Las mágicas Cuevas de Salinas

Ubicadas a unos cuantos kilómetros del Municipio de Camoapa, departamento de Boaco, las Cuevas de Salinas tienen fama de haber sido labradas por los duendes, según cuentan los pobladores de dicha región. Aquí algunos fragmentos que escribiera Auxiliadora Martínez acerca de este misterioso lugar:

"Una de las pocas comunidades indígenas del departamento de Boaco, que aún conserva algunas de sus costumbres y bellezas naturales, es la antigua comarca de Salinas, donde existe un conjunto de misteriosas cuevas que según la creencia de los lugareños, fueron construidos por los duendes. Las Cuevas de Salinas. Así las llaman los pobladores descendientes de los Ulwas, una tribu originaria de la zona de Matagalpa. (...) El historiador Julián N. Guerrero, en el diccionario nicaragüense, señala que fueron construidas por los aborígenes que habitaron el territorio, sin embargo, los parroquianos tienen la creencia que fueron labradas por los duendes. Alrededor de las Cuevas de Salinas han surgido varias leyendas y mitos, que las convierten en un lugar mágico y un sitio que es muy visitado por estudiantes y algunos extranjeros que llegan al municipio de Camoapa.
Don José Mercedes Pérez López, de 56 años, nativo de Salinas, cuenta que cuando era chavalo como de 12 años, encontró una luz en una laja, a la que la gente le dice diamante, esa misma luz se ha visto en el interior de las cuevas, hecho que también es confirmado por la profesora Zenelia del Socorro. Don Fabián Amador, tío de Jacinto Amador Pérez, quien es el dueño de las tierras donde se encuentran las cuevas, refiere que en épocas pasadas, la gente decía que esas cosas eran una virtud, como la supuesta piedra de moler que está adentro de las cuevas y que nadie ha podido sacar porque solamente le sale al que tiene la virtud.

Cuentan los lugareños que hace más de cien años llegó a las cuevas un anciano llamado Sal, en compañía de dos guapas chavalas, una se llamaba azúcar y la otra cacao, los que en el día salían por todo el valle y cuando les daban de comer algo simple, el viejito se rascaba cualquier parte del cuerpo y le salía sal para echarle a la comida. Por eso las personas del lugar le tenían asco y empezaron a tratar mal al anciano, quien muy enojado les dijo a los habitantes que si se iba del lugar con sus hijas, gritaría fuerte y se iría a vivir al cerro que le contestara. A eso de las 12:00 de la noche, el anciano lanzó dos gritos y el que le contestó fue el cerro Mombacho, desde ese entonces se fue a vivir a ese lugar y nadie más llegó a habitar las Cuevas de Salinas.
Sin embargo, dicen que éstas son habitadas por los duendes, porque se escuchan sonidos extraños y antiguamente en el lugar se perdían niñas chiquitas y tiernitas, las que enseguida eran encontradas en las cuevas. Entre esas historias, se comenta el caso de las hermanitas Pérez, a quienes se les apareció un niño vestido de rojo mientras jugaban en el patio de su casa, de donde se llevó a la niña más pequeña, la mayor al ver que se llevaban a su hermanita siguió al hombrecito, pero de pronto sintió sueño y se durmió, luego al despertar y verse sola regresó a su casa, entonces la niña contó lo sucedido a sus padres que ya estaban preocupados. Los padres de la menor avisaron a sus vecinos y reunidos se dieron a la tarea de buscar a la niña y así llegaron a las cuevas. Desde esa época, las niñas que se perdían eran encontradas en el lugar y para que pudieran regresar a sus casas los familiares llevaban música, comida y mucha gente para que bailara, sólo de esa manera los duendes regresaban a las niñas."


Foto: Los Farallones de Piedra Labrada, Boaco. Agradezco al Señor Eduardo Manfut quien me ha permitido compartir fotos de su colección.

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