miércoles, abril 21, 2010

Madre Naturaleza




Madre Naturaleza, quien podría vivir sin tí?
me siento muy orgullosa de haber conocido de tí.

Tu presencia Madre Naturaleza;
tan sutil, tan silenciosa, tan bella,
tan piadosa, tan servil a los demás.

Científicos e investigadores de ti hoy quieren saber,
investigan e investigan
y cada vez mas importante te haces ver.

Madre Naturaleza, vida de este planeta;
EL que te creó fue perfecto
¿quién lo ha de igualar?

Tú que estás presente en el aire que respiro
en el sol que me cobija, en la lluvia que me moja,
en las flores que admiro; en el cantar de los pájaros
y en la mirada indefensa de cada animal.

Por el pasar de los años
estábamos en la ignorancia, te utilizamos tanto...
sin ninguna precaución, que hoy podemos lamentar
la terrible deforestación.

En la problemática mundial muchos temas se discuten,
el uno ligado al otro,
siendo el principal,
la problemática ambiental.

Hoy se celebran cumbres para discutir tu tema,
el mundo ambientalista consciente hoy se encuentra,
que te hemos fallado Madre...
te queremos superar
Madre Naturaleza te vamos a rescatar.



Esta poesía está dedicada primeramente a mi madre y a todas las madres del mundo.

April, 2010 

Foto cortesía de José Rafael Burgos de Moralimpia.net

jueves, marzo 11, 2010

Mas allá del horizonte: Cony Dupont

"Soy nica de origen, pero igual que muchos, 
vivo fuera desde la década de los 80's. 
He escrito una novela ficción que tiene lugar en el Lago Xolotlón de Nicaragua, en el que sumarizo no solo la corrupción ambiental, pero política y social de esos tiempos y el impacto en la vida de individuos ordinarios." Rosario Lynch (Q.E.P.D), autora



Es una historia ficción basada en cientos de casos reales. Cuenta la vida de una familia en Acahual Inca, un pueblo de pescadores que creció sin control urbano en la mugre de las riberas del Lago Xolotlán, donde se vierten los desechos de la capital. Cony crece escapando de la muerte y con la esperanza de huir de allí, pero solo lo logra cuando se ve obligada a unirse al éxodo masivo al interior del país, tras un terremoto. Con sus binoculares, desde los ventanales en la azotea de un hotel, en Managua, Cony observa la ciudad moderna. En ruinas la había dejado un cuarto de siglo antes. "Es culpa de esa tormenta tropical en el Caribe" se dijo al recordar que había prometido nunca mas retornar. Había huido del dolor y de los recuerdos; de la miseria de su vida y la de su familia en Acahual Inca en las riberas del Lago Xolotlán, donde Gabriel, su padre, solía pescar: casi podía oler el aroma a pescado y podredumbre de las aguas, mientras las observaba. Cony retorna al drama de su pasado. Vemos su historia a través de su mente. El rostro de su madre, hasta entonces olvidado, intacto en su imaginación; su sonrisa amplia y su cabello mojado, mientras le relataba la historia de sus abuelos; las escenas de su padre en su canoa de pescar liando con las olas; sus hermanos chapoteando en las aguas turbias, Javier, entre ellos, con cuyo cadáver había dormido Cony la noche anterior a su primer dia de clases. Nos lleva a ese momento crucial de su vida durante el éxodo después del terremoto de 1972, donde deja entre las ruinas el recuerdo de Chris Clarke, sus sentimientos indescriptibles de un primer amor y el de sus amigos de escuela, lisiados por la polio, que no pudieron escapar a la catástrofe; mientras, las insólitas experiencias de su peregrinación y la llegada a Darien le hacen volver a recobrar la fe perdida en su padre. Es la muerte de su madre, un trece meses más tarde, lo que la empuja a aferrarse a su único objetivo como una luz tenue al final del túnel.   (Texto tomado del Amazon.com)

sábado, febrero 20, 2010

Los niños del Rio San Juan


En mi patria, Nicaragua, hay un río muy bonito que Dios nos regaló,

A un lado está la familia Gonzáles, donde viven mis primos en nicaragua, al otro lado nuestro vecino país costa rica, donde vive la familia arce.

Nuestros padres y presidentes mucho pelean por el río. A mis primos Rosa y Eduardo no les importan esas cosas. Tampoco le importa a Eugenio el hijo de los Arce, ellos religiosamente.

 Cada tarde se reúnen a cazar mariposas, a ver las garzas blancas y morenas y también a buscar madera de balsa para hacer artesanías.

Ellos son felices en el río, quien de manera muy generosa les obsequia con frutas y peces que solo ahí se cultivan y reproducen.

