Esta imagen de la Virgen Niña perteneció a la señorita Teresita Ramirez Parajón, natural de León de Nicaragua y fallecida a edad casi centenaria en la década del 60, quien la heredó por tradición familiar de su tatarabuela, Doña María Magdalena de Vílchez Cabrera y Castellón, hermana del Obispo de Nicaragua y Costa Rica, Don Juan Carlos de Vílchez y Cabrera (1763-1772).
Estas familias, de origen español, acostumbraban obsequiar la imagen de la Virgen Niña a la primera niña que fuese naciendo en la familia, quien, a su vez, debía legarla de igual modo de generación en generación. Teresita, al no tener descendencia, la obsequió a una sobrina, biznieta de su primo hermano Don Blas Pérez Ramírez.
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