La poza misteriosa
Teniendo mi país un clima tan caliente, no hay nada más delicioso que encontrarse en el camino con alguna poza fresca, refugiarse en sus aguas, y protegerse en ellas del inclemente sol, especialmente cuando algún chilamate cubre con su tupido follaje a los acalorados bañistas. Al igual que los lagos y las lagunas de Nicaragua, las pozas también encierran sus misterios, y sobra quien quiera contar alguna experiencia extraña ocurrida mientras disfrutaba un buen chapuzón en la soledad de estos pintorescos parajes. La Poza del Gallo Esta leyenda de la Isla de Ometepe la he conocido de diversas fuentes. La escribo aquí, tal y como la he leído. "Dicen que cuando la gente pasaba por el río El Tistero salían espantos, entre ellos un gallo precioso colorado. Aparecía cantando a las 12 del día y a las 12 de la noche. Los transeúntes se quedaban extasiados viendo al hermoso animal que llevaba un mecate largo amarrado a la pata. Todo el que seguía al gallo con intenciones de