sábado, mayo 14, 2011

Mitos y leyendas de los Ramas

El Cerro de MacpickCuentan los pobladores de El Rama que en el cerro Mackpick hay una cueva y en ella se escondía Henry Morgan, mejor conocido como el pirata Morgan, quien venía navegando por el río Escondido. En la cueva todavía sobreviven grandes cadenas donde suponen que Morgan amarraba su barco. Dicen algunos que de la cueva salen luces en las noches de luna llena, otros que han visto salir un hombre muy luminoso cubierto de oro y plata, dicen que son los acompañantes de Morgan que descansan en la cueva cuidando el tesoro que ahí dejó el pirata.



La mujer pescado. Es habitual escuchar a algunos pobladores de las riberas del río Escondido la historia de la Mujer Pescado, que por las noches sale a bañarse. Los que la han visto cuentan que es una mujer con cola de pescado y de rostro muy bello. Otros dicen que cuando la mujer sale del agua, solo lo hace frente a aquellos que la deseen por su belleza, entonces ella se muestra radiante y desaparece entre el bosque. La historia que cuentan dice que muchos han sido embrujados por la belleza de la mujer pescado y que han desaparecido.

Granitos de maíz. Los habitantes de El Rama cuentan que en el año de 1930 en una de las comunidades había un joven que causaba sensación, venían de todas partes porque de sus ojos le brotaban lágrimas de maíz. Cada día al despertar el joven lloraba y su cama estaba llena de pequeños granos amarillos; la madre barría la casa, pero era imposible no encontrarse con granos en el suelo.

Amarrado por bejucos. A inicios de los años noventa cuentan los rameños que había un hombre que le gustaba la hechicería y practicar con oraciones de encantamientos. Un día este apareció en un cerro cerca de la ciudad El Rama. El hombre decía que lo había amarrado el diablo, cuando la gente llegó y lo encontró, después de buscarlo varios días, lo encontraron amarrado con bejucos. Él decía que había visto las cadenas, pero la gente solo hablaba de los bejucos que, una vez desatado el hombre, se los llevaron al cura para que este los quemara y orara por el hombre que decía se lo había llevado el diablo.


 Artículo publicado en La Prensa
14 de mayo de 2011