembre del año 1961. Recuerdo que al mediodía de un lunes, cuando nos disponíamos a comer para prepararnos, a regresar a clases a las dos de la tarde, ya que en esa época los escolares recibíamos clases por las mañanas y las tardes, la paz del pueblo se vio interrumpida por un sinnúmero de vecinos que corrían hacia una casa ubicada al frente del Parque El Genízaro enclavado en el centro del pueblo, donde se estaba desarrollando una acción misteriosa y, hasta entonces, desconocida por los habitantes, considerada hoy como un fenómeno inexplicable que cabría dentro de los límites de lo sobrenatural. Una lluvia de remaches o pequeños tornillos caía intermitentemente sobre el tejado de la casa de una familia de bien dedicada al comercio al detalle.

    ¿Era un avión el causante de este fenómeno o era el resultado de algo sobrenatural?. Lo cierto es que los pequeños remaches caían por montones en oleadas consecutivas con intervalos de dos a tres minutos. Todos los vecinos que se habían congregado a presenciar tan inusual espectáculo elevaban su vista al cielo, escrutando el infinito solo para descubrir que provenían de las alturas cuál enjambres de abejas para caer sobre el tejado. Los dueños de la casa eran consolados por personas amigas que con santo temor y temblor se encontraban desconcertadas por lo que estaba sucediendo. Almas caritativas entonaban oraciones y plegarias al Altísimo, rogando clemencia ante tan inexplicable e inusual fenómeno que parecía presagiar el final del mundo para todos los presentes. Recuerdo que un vecino del lugar, zapatero de oficio, recogió una gran cantidad de remaches para guardarlos, según él, como testimonio fehaciente de tan raro fenómeno.

    En virtud de que el párroco asignado al pueblo se encontraba de viaje en otra ciudad, mi tía Ninfa, gran devota de la Virgen María y del Sagrado Corazón de Jesús, se presentó al lugar con velas y un frasco de agua bendita que roció por los diferentes lugares de la casa a fin de ahuyentar al Maligno….. A la una y media de la tarde la lluvia de remaches comenzó a aminorar hasta extinguirse por completo, devolviendo la tranquilidad a toda la comunidad que presenció tan funesto hecho…..

    Versiones corrieron a lo largo de los días sobre el origen del inusual fenómeno… Lo cierto es que, con todas las oraciones y los actos de penitencia que con el paso del tiempo se efectuaron en todo el vecindario, la paz y la tranquilidad volvieron a nuestro querido Nagarote, cuyos habitantes interpretamos este fenómeno como un llamado celestial a ser más espirituales y apartarnos de los vicios. A pesar de mis cortos diez años de edad, creí interpretar de esta manera el sentir de nuestros habitantes.

Apuntes del Sr. Luis José Castro Jeréz recopilados por Martha Isabel Arana/ 23 de enero, 2010
Foto tomada de Nicaragüenses.

jueves, julio 01, 2010

Ensalada de frutas frente al Cine Salinas

Escrito por el Dr. Juan Espinoza Cuadra

México

Mayo de MMX

En el barrio Riguero hay un punto de referencia: la refresquería frente al antiguo Cine Salinas, donde venden la más rica ensalada de frutas de Managua. Recuerdo que mi padre nos llevaba a mis hermanos mayores y a mi madre a este cine y luego del placer de haber disfrutado la película, esperábamos la invitación paterna de ir a degustar un sabroso vaso de ensalada de frutas. Fuera del cine se apostaba una suerte de vendedores ambulantes ofreciendo algodón de azúcar, con su característico color rosa; los “hot-dogs” cuya preparación culminaba con una ensalada de repollo cocido sabor vinagre que destacaba sobre la mostaza, la mayonesa y el kétchup. Las bolsas de jocotes con sal, las de mango verde aderezadas con una solución de vinagre con chile. Las marchantas con sus viandas repletas de las golosinas de la época y los infaltables cigarrillos al detalle. Además, los vendedores ambulantes provenientes de Masaya y Granada con sus deliciosas cajetas de coco en colores rosa y café. Las luces de la marquesina, los claxon de los automóviles, el bullicio, las personas saliendo y entrando del cine o los que solamente se acercaban a aquel pequeño mercado para adquirir algún manjar, son los recuerdos de mi infancia en las tardes-noches calurosas de día domingo.

