En Yalagüina, municipio del departamento de Madriz, existe una cueva en cuyo interior se escuchan tambores y el cantar de un gallo. Dicen que ésta era la casa de los duendes y que en algún lugar de este misterioso lugar hay una espada de oro y una canasta de flores, pero nadie ha logrado sacarlas.
Aquí un reportaje que le hiciera Martha Marina Gonzalez a doña Modesta Blandón, una anciana conocedora de esta leyenda:
"Ésta (cueva) se ubica en medio de unos matorrales, a unos cinco kilómetros al suroeste de Yalagüina, en el sector de El Rodeo. Según doña Modesta Ramona Blandón López, una anciana de 87 años, en la casa de los duendes hay trazos de un cerco de piedras, el cual era un corral donde se ordeñaban las vacas.
Aquí un reportaje que le hiciera Martha Marina Gonzalez a doña Modesta Blandón, una anciana conocedora de esta leyenda:
"Ésta (cueva) se ubica en medio de unos matorrales, a unos cinco kilómetros al suroeste de Yalagüina, en el sector de El Rodeo. Según doña Modesta Ramona Blandón López, una anciana de 87 años, en la casa de los duendes hay trazos de un cerco de piedras, el cual era un corral donde se ordeñaban las vacas.
Dice que el duende salía de la casa de piedras y esperaba en la quebrada a Juanita Vindell, quien llegaba a lavar el maíz nisquezado, la cargaba de flores y luego se iba a tocar la guitarra en el 'cucurucho' de la casa de piedras.
Cuando todavía podía caminar, doña Modesta Blandón visitó la casa de los duendes y, al llegar al lugar sintió algo extraño, un escalofrío recorrió su cuerpo al observar las vigas de piedras y la cueva donde éstos vivían. 'Ellos se aterraron durante un diluvio y ahora suenan los tambores', cuenta.
Ella cree que los espíritus de los duendes siguen penando y que tienen pendiente alguna promesa echa a la Virgen. Ahora no les queda más que sonar los tambores en señal de alabanza, mientras don Horacio Aguirre, otro anciano del pueblo, afirma que el duende se fue a Honduras.
Las nuevas generaciones de Yalagüina poco o nada saben de la leyenda, pero don Horacio Aguirre, un conocedor de la historia de su pueblo, confirma que ahí está la cueva de piedras, la cual tiene unos ocho metros de profundidad. Al fondo no se puede pasar, porque es angosta. 'Dicen que hay una canasta de flores que era para la Virgen de Santa Ana, la patrona del municipio y hay una espada de oro', asegura don Horacio." (La Prensa, 28 de septiembre, 2003)
9 comentarios:
Qué chistoso. Hasta los duendes emigran.
Ver mi Libro abierto.
Hola Victor Manuel, que gusto tenerte de nuevo por acá. A mi también me causó gracia el detalle. Interesante no? Seguramente a estas alturas es mi vecino acá en el norte. : )
Hola Isa, desde Cuba, Zenia en:
http://imaginados.blogia.com
Coloqué algo sobre la leyenda del Silbón.
Aquí en esta isla hay también muchas leyendas sobre las cuevas, siempre se relacionan con aparecidos.
Hola Zenia, buen día!
Qué bueno, qué interesante, voy para allá a leerla. Así es, las cuevas siempre están llenas de misterios, especialmente cuando nadie se ha atrevido a entrar más allá de unos cuantos metros y la oscuridad de sus entrañas provoca la imaginación de los pobladores del lugar.
wow ese cuento esta muy bueno olle mi parienta la que te conto si sabe de cuento.jajaja.Diana
Me acordé de vos y eso pensé... no serán parientes? : )
jaja isa verdad que no tengo idea de quien es a lo mejor pero nose. como tu sabes que el mundo es tan chiquito.Diana
Habrá que preguntarle a Muynica! A lo mejor él si la conoce, ja! : )
verdad que si isa habra que preguntarle a el.Diana
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