Las travesuras de los duendes de Chontales


Cuenta Bricelda que "en una finca que se llamaba 'La Garita', allá en Chontales, que era de mi bisabuela, había una casa bien grande y cuando se estaban echando las tortillas a mediodía se oía que los duendes llegaban a voltearlas mientras estaban en el comal.

Cuando había visita platicando en la sala, dejaban caer piedras en el mero centro de la pieza, pero no golpeaban a nadie, solo caían las piedras y la gente asustada se ponía a rezar.

...Ahí mismo en Chontales hay una piedra que se llama El Pedernal. Y al lado se encuentra otra más grande, la Piedra del Toro. Allí los duendes subieron un toro para hacer la maldad, porque así son ellos. Les gusta hacer maldad. El toro no se pudo bajar y se murió. Allí quedó pintado en esa piedra."

Fragmento tomado de "Los duendes", en Milagros Palma: Senderos míticos de Nicaragua. Editorial Nueva América, Bogotá, 1987.

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