Supersticiones de mujeres embarazadas (2)

    Entre los campesinos, algunas supersticiones relacionadas al trabajo de parto son las siguientes: Al comenzar el parto, se enciende una candela, y cuando ésta se apaga, ya el niño debe haber nacido. Otra costumbre es la de colocar la leña en sus fogones de forma opuesta al sitio donde la madre está teniendo al bebé, para que el parto sea más rápido. Si le cae líquido amniótico al bebé en los ojos, se puede quedar ciego. Si tiene hipo, se le pone un algodoncito, pedacito de tela o pelo de la madre con la saliva de ésta en el centro de la frente del niño. La fe es muy importante, especialmente cuando hay complicaciones en el parto. Si alguna partera está ayudando a la madre, además de aceite de oliva y té, se reza y se encienden candelas o velas a San Ramón Nonato, que es el patrón de las parteras y los bebés que están por nacer.

    Existen supersticiones que tienen que ver con la placenta. De acuerdo con Irene Spreafico en su artículo "le parteras empíricas" (abril 2,2002), el ritual con la placenta es un tratamiento contraceptivo. La partera le pregunta a la madre si desea tener más hijos. Si la madre "acepta el tratamiento", la partera hace tres nudos en el cordón umbilical que permanece colgado de la placenta. La placenta se entierra en un hoyo en el patio de la casa, o entre las raíces de un árbol grande. Si la madre aceptó el tratamiento, entonces la partera pedirá que el cordón con los tres nudos se deposite en lo más profundo del hoyo, con la placenta encima. Algunas parteras creen que la placenta debe ser enterrada bajo el sol, no en la sombra, para que la madre se recupere más rápido.

    A continuación, algunas supersticiones que se refieren a los días que siguen al parto: Las mujeres no pueden ver la luz del sol, ni estar expuestas al viento, ni tomar bebidas heladas por lo menos 40 días después del parto. Para sacar coágulos de sangre se recomienda que se tome miel con licor. Si la madre está amamantando no deberá comer yuca, frijoles, huevos, repollo ni pepinos porque le puede dar cólicos al niño. Las madres no deben tomar refrescos congelados para que no les quede el vientre abultado. No podrá hacer trabajos domésticos, ni cocinar cerca del fogón o cocina por lo menos por dos semanas. No podrá usar maquillaje para que no se le manche la cara. No podrá verse en el espejo por largo tiempo porque se puede marear. Bajo ninguna circunstancia deberá tener relaciones con su pareja en los primeros 40 días. Si sufre de depresión deberá tomar manzanilla para relajarse. Se debe tener especial cuidado que a los bebés no se les "caiga la mollera". (En el tiempo de antes algunas mujeres tomaban a los niños por los pies, y poniéndolos boca abajo, les golpeaban los pies, para sacarles "la mollera" si se la miraban hundida.) Si una mujer en su período de menstruación visita a un niño recién nacido, lo puede enfermar. Otras personas tienen la vista tan "fuerte" que pueden provocar "mal de ojo" en los bebitos de forma voluntaria o no, tal es el caso de hombres borrachos u otras mujeres embarazadas. Cuando el niño/a está "ojeado", le da fiebre alta sin razón aparente. También les puede dar diarrea, lloradera, se ponen pálidos, tristes, con los ojitos chiquitos y llorosos. Cuando esto sucede, muchas madres optan por llevar al bebé donde alguna bruja blanca. En general el tratamiento se basa en juntar ruda con licor y rociar o escupir al niño con esta mezcla para después envolverlo en una sabanita tibia para que no le de el aire. Para prevenir este mal, los recién nacidos son vestidos con ropita roja o pulseritas rojas de coral para evitar el infortunio. Esta creencia es compartida por la mayoría de los países en América Latina, aunque la manera de evitar el mal de ojo difiere en cada región.

Folk Healers in Latin America - Midwifery in Nicaragua
by Martha I. Arana

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