Pero lo más bonito es que ellos nacieron y crecieron ahí y ojalá cuando estén grandes conserven esa amistad para que no sigan peleando y haya paz y amor para disfrutar el río que dios nos regaló.

Escrito por: Rosana Eugenia Boitano Valle. 11 AÑOS.
NICARAGUA, CENTROAMERICA


Tomado de: Cuentos cortos escritos por niños y para niños


miércoles, febrero 10, 2010

Recuerdos de un suceso en el Valle La Cal

    "En un valle llamado La Cal del departamento de Jinotega, vivían diez familias, la mayoría de apellido Centeno. Las diez familias estaban agrupadas de la siguiente manera, seis casitas en la ladera de la montaña y cuatro en el llano. En la casa de mis Padres, que estaba entre las cuatro casas del llano, vivíamos, aparte de los 12 hijos, mis dos padres y un tío llamado Juan Centeno quien era hermano de mi Madre.

    A principios del año 1920 Clemente Centeno Blandón (hermano de mi Padre) se casó con una mujer llamada Juana Sobalvarro, la cual procedía del valle llamado Jocomico, cercano al poblado de Sacalí (popularmente conocido ahora como Sacaclí). Clemente había construido una de las seis casitas del grupo de seis y al casarse él con la Juana, se la llevó a vivir a La Cal junto con la hija que ella tenía llamada Rumalda. Desde que la Juana se asentó en La Cal se dio a la tarea de informarle a los habitantes del caserío que ella era una bruja y que tenía poderes de hacer maleficios.

    Con el tiempo, se fue consolidando su fama de Hechicera ya que se comentaba en los alrededores que diversas personas que se habían atrevido a contrariarla, habían muerto repentinamente producto de enfermedades raras que se le atribuían a hechizos practicados por “la Juana”. Nadie se atrevía a ofenderla o buscarse una enemistad con ella por miedo a que ella se ensañara contra el ofensor o algún miembro de la familia de éste. Tal era el miedo que le profesaban a “la Juana Sobalvarro” que por un lado, nadie visitaba su casa la cual estaba siempre custodiada por un par de perros bravísimos y por otro lado siempre que se hacía alguna actividad en el valle, ya fuera la celebración de algún rezo, o una fiesta por cualquier motivo, tenían que invitarle a ella y su familia. Y ya en la actividad, ella y su familia ocupaban los lugares de mayor importancia y sobre todo al momento de repartir la comida y el guaro, ellos tenían que ser los primeros en ser servidos, porque si así no sucedía, ella junto a su familia se levantaban y se iban del lugar hacia su casa, lo cual significaba un seguro y certero maleficio para el que la invitó a la actividad y no le sirvió de primero.

    Resulta que Juan Centeno (mi tío), se había casado con la Rumalda (hija de “la Juana”), pero no sé por qué razones, él ya no vivía con ella y vivía con nosotros en la casa de mis padres. En una ocasión, esto es allá por el año 1933 o 1934 que mi tío frecuentaba a una muchacha de apellido Gutiérrez Rizo que vivía en el valle de Las Mesitas, que está a una distancia de una legua de La Cal.

    Mi Tío Juan era un hombre a quien le gustaba salir a cazar durante el día, él utilizaba una escopeta de doble cañón propiedad de mi Padre. En una ocasión, ya siendo de noche, él venía de regreso hacia la casa desde las Mesitas, con la escopeta al hombro y su cutacha al cinto. Cuando llegó al cruce del camino de Jinotega – La Cal, él divisó en la penumbra de la noche que alguien venía de Jinotega e iba hacía la Cal. Como no había luna llena le era difícil distinguir quien era, pero podía distinguir por el caminado y la silueta que se trataba de una mujer alta y de pelo largo que llevaba un gran fardo sobre la cabeza. Juan Centeno aligeró el paso para alcanzar a la persona, porque de seguro era alguna conocida, ya que a esa hora de la noche y sobre ese camino, solo podía ser alguien que viviese en La Cal. Pero en la medida que él aceleraba o desaceleraba el paso la figura que iba adelante también aceleraba o desaceleraba el paso.

    Faltando unos 2 ½ kilómetros para llegar a La Cal, al llegar a un gran palo de anona, el camino se bifurcaba para luego unirse varios metros después. El tramo que giraba hacia la derecha tenía un acantilado a su lado y por el otro extremo (el lado izquierdo) del camino estaba un cerco de piedra que separaba el camino de unos breñales. La figura tomó por la derecha del camino, Juan Centeno tomó por la izquierda. Pero al pasar el palo de anona se percató que la figura que el venía siguiendo ya no se veía camino arriba, sino más bien alcanzó a distinguir un bulto acurrucado al otro lado del palo. Juan Centeno pensó que podía ser su amigo Miguel Mairena, un cuñado de él muy dado a hacerle bromas.

