La leyenda del Cacique Chontal

Escrito por Marlon Vargas Amador

(Este relato es parte de un trabajo no publicado de Marlon Vargas Amador, titulado Amerrique, los senderos olvidados de su historia y geografía©, 2010).

    Como testigo silencioso del paso del tiempo, la sierra de Amerrique (Amerrisque por corrupción), ubicada en el departamento de Chontales, ha guardado junto a su naturaleza e historia muchos relatos míticos que sus habitantes tejieron como fruto de su imaginación o bien basados en hechos reales que se han olvidado en el transcurrir de los siglos. Cuevas con monedas de oro y luces misteriosas son algunos de los mitos que más de algún lugareño afirmará que son ciertos.

    En este acontecer la hazaña del cacique Chontal constituye el relato más conocido del aguerrido pueblo de los chontales y cuyo acontecimiento tuvo como escenario los blancos riscos de Amerrique.

    En el libro Pueblo Extranjero (1956), Julián N. Guerrero presenta una narración que muy pocos han tenido la oportunidad de leer por la remota publicación de esta obra monográfica.  La siguiente exposición está basada en el relato presentado por Guerrero.

    Cuenta la leyenda que el cacique Chontal al frente de sus guerreros emprendió una dura batalla contra los conquistadores. “Fue tal el ímpetu de las hordas salvajes y el brío ardiente que les comunicó su caudillo” que en poco tiempo la caballería española fue derrotada.

    Ante estas circunstancias, los españoles duplicaron fuerzas y decidieron buscar al enemigo. El coraje y la valentía del jefe indígena y sus hombres fue sorprendente; la batalla fue dura y sangrienta y, al final, el aguerrido ejército indio fue derrotado. El feroz caudillo al verse vencido por sus enemigos, se dirigió hacia un farallón cercano al lugar donde se encontraba y sobre este grito:

    “No me habéis vencido infames. No lograréis ni siquiera el cadáver de este hombre que os ha infundido pavor muchas veces, aun con vuestras armas infernales… No tomaréis ni siquiera mi cadáver porque ahora mismo me voy a precipitar a una madriguera de tigres para que me devoren antes que pase la vergüenza de ser vuestro prisionero (67)”.



    Seguidamente, se arrojó sobre el profundo abismo.

    Otra versión sobre este hecho es la publicada en el Diario La Prensa y citada a continuación:

    “En esas luchas [entre españoles e indígenas] y cuando ya los indígenas fueron diezmados, Chontal se echó a huir cargando un valioso tesoro. No se sabe tampoco qué contenía ese tesoro. Pudo ser oro, pero otros creen que pudo tratarse de reliquias religiosas, las cuales eran hechas en su mayoría de oro.

    Chontal huyó y buscó refugio en la cordillera Amerrique, por su altura y la selva que la cubría. Era un perfecto escondite. Pero no contaba con que los españoles de antaño eran tipos obstinados. Por éstos últimos fue perseguido sobre la cordillera Amerrique. Llegó a la punta más alta de la sierra y, acorralado, prefirió lanzarse al despeñadero antes de ser capturado, tras referir que era un cacique indómito”. (Sequeira, 2003).


    Existe en el pacífico de Nicaragua una leyenda muy similar a la del Cacique Chontal. En esta historia se hace referencia al cacique Diriangén y según la tradición oral la batalla se libró en el cerro Apastepe, hoy volcán Casita, en Chinandega. 

    En un documento consultado al respecto y escrito por Mario Urtecho, se hace referencia a Fray Nemesio de la Concepción Zapata, a quien se le atribuye haber escrito esta hazaña en 1684 y también de llamar equivocadamente a Diriangén como el cacique Nicaraguán.

    Julián N. Guerrero del mismo modo recurre a este fraile de la Orden Franciscana para afirmar que son muchas las circunstancias históricas que existen para creer en la existencia del cacique Chontal. Para este historiador nicaragüense, el relato de Fray Nemesio es el testimonio de la gesta aguerrida de este legendario personaje.   

    En esta misma dirección apuntan las aseveraciones de Gutiérrez y Savery que se refiere al libro “Caciques heroicos” escrito por Concepción Zapata para designar al cacique Chontal como el “contenedor de los españoles”. Según estos escritores, la mencionada obra también incluiría una crónica de la gesta del valiente cacique.   

    “Caciques heroicos” fue publicada en Madrid, España, por la Editorial America en 1918 y se atribuye su autoria al citado Fraile. En la portada se contempla el enunciado de la Biblioteca Americana de Historia Colonial. Un acápite de este libro está titulado “Vida del Guerrero bárbaro Nicaraguán”. Sin embargo, una fuente consultada expone que esta obra es parte de los 50 libros apócrifos del venezolano Rafael Bolívar Coronado (1884 – 1924), quien confesó posteriormente que había escrito libros a nombre de varios personajes, incluyendo Concepción Zapata. La razón fue el popular afán de la impresión literaria acontecido en esa época
 
    Por su parte, el poeta chontaleño Guillermo Rothschuh Tablada tiene sus reservas, ya que la versión del cacique Chontal “no es tan realista por cuanto no hubo un testigo ocular en aquel tiempo” (2005).

    Mito o historia, lo cierto es que no podemos obviar que esta leyenda forma parte del imaginario colectivo de los chontaleños y como tal se ha convertido en una expresión no solamente folklórica, sino también discursiva, viva, dinámica y testimonial que debe calar en la reafirmación de nuestra identidad cultural que de alguna forma hace referencia al sentido de una dramática realidad histórica transfigurada en el devenir del tiempo.   

"La leyenda del Cacique Chontal" fue enviada por su autor Marlon Vargas Amador a Nicaragua de mis Recuerdos, Agosto 26, 2010.

Fotografia/ Marlon Vargas Amador: Peña del Cacique ubicada al oriente de la ciudad de Juigalpa.

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