El terremoto de 1972 acabó con una de estas facetas. Y para mí, el barrio Riguero siguió siendo un territorio inexplorado. Y así se quedó. Mis incursiones lejos de la casa de mi madre fueron muy pocas. Tuvo que ver mi cortedad y la vigilancia constante de Bertha Cuadra. Mi siguiente domicilio fue relativamente cerca: Altamira D’Este, la casa de la hermana mayor de mi madre. La angustia y tristeza por la muerte de mi madre y la inestabilidad política de esos años no procuraron ni una visita esporádica al establecimiento cercano al otrora Cine Salinas. Los años posteriores al terremoto se sucedieron entre la casa de mi abuela paterna en la colonia Máximo Jerez, la ciudad de Diriamba y la casa de Altamira D’Este. Luego de la insurrección de 1979 y consecuentemente del asesinato de mi padre y yo con más años, con menos vigilancia, los recuerdos de la ensalada de frutas, fueron suficientes motivos para invitarme a incursionar las cercanías del antiguo Cine Salinas en busca de un vaso saturado de hielo y cuyo contenido buscaba aproximar el sabor de la ensalada de frutas de mi infancia.

El lugar no había cambiado mucho. El trato seguía siendo amable y cordial por parte de los prestadores del servicio. Logréreconocer a una señora, para ese momento, ya de edad avanzada y que en mi niñez se dirigió con mucho cariño hacia mí. La saludé con la seguridad que no me reconocería. Tomé asiento en una de las butacas de madera y aguarde. En un vaso de vidrio, sencillo, dadas las precarias condiciones económicas en las que el régimen frentesandinista había sumido a la población, tuve frente lo tantamente anhelado: mi vaso de ensalada de frutas con un popote y una cuchara plástica.

Con el primer sorbo se vino una cascada de recuerdos donde navegaron los rostros de mi padre, de mi madre, de mis hermanos. Percibílos aromas de las tardes soleadas de los domingos de mi niñez. Distinguílos rostros desconocidos de las familias que acudían al esparcimiento al igual que nosotros. Aprecié el llanto de los niños agobiados por el calor dentro de las instalaciones del Cine Salinas, a pesar de los grandes ventiladores a máxima revoluciones. Abrí mis ojos y tomé en mi mano derecha la cuchara de plástico y la hundí en el agua color durazno en busca de los trozos de piña, de papaya, de plátano. En silencio, mastique el recuerdo en mi presente. Me percaté de la ausencia de mis otrora acompañantes. No quise seguir pensando y preste mi atención a disfrutar los sabores. Cuando el vaso estuvo vacío coloque el popote y la cuchara de plástico en su interior. Lo tomé y me dirigí hacia la anciana y lo extendí hacia sus manos. Ella no miro el vaso y si mis ojos. Pregunte lo que le debía. Pagué y la vi nuevamente a los ojos. Las gracias que le prodigue aquella tarde son como un vuelo de gaviotas: una algarabía de pasado en una maraña que aún se desenreda por estos días.

Blog de poemas de Juan Espinoza Cuadra:
http://poemasdejuanespinozacuadra.blogspot.com/
Blog de opinión de Juan Espinoza Cuadra:
http://enopiniondejuanespinozacuadra.blogspot.com/

(Recuerdos del Dr. Juan Espinoza Cuadra recopilados por Martha Isabel Arana el 8 de mayo de 2010.)

domingo, junio 27, 2010

El Cristo de la Misericordia



    El Cristo de la Misericordia en la Bahía de San Juan del Sur es una obra diseñada y creada por el artista costarricense Max Ulloa por encargo del empresario nicaragüense Erwin González Bendaña, quien es fiel devoto del Cristo de la Misericordia y siempre soñó con desarrollar un gran proyecto para rendir tributo al santo de su fe.


     La imagen presenta a un Cristo resucitado que trae la paz a la Humanidad por medio del perdón de los pecados. La mano derecha de Jesús recuerda que Él está esperando para bendecir, perdonar y restaurar a las almas arrepentidas. La mano izquierda llama la atención sobre la incredulidad del apóstol Tomás.


Información tomada de LaNación




Foto cortesía de María Auxiliadora León Báez



jueves, junio 24, 2010

Granada celebra a María Auxiliadora


“El pueblo de Nicaragua es muy mariano, y en el caso específico de Granada hay dos fiestas que tienen una resonancia muy grande y la de María Auxiliadora es una de ellas” -Padre Enrique Obando (El Nuevo Diario)





"La celebración culmina el 24 de mayo, tras un programa cargado de oficios religiosos. Los festejos especiales a la imagen comprenden también la unción de los enfermos, el viernes 21 de mayo; el 22 misa especial dedicada a los niños; bajada de la imagen a cargo del Cuerpo de Bomberos de La Villa y alumnos del Colegio Salesiano." - La Prensa

Más información: Desborde en celebración

Fotos cortesía de María Auxiliadora León Báez

Blog de Martha Isabel Arana - ¡Bienvenidos!

          C uando un nicaragüense emigra, además de su maleta, sus temores e ilusiones, lleva consigo todos sus recuerdos más queridos. ...