lunes, noviembre 07, 2011

"Las Patronas" - historia de unas valientes mariposas

     


    Esta es una historia sencilla de mujeres con un gran corazón.  Tan grande que en él caben miles de indocumentados hambrientos y sedientos que cruzan todos los días las vías del poblado donde ellas viven.  Como un gesto de humanidad y amor al prójimo, ellas les ofrecen un poquito de esperanza a esos seres humanos que como única maleta llevan un futuro incierto, la carga de la soledad y el miedo.  Por eso quise escribir acerca de "Las Patronas", porque el tema me toca como estoy segura que lo tocará a Ud también al conocer su historia.

    "En un punto de Veracruz, los inmigrantes centroamericanos encuentran una pequeña esperanza:  Las Patronas, unas mujeres valientes mexicanas, les aguardan al pie de las vías para entregarles comida y bebida, tren en marcha, día a día durante los últimos 15 años.  Este es el argumento del corto "El Tren de las Moscas" de Nieves Prieto Tassier  y Fernando Lópes Castillo."

(presione para ver el cortometraje)


"Cada año centenares de miles de emigrantes atraviesan Centroamérica en su éxodo al Norte.  Viajan pegados al techo de un tren o entre la herrumbre de los vagones. Recorren miles de kilómetros durante semanas, en condiciones infrahumanas, arriesgando su vida: No hay vuelos para los ilegales, ni futuro...Muchos no llegarán a ninguna parte.  Según un informe de Amnistia Internacional, unos 10.000 inmigrantes sin papeles fueron secuestrados por el crimen organizado en el primer semestre de 2009 y 60.000 fueron deportados "voluntariamente", sin que fueran suficientemente informados de sus derechos.  Seis de cada diez niñas y mujeres son violadas durante su viaje clandestino desde Centroamérica a EEUU. Otros muchos, sencillamente, desaparecerán anónimamente en una fosa común."

 Fragmento tomado del

(presione para escuchar la canción)

Letra de la canción "Día a día"

Viajan en trenes cerrados,
sobre el techo, sin abrigo,
al sol tienen por testigo,
tratan mejor al ganado

Llegar a Estados Unidos
para mejorar sus vidas
no les queda otra salida
alguien les ha convencido

Día a día las patronas
preparan comida y cena
para mitigar las penas
de los que todo abandonan

Migra y mara les persiguen,
hambre, lesiones y muerte,
casi nadie lo consigue,
esa es su mísera suerte

Son unas pocas mujeres
de un enorme corazón
que les dan pan con amor
por donde pasan los trenes

En Córdoba, Veracruz
unas patronas hermosas,
muy valientes, mariposas,
dan al migrante su luz

"Las Patronas"

jueves, noviembre 03, 2011

El Judío Errante


    En los campos de Nicaragua se acostumbraba tiempo atrás después de comer el día Viernes de la Semana Santa la típica "sardina picante del Indio Moctezuma" con arroz, frijoles fritos y plátanos cocidos, o una olorosa tortilla de maíz recién sacada del comal, disfrutar de una rica jícara de tiste acompañada de la clásica almíbar "semanasantera" preparada a base de mangos, jocotes güaturcos, trozos de papaya, marañones, canela y clavos de olor acaramelados con varias tapas de dulce de caña, sentarse todo el mundo a esperar a partir de las tres de la tarde el clásico "cordonazo" de la furia del Cielo con relámpagos y truenos al momento de expirar Jesús en la Cruz en el Calvario y otear el camino para ver pasar la figura del Judío Errante; aquel zapatero sin corazón que una tarde le negó a Jesús una silla en su taller para reposar su cansada anatomía y que por eso fue condenado a vivir recorriendo errante los caminos del mundo hasta la llegada del Juicio Final...



    A decir verdad, las pocas veces que pasé los días de la Semana Santa allá en la finca cercana a Puerto Somoza nunca vi ni escuché nada extraordinario con relámpagos ni truenos; pero lo que sí es cierto es que a partir de las tres de la tarde del Viernes Santo el viento soplaba en las copas de los árboles arrancando notas a las ramas que semejaban gemidos y un remolino de viento parecía dar forma multicolor de figura humana a las hojas secas y el polvo del camino que se fundían con el agobiante vapor "semanasantero" que surgía de las entrañas de la tierra... ¿Cobraba vida quizás así en los caminos solitarios de los montes pinoleros la leyenda del Judío Errante? 

miércoles, noviembre 02, 2011

Poema al Genízaro de Nagarote



!Genízaro, tú eres el símbolo de la humanidad, y estás enlazado a su historia,
desde el principio de su trayectoria. Genízaro del bien y de la amistad.
Tú estas con nosotros los nagaroteños, te llevamos en el alma y estas presente,
Te rendimos tributo, es nuestros sueños,
Los nagaroteños estamos pendientes.
Vive de cara al cielo y en tu tierra
Nadie puede igualarte su linaje
El símbolo de paz sobre la guerra,
Y adorna a Nagarote de su paisaje.