    Acercándose un poco a la figura agachada Juan Centeno dijo:
- Quien está ahí? Identifíquese o si no ahí le van las balas a la cuenta de tres .... uno ... dos .... y .....En ese preciso momento la figura que permanecía agachada se incorporó de un salto emitiendo un fuerte gruñido y se abalanzó sobre Juan. Este sorprendido por la acción de la figura trato de cargar la escopeta que todavía traía al hombro agarrada con la mano derecha por la culata, pero la figura se abalanzaba sobre él tratando de arrebatarle la escopeta. Juan, con su mano izquierda libre, sacó su cutacha y comenzó a esgrimirla contra la figura, la cual sin mostrar ningún deseo de retroceder seguía lanzando manotazos a Juan.


    Mientras Juan trataba de esquivar los ataques de la figura, alcanzó a ver que era alguien o algo mucho más alto que él, con gran fuerza en los brazos, tenía la cara y las orejas de macho y el cuerpo cubierto como de tuzas de olote trenzado y emitía gruñidos guturales. Era una especie de animal que él nunca había visto. Juan retrocedía al acoso del animal y se percató que esa cosa trataba de llevarlo al borde del acantilado. El al identificar las intenciones del animal comenzó a rezar, pidiéndole a Dios que lo librara de ese mal trance. Al momento que Juan invocó el nombre de Dios, el animal aminoró su ataque y comenzó a retroceder. Juan aprovechando la aparente debilidad del animal seguía agitando con mayor agresividad su cutacha a diestra y siniestra sin dejar de rezar. El animal seguía retrocediendo y en una parte pedregosa del camino el animal trastabilló lo que le dio oportunidad a Juan de montar la escopeta y accionarla.

    El disparo rompió el silencio de la montaña propagándose hacia todos lados. Mi Padre que en ese momento se encontraba cerca de la cocina donde mi madre cocía unos frijoles dijo:
- Esa que sonó ahí, es mi escopeta, que habrá cazado Juan?
Al momento del disparo, el animal emitió un fuerte alarido y relinchó con furia a la vez que salía brincando hacía atrás. De un gran salto se voló el cerco de piedra y se metió al espeso breñal, no muy lejos de ahí como a unas 200 varas en dirección a un potrero, un pájaro cantó de forma siniestra: có có có có có có có có có có có có ..................

    Juan enfundó su cutacha y cargó nuevamente la escopeta y comenzó a correr hacia La Cal. Ya en la casa de mi Padre, como a los 20 minutos que se escuchara el disparo, llegó el tío Juan todo agitado, uno de mis hermanos le abrió la puerta y le preguntó:
- Tío, que fue lo cazó?
A lo que él respondió :
- Acabo de tirar una cegua

    Al escuchar eso, todos agarramos varas de ocote encendido para alumbrar mejor la estancia y le hicimos rueda al tío Juan para escuchar su asombroso relato. A la mañana siguiente antes de que aclarara el día, todos salimos hacia el lugar de los hechos referidos la noche anterior por el tío Juan.

    Al llegar al palo de anona pudimos distinguir claramente en el polvo del suelo, las huellas de los caites de hule que utiliza el tío Juan así como pisadas de bestia de doble pezuña. También pudimos observar en una peñita un par de señas que dejaron los perdigones. Cerca del cerco de piedras, justo en el lugar donde el tío Juan dijo que la cegua se lanzó hacia el breñal, había gran cantidad de pelos blancos como de cabro, así como grandes mechas negras de crin de bestia.

    Como el acceso hacia el breñal era difícil, se comenzó a buscar huellas a lo largo del cerco de piedras camino abajo. A unas 200 varas, en dirección a donde había cantado el pájaro la noche anterior, el breñal disminuía para dar paso a un potrero que tenía el pastizal bastante tupido el cual llegaba hasta la rodilla. En el centro del potrero se encontró apisonado gran parte del pastizal y nuevamente gran cantidad de mechones de pelo blanco y crines largas negras. Aparte de eso, no se encontró huellas ni rastros de la bestia por ningún otro lugar.

