Un viejo guerrero, a quien todos respetaban como una divinidad, cuidaba el templo. Tenía músculos grandes, llevaba al pecho poblado de tatuajes y su arrugada piel marcada con cicatrices. Vencedor de cien combates gloriosos por su tierra y por su dios
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Una tarde, la princesa Izayana, hija del cacique Nequecheri, la perfumaba con flores de la campiña, llegó a la orilla de la laguna acompañada por los conquistadores españoles, pretendiendo entrar al templo, creyendo que estos eran los hijos del sol.
El fiero guardián no comprendió el engaño del que había sido víctima Izayana y tomando esto como traición, contrajo terriblemente las facciones, una intensa cólera brilló en sus ojos y levantando su cuchillo de obsidiana sobre Izayana, le dio muerte; los blancos conquistadores que solo querían apoderarse del tesoro, dispararon sus mosquetes hiriéndole. Agrega la leyenda, que el guerrero herido, se arrastró dentro del templo como una serpiente y que al sacudir no se sabe que base, el templo del dios se hundió para siempre en sus tesoros, en las profundas aguas de Asososca.
Solo la Serpiente Emplumada siguió protegiendo la misteriosa laguna, como sortilegio encantador."
Julio León Baez
Fragmento de "Managua en el folclor"
La Prensa Literaria, 13 de diciembre, 2002
Esta y otras fotos de la Laguna de Asososca en Managua pueden ser vistas en Ideay.net