Al llegar la lluvia fuerte,
Se desprendió la rama y cayó al suelo,
No pudo resistir los más fuerte,
Pidiendo clemencia al cielo.

Extendió su divina mano
Como un noble anciano,
En el parque pasan los caminantes,
Tendiéndole el brazo suplicantes
Le pido que me ayuden, mi historia se viste,
El 31 de diciembre les doy alegría y derroche,
Hoy los nagaroteños están dolientes y tristes,
El 16 de octubre fue el silencio de la noche.

Profesor José Angel Palacios Pérez.

martes, octubre 11, 2011

El gritón

    Bueno, y es que a mi abuelo le salió de todo, él era perseguido por El Cadejo, a él le salió El Mosmo, a él la Chancha Encaitada, La Mona, El Gritón, a éste así lo llamaban porque antes así se comunicaban los campistas, con gritos, para saber quién andaba “poraí”, ese señor que quedó sin cabeza era un hombre que andaba buscando unas vacas que se le habían perdido, hay andaba montado en su caballo gritando: ¡Hay va hom! se metió a la espesura de la selva en el cerro El Chonco y con mala suerte que el caballo se asustó por los rugidos del tigre que andaba cerca y sale a todo galope el animal y pasa por unos bejucos que estaban colgados y le pasa arrancando la cabeza al pobre hombre y el caballo se desnuca, así andaba sin cabeza y todavía montado en su caballo.

    Mi abuelo lo escuchaba de vez en cuando, hasta que un día se topó con él. Esa noche lo escuchaba bien cerca ¡Hay va hom! gritando, y rápido se puso su chaqueta de dril al revés y sacó su cordón bendito y lo puso de frente con la mano estirada en dirección de los gritos y El Gritón pasó de largo, solo la sombra miró pero aun así pudo observar que el hombre no llevaba la cabeza.




    Sí, es que antes todo era monte, montaña espesa y muchos campistos desaparecieron sin dejar rastros, ese cerro El Chonco era selva casi impenetrable, de todo animal había, abundaban los venados, las guardas tinajas, los cusucos, todo eso, la gente tenía bastante para comer, no padecían de hambre, hasta frutas por todos lados había, ahí estaban los árboles llenos de frutas, si estaban cerca de una casa, solo pedía permiso y cortabas hicacos, mangos, mandarinas, fruta de pan, aguacates y otra más. A los animales los cazaban con perros y algunos que tenían escopetas. Pero el garrobo no se comía, se miraban los grandes garrobones, iguanas verdes grandotas, ¡Ah! Pero se tenía uno que cuidar de los animales feroces como los tigres y leones que ahí vivían. Con el deslave de 1960 eso quedó todo pelado, poco a poco se fue recuperando, pero ya no como antes por la misma gente que comenzaron a despalar para cultivar. Pero antes del deslave ese cerro estaba resguardado por los duendes.

Tomado de Cuentos y Mitos de Nicaragua: los cuentos de mi abuela en Facebook.
Mauricio Valdez Rivas.




domingo, octubre 09, 2011

El gallo pinto nicaragüense… abovecultura gastronómica...