    Meses después de ese suceso, la Rumalda mandó a llamar a mi tío para que llegara a su casa. El le comentó tal petición a mis Padres. Mi Madre quien era su hermana le aconsejaba no ir porque pensaba que lo querían para hacerle algún mal o para matarlo. Mi Padre (su cuñado) pensaba diferente y le aconsejó presentarse, ya que si querían hacerle algún mal ya se lo hubieran hecho y si en el peor de los casos querían matarlo pues la familia no se quedaría con los brazos cruzados. Mi tío se presentó a la cita y tiempo después se reconcilio totalmente con la Rumalda y se fue a vivir a la casa de ella.

    El tiempo fue pasando y el asunto de la tirada de la cegüa no se volvió a comentar hasta que un tiempo después, el Dr. Gabriel Cifuentes, quien vivía en la ciudad de Jinotega, le preguntó a una muchacha llamada Ubalda que trabajaba para él lo siguiente:
- Ve, vos chavala, vos que vivís por ahí por La Cal, contame, no sabés si todavía vive la Juana Sobalvarro?
- Si doctor, por qué lo preguntá?
- Es que hace tiempo ella vino aquí para que la atendiera por que tenía un bala metida en la rodilla y no supe al final quien fue quien la baleó.
Ubalda, no le comentó nada al doctor sobre eso, pero ella sabía muy bien de que se trataba ya que ella era mi tía, hermana de Juan Centeno."

    Esta historia es verídica, según la narra el Señor Jaime Jesús Centeno Centeno quien fue testigo de este suceso. Los personajes son también reales, por supuesto:

Clemente Centeno Blandón: Hermano de Jerónimo Centeno (Padre de Jaime Jesús) y esposo de Juana Sobalvarro
Juana Sobalvarro : Presunta cegüa, mamá de Rumalda y suegra de Juan Centeno
Juan Centeno Blandón : Hermano de Ubalda y Valeriana del Carmen (Madre de Jaime Jesús), y esposo de Rumalda (hija de Juana Sobalvarro)
Rumalda : Hija de Juana Sobalvarro y esposa de Juan Centeno (tirador de cegua)



(Versión tomada directamente de Waldemar Centeno Díaz, para Martha Isabel Arana - 2005)

lunes, enero 25, 2010

Canciones de Tino López Guerra




El gran Tino Lopez Guerra, el Rey de los Corridos, nació en Chinandega, Nicaragua, en 1906. Famoso por populares canciones que han quedado grabadas en la memoria de todos nosotros. Además de dedicarle hermosas composiciones a su tierra, todas llenas de orgullo patrio, le compuso una canción a cada país centroamericano.

Nicaragua Mía
Corrido
Letra y música: Tino López Guerra.

Con un pedazo de cielo
mi Nicaragua se formó,
por eso es lindo este suelo:
El suelo donde nací yo.
Sus lagos son serenatas,
maravilloso talismán,
son dos leyendas de plata
el Cocibolca y Xolotlán.
¡Qué linda, linda en Nicaragua,
bendita de mi corazón
si hay una tierra en todo el continente
hermosa y valiente
¡esa es mi nación!
Soy puro pinolero,
nicaragüense por gracia de Dios.
La raza nicaragüense
sabe de luchas y de honor,
y luce altiva en su frente
los esplendores de su sol.
Solo en Darío se explica
la inmensidad de su creación,
tenía que ser un nica
del mundo entero admiración.
¡Qué linda, linda es Nicaragua... Soy puro pinolero...
Bella y valiente de veras
es la mujer que aquí nació,
igual a Rafaela Herrera
que a los piratas derrotó.
Con un mantón de acuarelas,
con los paisajes de un tapiz,
con noches de lentejuelas,
así se viste mi país.
¡Qué linda, linda es Nicaragua...

Viva León Jodido
Corrido
Letra y música: Tino López Guerra

León Santiago de los Caballeros
es mi linda ciudad colonial,
perfumada con los pebeteros
de su imponente y antigua Catedral.
El pochote es su fuente Castalia
donde Mena se fuera a inspirar,
donde puso Rubén su sandalia
para con gloria al mundo deslumbrar.
Por todo el oro del mundo
no cambiaría a mi León,
pues lo quiero con amor profundo
y es el cerebro de toda mi nación.
León puede ser abatido,
pero nunca vencido,
¡Viva León, Jodido!
De Mercedes, la Virgen Bendita
es la gran patroncita de León,
que nos dio a la mujer más bonita
para que fuera un adorno en mi región.
Es Subtiava la indígena joya
con que León se acostumbra ataviar,
y la playa de su Poneloya
es como un cielo tendido junto al mar.
Por todo el oro del mundo...

