Mitos y leyendas de los Ramas
El Cerro de Macpick. Cuentan los pobladores de El
Rama que en el cerro Mackpick hay una cueva y en ella se escondía Henry Morgan, mejor conocido como el pirata Morgan, quien venía navegando por
el río Escondido. En la cueva todavía sobreviven grandes cadenas donde
suponen que Morgan amarraba su barco. Dicen algunos que de la cueva
salen luces en las noches de luna llena, otros que han visto salir un
hombre muy luminoso cubierto de oro y plata, dicen que son los
acompañantes de Morgan que descansan en la cueva cuidando el tesoro que
ahí dejó el pirata.
La mujer pescado. Es habitual escuchar a algunos
pobladores de las riberas del río Escondido la historia de la Mujer
Pescado, que por las noches sale a bañarse. Los que la han visto cuentan
que es una mujer con cola de pescado y de rostro muy bello. Otros dicen
que cuando la mujer sale del agua, solo lo hace frente a aquellos que
la deseen por su belleza, entonces ella se muestra radiante y desaparece
entre el bosque. La historia que cuentan dice que muchos han sido
embrujados por la belleza de la mujer pescado y que han desaparecido.
Granitos de maíz. Los habitantes de El Rama cuentan
que en el año de 1930 en una de las comunidades había un joven que
causaba sensación, venían de todas partes porque de sus ojos le brotaban
lágrimas de maíz. Cada día al despertar el joven lloraba y su cama
estaba llena de pequeños granos amarillos; la madre barría la casa, pero
era imposible no encontrarse con granos en el suelo.
Amarrado por bejucos. A inicios de los años
noventa cuentan los rameños que había un hombre que le gustaba la
hechicería y practicar con oraciones de encantamientos. Un día este
apareció en un cerro cerca de la ciudad El Rama. El hombre decía que lo
había amarrado el diablo, cuando la gente llegó y lo encontró, después de
buscarlo varios días, lo encontraron amarrado con bejucos. Él decía que
había visto las cadenas, pero la gente solo hablaba de los bejucos que,
una vez desatado el hombre, se los llevaron al cura para que este los
quemara y orara por el hombre que decía se lo había llevado el diablo.
Artículo publicado en La Prensa
14 de mayo de 2011