Escrito por el Dr. Juan Espinoza Cuadra
México
Octubre de MMXI
 Semilla de cereal expandido en el seudotrapecio nicaragüense, de norte a sur, imprescindible desde lo mínimo y básico hasta lo frívolo. Un chef adorna cada platillo con el arroz, vistiéndolo mestizo y encaratulándolo anglosajón, a la de Batman y Robin, con el frijol. Leguminosa y cereal, cereal y leguminosa, la mezcla astral. Desde la preparación, en la sartén, la lámina plana con su premonición alisea de los bordes, el fuego en la hornilla, el aceite caliente, los trozos picaditos de cebolla se queman infundiendo un aroma sobrenatural. Eriza la piel el crujir. El aroma penetrado desde la infancia, recorre ciclos interminables de acontecimientos y detalles. La señora de la fritanga, la empleada que nos convida, el restaurante que en su detalle del menú, lo hace Señor de la ansiada ingesta. El gallopinto es una sola palabra, sin separación. La mezcla es el secreto de cada anfitrión. Seco, transparente, aromático, se sirve con delgadas tajadas de plátano verde. Crujen en la mar de aceite, suspendidas las más fritas, en el fondo las recientes y el cazo hierve en la lumbre y trasciende el bálsamo las cuadras, las casas, los ranchos, las distancias. El amarillo dorado corona con espigas de trigo al soberano gallopinto. Desde cada hacienda, en lo mejor, o desde cada potrero humilde, llega a los changarros, el queso para freír. Chontales con su olor a ubre de vaca, sus caballos prominentes, de pasos cadenciosos, militares…. la manada, el rebaño, la leche tibia… las moscas, el lodo, las peripecias para trasladar los kilos de los quesos variados… y otra vez, la palangana inundada de aceite y el crujir para salir los trozos dorados para degustar el sabor. No se desestima nada. La carne molida resulta en albóndigas deliciosas, morenas como las mujeres de la tierra, cobrizas de piel y acento como la madre tierra. Así son las bolitas de carne, deliciosas como las tardes-noches de cualquier fritanguería, en León, Managua, San Marcos o Diriamba. Moreno el Sol en sus destellos sobre las aceras, mestizo el mantel, las viandas frescas de jitomate y col. Del plátano también el vinagre que adereza la sazón. El gallopinto es un umbral transitado por los iniciados, paladar compuesto de agua del Río San Juan, de la tierra del volcán, en las laderas del Mombacho se siembra la yerbabuena, el ajonjolí, la nicaraguanidad. Con un vaso grande, como las olas de Masachapa, se llena de chía y tamarindo, para acompañar cada bocado de chile, la cucharada. En la comidería, todos son conocidos, compartiendo los triunfos y las derrotas del día, el gallopinto es la unión, el vértigo, la razón, el enlazador de títulos profesionales con las más humildes profesiones. El tenedor y la cuchara solo se baña cada vez de la arremetida y lo usa el diputado bastardo y el profesional educado. Yo no creo en la política porque soy un soñador, pero sí creo en mis hermanos, el electricista, el barrendero, la marchanta, el vendefrutas, la señora de la tienda del barrio, el que recoge la basura, pues todos, comemos gallopinto. Yo llegaba a mi casa, aguardado por mis hijos, para sentarnos a comer gallopinto. Cuando me descasé, mantuve el recuerdo. En el río Coco mojé mis pies una tarde oscura, cuando en mi reloj marcaba el final de otra aventura. Doña Iguana, con su derrotero de arrugas, me recibió con una sonrisa desdentada. Me ofreció una tortilla caliente, su casa corrompía el ambiente a cebolla, arroz y frijol. Fue la última vez de uniforme verde olivo y de botas militares embarradas de lodo e impotencia. Matilde, el nombre de mi madre, otro nombre como Josefa, Bertha, Norma, Mayra, Marlene, Paola o Esvetlana, aguardaba a su hijo, con la mesa servida de tajadas verdes fritas, queso dorado por las brasas del fogón, y una lluvia pertinaz de olvido.
Visite su blog de poemas:
http://poemasdejuanespinozacuadra.blogspot.com
 

Blog de Narrativa:
http://juanespinozacuadranarrative.blogspot.com/

martes, octubre 04, 2011

La mujer vestida de blanco de Carazo


Escrito por Alberto Cano Esteban

    Supuestos espantos como "La Cegua" y "La Carreta Nagua", mantienen atemorizados a los pobladores del sector próximo a Las Marías, incluido el reparto Luis Vanegas, en el municipio de Santa Teresa, mientras hay personas que aseguran que también han visto el "espanto" de una mujer vestida de blanco que se pasea por toda la carretera hasta llegar a la entrada de Santa Teresa.

    Jorge Araya Ramos, habitante de Las Marías, y uno de nuestros entrevistados en torno a las presuntas apariciones, sostiene que a él mismo le salió en dos oportunidades la "Carreta Nagua", "y no estoy mintiendo, esto no es "Cuento de Lencho Catarrán" explicó el campesino.