Chinandega
Corrido
Letra y música: Tino López Guerra

No hay en mi patria un rinconcito
que sea como mi tierra natal,
es Chinandega tan bonito,
parece un paraíso terrenal.
Como plateada serpentina
su río cruza este lugar,
y su volcán Cosigüina
es hechicería hecha lunar
Chinandega, tu surco es la vida
de mi patria que en mieses embriagas
y te llaman, oh tierra querida,
Granero de Nicaragua.
Nada, ni nadie la doblega,
así es Chinandega
mi tierra natal.
Es mi ciudad Chinandegana
el alma de mi raza y mi nación,
la protegida de Santa Ana
que es reina de esta hermosa población.
Y sus mujeres son más bellas,
más que las rosas de un rosal,
más lindas que las estrellas
que hay bajo mi cielo tropical.
Chinandega, tu surco es la vida...
Es Chichigalpa su diamante,
el Viejo su lucero colonial,
y el bello puerto de Corinto
un verdadero orgullo nacional.
Tierra por Dios Privilegiada,
de tus campiñas de maíz,
de tus espigas doradas
pende la existencia del país.
Chinandega, tu surco es la vida...



Corinto
Corrido
Letra y música: Tino López Guerra

Es Corinto una rara maravilla,
una perla que el mar nos regaló,
una Tierra muy noble y muy bravía,
como nunca he visto yo.
Cuando el faro vislumbra el navegante,
en su hermana la Isla del Cardón,
se adivina en su ritmo palpitante
que allí tiene Corinto su propio corazón.
Es mi orgullo sentirme corinteño,
ser del puerto mejor de mi nación,
cuyo mar es azul como un ensueño,
y su cielo de pompas de jabón.
De Corinto yo me ufano,
con orgullo y con razón,
porque cuando da la mano,
da con ella el corazón.
Paredones y su Paso Caballo,
por la playa zafir de Costa Azul,
son milagros como la Cruz de Mayo,
filigranas como la Cruz del Sur.
Sus mujeres que el sol pintó morenas,
sus celajes, sus palmas y su mar,
quien los mira una vez en sus arenas
a mi lindo Corinto no lo podrá olvidar.
Es mi orgullo sentirme corinteño,
ser del puerto mejor de mi nación,
cuyo mar es azul como un ensueño
y su cielo de pompas de jabón.
De Corinto yo me ufano,
con orgullo y con razón,
porque cuando da la mano
da con ella el corazón. 

Foto de la playa de Corinto: Badanica

Más información

Tino Lopez Guerra 

Discografía


lunes, noviembre 16, 2009

Retorno

Retorno

¿Cuántas veces habremos nacido?
para poder llegar a amarnos.
Poder acariciarnos, y besarnos
con nuestras manos, labios y bocas.
Cuantas regeneraciones errantes y perdidos
hasta que nuestros ojos pudieran contemplarse
reconocernos, y querernos.
He visto más allá de tus ojos
los manjares que el amor aderezaba
en tu sonrisa hay soles recién nacidos
¡Qué alegría! ¡Qué gozo! Tener mi mano sobre la tuya
y sentir la vibración de tu sangre correr por tus venas.

Seguiremos el mismo sendero del tiempo mordaz
tomados de la mano,
quiero decirte todo lo que siento y no pude decirte
poner tu mano en mi mejilla y sentir tu calidez húmeda
y recordarte aún,
como si nunca te hubiera conocido
para no sufrir el dolor y la angustia
de perderte otra vez.


Escrito por Alain Gracio
poeta nicaragüense

sábado, noviembre 07, 2009

El árbol lleno de duendes


  "Ligia Prado es una joven de 30 años, pero todavía recuerda como si fuera hoy, la experiencia que vivió cuando apenas tenía 7 años.
-
  Cerca de la casa de Ligia había un árbol hermoso y a ella le encantaba jugar en ese lugar, porque no tenía amiguitos con los que pudiera divertirse. Pero un día ocurrió algo extraordinario: pequeños niños comenzaron a salir de un hueco gigantesco que se encontraba debajo del árbol y la invitaron a jugar. '¡Ven niña, esto es divertido!', esas palabras siempre están presentes en su mente.

Cuando los vi por primera vez pensé que eran juguetes o niños que habían nacido pequeños, pero me sorprendió cuando me enseñaron unas monedas muy grandes que tenían un brillo único, como si observaras las pepas de oro', aseguró la joven.


Ligia nunca se acercó, porque los duendes le habían ofrecido ese dinero para que ella se metiera en el hueco del árbol, y en ese momento sintió un temor profundo que la estremeció, pero su madre le ayudó a superar el problema."

Fragmento tomado de "Aquí mucha gente los ha visto" escrito por Silvia Elena Carrillo/ END, 27 de noviembre de 2003.