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"Las Patronas" - historia de unas valientes mariposas

       Esta es una historia sencilla de mujeres con un gran corazón.  Tan grande que en él caben miles de indocumentados hambrientos y sedientos que cruzan todos los días las vías del poblado donde ellas viven.  Como un gesto de humanidad y amor al prójimo, ellas les ofrecen un poquito de esperanza a esos seres humanos que como única maleta llevan un futuro incierto, la carga de la soledad y el miedo.  Por eso quise escribir acerca de "Las Patronas", porque el tema me toca como estoy segura que lo tocará a Ud también al conocer su historia.      "En un punto de Veracruz, los inmigrantes centroamericanos encuentran una pequeña esperanza:  Las Patronas, unas mujeres valientes mexicanas, les aguardan al pie de las vías para entregarles comida y bebida, tren en marcha, día a día durante los últimos 15 años.  Este es el argumento del corto "El Tren de las Moscas" de Nieves Prieto Tassier  y Fernando Lópes Castillo. " El Tren de las Moscas (presione para

El Judío Errante

Escrito por Luis José Castro Jeréz      En los campos de Nicaragua se acostumbraba tiempo atrás después de comer el día Viernes de la Semana Santa la típica "sardina picante del Indio Moctezuma" con arroz, frijoles fritos y plátanos cocidos, o una olorosa tortilla de maíz recién sacada del comal, disfrutar de una rica jícara de tiste acompañada de la clásica almíbar "semanasantera" preparada a base de mangos, jocotes güaturcos, trozos de papaya, marañones, canela y clavos de olor acaramelados con varias tapas de dulce de caña, sentarse todo el mundo a esperar a partir de las tres de la tarde el clásico "cordonazo" de la furia del Cielo con relámpagos y truenos al momento de expirar Jesús en la Cruz en el Calvario y otear el camino para ver pasar la figura del Judío Errante; aquel zapatero sin corazón que una tarde le negó a Jesús una silla en su taller para reposar su cansada anatomía y que por eso fue condenado a vivir recorriendo errante los camino

Poema al Genízaro de Nagarote

!Genízaro, tú eres el símbolo de la humanidad, y estás enlazado a su historia, desde el principio de su trayectoria. Genízaro del bien y de la amistad. Tú estas con nosotros los nagaroteños, te llevamos en el alma y estas presente, Te rendimos tributo, es nuestros sueños, Los nagaroteños estamos pendientes. Vive de cara al cielo y en tu tierra Nadie puede igualarte s u linaje El símbolo de paz sobre la guerra, Y adorna a Nagarote de su paisaje. Al llegar la lluvia fuerte, Se desprendió la rama y cayó al suelo, No pudo resistir los mas fuerte, Pidiendo clemencia al cielo. Extendió su divina mano Como un noble anciano, En el parque pasan los caminantes, Tendiéndole el brazo suplicantes Le pido que me ayuden, mi historia se viste, El 31 de diciembre les doy alegría y derroche, Hoy los nagaroteños están dolientes y tristes, El 16 de octubre fue el silencio de la noche. Profesor José Angel Palacios Pérez.

El gritón

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     Bueno, y es que a mi abuelo le salió de todo, él era perseguido por El Cadejo , a él le salió El Mosmo , a él la Chancha Encaitada , La Mona , El Gritón , a éste así lo llamaban porque antes así se comunicaban los campistas, con gritos, para saber quién andaba “poraí”, ese señor que quedó sin cabeza era un hombre que andaba buscando unas vacas que se le habían perdido, hay andaba montado en su caballo gritando: ¡Hay va hom! se metió a la espesura de la selva en el cerro El Chonco y con mala suerte que el caballo se asustó por los rugidos del tigre que andaba cerca y sale a todo galope el animal y pasa por unos bejucos que estaban colgados y le pasa arrancando la cabeza al pobre hombre y el caballo se desnuca, así andaba sin cabeza y todavía montado en su caballo.      Mi abuelo lo escuchaba de vez en cuando, hasta que un día se topó con él. Esa noche lo escuchaba bien cerca ¡Hay va hom! gritando, y rápido se puso su chaqueta de dril al revés y sacó su

El gallo pinto nicaragüense… abovecultura gastronómica...

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Escrito por el Dr. Juan Espinoza Cuadra México Octubre de MMXI   Semilla de cereal expandido en el seudotrapecio nicaragüense, de norte a sur, imprescindible desde lo mínimo y básico hasta lo frívolo. Un chef adorna cada platillo con el arroz, vistiéndolo mestizo y encaratulándolo anglosajón, a la de Batman y Robin, con el frijol. Leguminosa y cereal, cereal y leguminosa, la mezcla astral. Desde la preparación, en la sartén, la lámina plana con su premonición alisea de los bordes, el fuego en la hornilla, el aceite caliente, los trozos picaditos de cebolla se queman infundiendo un aroma sobrenatural. Eriza la piel el crujir. El aroma penetrado desde la infancia, recorre ciclos interminables de acontecimientos y detalles. La señora de la fritanga, la empleada que nos convida, el restaurante que en su detalle del menú, lo hace Señor de la ansiada ingesta. El gallopinto es una sola palabra, sin separación. La mezcla es el secreto de cada anfitrión. Seco, transparente, aromá

La mujer vestida de blanco de Carazo

Escrito por Alberto Cano Esteban      Supuestos espantos como "La Cegua" y "La Carreta Nagua", mantienen atemorizados a los pobladores del sector próximo a Las Marías, incluido el reparto Luis Vanegas, en el municipio de Santa Teresa, mientras hay personas que aseguran que también han visto el "espanto" de una mujer vestida de blanco que se pasea por toda la carretera hasta llegar a la entrada de Santa Teresa.      Jorge Araya Ramos, habitante de Las Marías, y uno de nuestros entrevistados en torno a las presuntas apariciones, sostiene que a él mismo le salió en dos oportunidades la "Carreta Nagua", "y no estoy mintiendo, esto no es "Cuento de Lencho Catarrán" explicó el campesino.      Dijo que en dos oportunidades ha estado frente a frente con el "espanto", pero que no le ha demostrado miedo, más bien lo amenazó con un machete "y así me he dado valor, aunque la primera vez que lo vi fui a parar a la cas

Los duendes que no emigraron

Escrito por Martha Isabel Arana  Orlando, Florida 2008      Un poco desorientada por los ojitos curiosos de los sobrinos ya grandes y los nuevos vecinos que llenaban de alegría las calles de su antiguo barrio, buscaba consuelo en los recuerdos del último día que estuvo en su tierra, añales atrás. La mañana aquella bonita y fresca que quedó para siempre grabada en su corazón. El día aquel que salió con una maletita vieja y una caja de encargos olorosa a quesos y pinolillo para los parientes lejanos que le habían enseñado a querer, pero que jamás había visto. Recordaba la inocencia con que marchó al norte, pensando que en los Estados Unidos no habría café, ni frutas, ni panes, porque la gente que regresaba no paraba de decir que extrañaba mucho las rosquillas, los jocotes y el cafecito del norte.      Volvía ahora con un corazón cambiado, con los ojos llenos de mundo y con nuevas experiencias limpiamente organizadas en su maleta nueva. Ahora sabía de computadoras, prepa