    Dijo que en dos oportunidades ha estado frente a frente con el "espanto", pero que no le ha demostrado miedo, más bien lo amenazó con un machete "y así me he dado valor, aunque la primera vez que lo vi fui a parar a la casa de mi mamá con una gran calentura", expresó Araya.

    Araya, dijo que ni licor toma, porque pueden pensar que andaba borracho, o algo que se parezca, "pero no, yo la vi", se adelantó a responder el entrevistado.

    Dijo que la visión del "espanto" ha sido en circunstancias similares cuando va a cuidar los frijolares, porque la robadera está en lo fino y entonces hay que cuidar la producción y la última vez que, según dice, vio la "Carreta Nagua", fue hace quince días, aproximadamente.

    Señala que los bueyes, eran cadavéricos y que no pudo ver la cara de quien manejaba, pero "aunque no dejó de darme mi cosita, ya me acostumbré", dijo con cierta naturalidad el campesino.

    Entre tanto, el mismo Araya, asegura que en el sector de Las Marías, la gente dice haber escuchado, lamentos y otras cosas, por eso dicen que en esos lugares asustan y ya varios periodistas han venido a ver qué es lo que pasa, indicó Araya, como para darnos seguridad que lo que dice es cierto.

    Otras personas del barrio Luis Vanegas, próximo al Rosario, en cuenta don José Napoleón Martínez, quien habita en San José de Monterredondo, pero que llega a visitar a unos amigos, explicó que a él ya le habían dicho lo de la mujer vestida de blanco, y que no creía, pero explicó que una noche divisó el "espanto" cuando iba para donde unos amigos.

    "Yo no te puedo decir qué es, pero divisé una mujer vestida de blanco con el pelo largo, y ella también es bastante alta y agacha el rostro como para que no la vean, y eso si es cierto, yo no te voy a estar mintiendo" dijo el forastero.

    Hay personas que señalan que el presunto "espanto" se mueve desde el restaurante "Sardina" hasta la entrada al municipio de Santa Teresa, y los que han tenido la oportunidad de verlo, juran que es auténtico "Nada de Lencho Catarrán" dijeron algunos de los entrevistados.

Tomado de ¿"Espantos" en Carazo? 

 
END - 21 de septimebre de 1998

sábado, mayo 14, 2011

Mitos y leyendas de los Ramas

El Cerro de MacpickCuentan los pobladores de El Rama que en el cerro Mackpick hay una cueva y en ella se escondía Henry Morgan, mejor conocido como el pirata Morgan, quien venía navegando por el río Escondido. En la cueva todavía sobreviven grandes cadenas donde suponen que Morgan amarraba su barco. Dicen algunos que de la cueva salen luces en las noches de luna llena, otros que han visto salir un hombre muy luminoso cubierto de oro y plata, dicen que son los acompañantes de Morgan que descansan en la cueva cuidando el tesoro que ahí dejó el pirata.



La mujer pescado. Es habitual escuchar a algunos pobladores de las riberas del río Escondido la historia de la Mujer Pescado, que por las noches sale a bañarse. Los que la han visto cuentan que es una mujer con cola de pescado y de rostro muy bello. Otros dicen que cuando la mujer sale del agua, solo lo hace frente a aquellos que la deseen por su belleza, entonces ella se muestra radiante y desaparece entre el bosque. La historia que cuentan dice que muchos han sido embrujados por la belleza de la mujer pescado y que han desaparecido.

Granitos de maíz. Los habitantes de El Rama cuentan que en el año de 1930 en una de las comunidades había un joven que causaba sensación, venían de todas partes porque de sus ojos le brotaban lágrimas de maíz. Cada día al despertar el joven lloraba y su cama estaba llena de pequeños granos amarillos; la madre barría la casa, pero era imposible no encontrarse con granos en el suelo.

Amarrado por bejucos. A inicios de los años noventa cuentan los rameños que había un hombre que le gustaba la hechicería y practicar con oraciones de encantamientos. Un día este apareció en un cerro cerca de la ciudad El Rama. El hombre decía que lo había amarrado el diablo, cuando la gente llegó y lo encontró, después de buscarlo varios días, lo encontraron amarrado con bejucos. Él decía que había visto las cadenas, pero la gente solo hablaba de los bejucos que, una vez desatado el hombre, se los llevaron al cura para que este los quemara y orara por el hombre que decía se lo había llevado el diablo.


 Artículo publicado en La Prensa
14 de mayo de 2011