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El Muñeco y el Bomaco, animalitos en mi recuerdo

Escrito por Alcides Rojas Chavarría (n. en Managua, 1966)      En casa de mi abuelita Yeyita (q.e.p.d.), donde viví después del terremoto que destruy ó Managua un 23 de diciembre de 1972, hubieron dos mascotas que forman parte del saco de recuerdos gratos que acumul ó de mis años maravillosos de niñez. Fueron dos animales emblemáticos, el uno era un gato llamado “Muñeco” y el otro un perro conocido como “Bomaco”.      “Muñeco” fue un gato de color blanco, pero un blanco perfecto, sin ninguna mancha, sus ojos eran casi rojizos y tenía una cola hermosísima. Era de tamaño tan grande que parecía un gato montés. Con esto quiero dejar claro que "no era cualquier gato", de verdad que era un gato especial.  Era un cazador nato, pero no solamente de ratas y ratones, era capaz de cobrar mejores piezas de caza como garrobos negros, iguanas verdes y conejos de monte. Por lo general, siempre cazaba garrobos subiendo a un árbol de mamón enorme, un 'palencón&

Días de diciembre, días de navidad

En esta navidad, llena de hermandad Quiero compartir con ustedes pensamientos de felicidad. Estos días me traen imágenes del pasado, En mi niñez veo triquitracas, bombas y algún cachiflín carbonizado, Que fueran quemados por algún despistado niño de mi poblado, Que  encendiera la mecha cuando pasaba don  Inocencio vado, Para nosotros esas travesuras nos causaban risa, Sin entender a esa edad, que eso luego nos traerían momentos de prisa, Cuando la vida nos enseñara, que cada acción no se borra como tiza. Los años pasan volando, por ello las ideas en mi mente vienen entrando. Una vez me regalaron un tambor,   pero pronto lo rompí con un tenedor, Al año siguiente me dieron una bola de hule, era roja y estrellada, También pronto fue desollada, Ah! pero cuando me trajeron aquel robot, Me sentí como aquel actor del espacio, el Sr. Spot. Lo acaricié, lo admiré y en la noche lo guardé, Pasaron los días, dejó de moverse, y por eso me intrigué, A

"Las Patronas" - historia de unas valientes mariposas

       Esta es una historia sencilla de mujeres con un gran corazón.  Tan grande que en él caben miles de indocumentados hambrientos y sedientos que cruzan todos los días las vías del poblado donde ellas viven.  Como un gesto de humanidad y amor al prójimo, ellas les ofrecen un poquito de esperanza a esos seres humanos que como única maleta llevan un futuro incierto, la carga de la soledad y el miedo.  Por eso quise escribir acerca de "Las Patronas", porque el tema me toca como estoy segura que lo tocará a Ud también al conocer su historia.      "En un punto de Veracruz, los inmigrantes centroamericanos encuentran una pequeña esperanza:  Las Patronas, unas mujeres valientes mexicanas, les aguardan al pie de las vías para entregarles comida y bebida, tren en marcha, día a día durante los últimos 15 años.  Este es el argumento del corto "El Tren de las Moscas" de Nieves Prieto Tassier  y Fernando Lópes Castillo. " El Tren de las Moscas (presione para

El Judío Errante

Escrito por Luis José Castro Jeréz      En los campos de Nicaragua se acostumbraba tiempo atrás después de comer el día Viernes de la Semana Santa la típica "sardina picante del Indio Moctezuma" con arroz, frijoles fritos y plátanos cocidos, o una olorosa tortilla de maíz recién sacada del comal, disfrutar de una rica jícara de tiste acompañada de la clásica almíbar "semanasantera" preparada a base de mangos, jocotes güaturcos, trozos de papaya, marañones, canela y clavos de olor acaramelados con varias tapas de dulce de caña, sentarse todo el mundo a esperar a partir de las tres de la tarde el clásico "cordonazo" de la furia del Cielo con relámpagos y truenos al momento de expirar Jesús en la Cruz en el Calvario y otear el camino para ver pasar la figura del Judío Errante; aquel zapatero sin corazón que una tarde le negó a Jesús una silla en su taller para reposar su cansada anatomía y que por eso fue condenado a vivir recorriendo errante los camino

Poema al Genízaro de Nagarote

!Genízaro, tú eres el símbolo de la humanidad, y estás enlazado a su historia, desde el principio de su trayectoria. Genízaro del bien y de la amistad. Tú estas con nosotros los nagaroteños, te llevamos en el alma y estas presente, Te rendimos tributo, es nuestros sueños, Los nagaroteños estamos pendientes. Vive de cara al cielo y en tu tierra Nadie puede igualarte s u linaje El símbolo de paz sobre la guerra, Y adorna a Nagarote de su paisaje. Al llegar la lluvia fuerte, Se desprendió la rama y cayó al suelo, No pudo resistir los mas fuerte, Pidiendo clemencia al cielo. Extendió su divina mano Como un noble anciano, En el parque pasan los caminantes, Tendiéndole el brazo suplicantes Le pido que me ayuden, mi historia se viste, El 31 de diciembre les doy alegría y derroche, Hoy los nagaroteños están dolientes y tristes, El 16 de octubre fue el silencio de la noche. Profesor José Angel Palacios Pérez.

El gritón

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     Bueno, y es que a mi abuelo le salió de todo, él era perseguido por El Cadejo , a él le salió El Mosmo , a él la Chancha Encaitada , La Mona , El Gritón , a éste así lo llamaban porque antes así se comunicaban los campistas, con gritos, para saber quién andaba “poraí”, ese señor que quedó sin cabeza era un hombre que andaba buscando unas vacas que se le habían perdido, hay andaba montado en su caballo gritando: ¡Hay va hom! se metió a la espesura de la selva en el cerro El Chonco y con mala suerte que el caballo se asustó por los rugidos del tigre que andaba cerca y sale a todo galope el animal y pasa por unos bejucos que estaban colgados y le pasa arrancando la cabeza al pobre hombre y el caballo se desnuca, así andaba sin cabeza y todavía montado en su caballo.      Mi abuelo lo escuchaba de vez en cuando, hasta que un día se topó con él. Esa noche lo escuchaba bien cerca ¡Hay va hom! gritando, y rápido se puso su chaqueta de dril al revés y sacó su

El gallo pinto nicaragüense… abovecultura gastronómica...

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Escrito por el Dr. Juan Espinoza Cuadra México Octubre de MMXI   Semilla de cereal expandido en el seudotrapecio nicaragüense, de norte a sur, imprescindible desde lo mínimo y básico hasta lo frívolo. Un chef adorna cada platillo con el arroz, vistiéndolo mestizo y encaratulándolo anglosajón, a la de Batman y Robin, con el frijol. Leguminosa y cereal, cereal y leguminosa, la mezcla astral. Desde la preparación, en la sartén, la lámina plana con su premonición alisea de los bordes, el fuego en la hornilla, el aceite caliente, los trozos picaditos de cebolla se queman infundiendo un aroma sobrenatural. Eriza la piel el crujir. El aroma penetrado desde la infancia, recorre ciclos interminables de acontecimientos y detalles. La señora de la fritanga, la empleada que nos convida, el restaurante que en su detalle del menú, lo hace Señor de la ansiada ingesta. El gallopinto es una sola palabra, sin separación. La mezcla es el secreto de cada anfitrión. Seco, transparente, aromá