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Margarita y Margaritas

Cuando escribí "Y quién es Margarita?", poco me imaginaba que se convertiría en meses posteriores en uno de los temas más visitados de mi blog. Nunca pensé que el poema que un día el Padre del Modernismo Hispanoamericano dedicara a Margarita Debayle en la Isla El Cardón (Chinandega, Nicaragua), despertara tantas emociones y recuerdos tiernos, no solo en el mundo de habla hispana, sino en lugares tan lejanos como las primeras memorias que nos acercan a los famosos versos de la princesita decidida y valiente que se atrevió a cortar una estrella sin permiso de papá. "El poema me remonta a mi niñez, cuando mi madre (tía, abuela, nana) me contaba la historia" es el comentario principal de los admiradores de Margarita. El placer de conocer un poco más acerca del lugar donde se originó, quién fue Margarita Debayle y bajo qué circunstancias Rubén Darío escribió su poema, nos fascina a todos. En una mezcla de curiosidad, sensaciones dulces e imborrables recuerdos

The Story of La Purísima and La Gritería

"The Spanish colonizers brought Catholicism and traditional religious celebrations to Central America. With fervor and piety, the native populations embraced Mary as their Patron Saint and church ceremonies were adopted and modified to mix with the native culture. There does not appear to be any one definitive history of how the veneration of Mary became a cultural custom in Nicaragua. The story is pieced together from a variety of explanations but tells us that the veneration of Mary began in 1562. Her image came to the village of El Viejo, carried by Pedro Alonso Sanchez de Zepeda y Ahumada, the brother of Saint Teresa of Avila, while traveling to Peru. Forced to remain while a tropical storm passed, he placed the statue of Mary in the local basilica. News of the image traveled through the region and many natives came see, pray, and worship the image. When Don Pedro departed, people traveled to the port to say goodbye to the beautiful image.  A new storm forced his return, and t

...La chicha y la cajetilla!

La primera semana de diciembre por lo general nos llena de nostalgia a los nicas que vivimos fuera del terruño. Muchos de nosotros estamos en lugares distantes donde no hay otros pinoleros cerca, y nuestros pensamientos y deseos vuelan recordando aquellos tiempos cuando celebrábamos las purísimas en esta época , visitando altares, rezando novenas, alegrándonos con el alboroto de los chavalos pidiendo dulces, o sintiendo en el ambiente el olor a pólvora de las triquitracas y carga cerradas que iluminaban el cielo de nuestras ciudades en una alborada eterna en honor a La Conchita , como le decimos de cariño a la Virgen de Concepción. He notado en estos días que muchos nicas han utilizado la internet para buscar temas relacionados con esta hermosa tradición: novenas, cantos, historia. Quizás como queriendo encontrar algo que recuerde y nos haga sentir cerca de nuestras memorias más queridas. Dejo esta semana, en la página principal, todos los temas relacionados a la Purísima que

¡Se me apareció el Cadejo!

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Yo conocí al Cadejo. Dicen que existen el negro y el blanco. Con el que yo me topé fue con el blanco; más bien diria yo: “bayo”. Porque como estábamos en invierno, el pelo de los animales blancos se manchan; “algo así como: “si se hubieran revolcado en una palangana repleta de jugo de mamón”. Vivía entonces en la comarca de “Pochocuape”, y casi todos los sábados, por las tardes, bajaba a “El Kilocho” a visitar a mis amigos; y con ellos; montados todos en briosos caballos, nos echábamos a las carreras; allá por el Siete Sur; donde el gobierno de Somoza Debayle había construido un desagüe; cuya correntada de agua, “cuando llovía”, caía en la profunda laguna de Nejapa. Esa tarde, por primera vez en mi vida; había tomado a escondidas, el revolver 38 de mi padre; no sé por qué, pero tuve un raro presentimiento; lo tomé y lo puse en su lugar varias veces, y por fin, “decidí llevarlo a pasear conmigo”. Ensillé pués una yegua mora que mi padre me había regalado, y me enru

No dejés de estudiar David

A hora veo que tienen zapatos, le digo a David que luce orgulloso un par de chinelas de hule de diferente color, una azul y una transparente. El año pasado que visité San Jacinto, el niño que me asistió como guía turístico en los hervideros del Volcán Telica andaba descalzo. ¡Me las regaló una gringa! Me dice David bajando la cabeza y retorciendo con su dedito un cordón negro que lleva atado al cuello un par de anteojitos de lentes gruesos. ¡No seas mentiroso! le reta Karina, la otra chavalita que se ha ofrecido entre tantos otros niños para contarme las mismas historias que narran de memoria, con amplio vocabulario y hasta en inglés a todos los turistas. Me mira a los ojos y continúa con una asombrosa retahíla... usted cree que una gringa le va a regalar esas chinelas tan feas? ¡No fregués, tu papa te las compró en el mercado! Lo que pasa es que este chavalo ahora solo tiene en la boca a los gringos porque como una gringa le regaló esos anteojos que anda, solo gringos tiene en

Quién causa tanta alegría?

Nicaragua es un país rico en costumbres y tradiciones. De todas ellas, una que sobresale y con gran devoción celebramos la mayoría de pinoleros es la Gritería o Purísima . A través de esta fiesta que se celebra el 8 de diciembre rendimos homenaje a la concepción inmaculada de la Virgen Santísima. De acuerdo al origen de esta fiesta, el historiador Edgardo Buitrago Buitrago escribe, "Muy a principios del siglo XVIII, los Frailes Franciscanos que ocupaban el antiguo convento en honor de San Francisco -donde hoy es el Instituto Nacional de Occidente- celebraban en diciembre novenarios en honor a la Inmaculada Concepción, y era tanta la gente que llegaba que no cabía en el templo ni en el atrio y viendo el entusiasmo y devoción del pueblo, instaron a la gente para que rezaran en sus casas a fin de que nadie se quedara sin rezar...." Comenta la señorita Teresita Ramírez Parajón que "su tatarabuela, doña Magdalena Valdivieso... refería: que en la Iglesia de San Francisco se

Nostalgia por la Gritería

Quisiera hoy contemplarte noche nicaragüense a la hora en que tu cielo se enciende de colores, en la grandiosa fiesta del 7 de diciembre. Quisiera hoy contemplarte suelo nicaragüense al tiempo que los bronces de todas tus iglesias, en devota oración, rememoren alegres el augusto misterio: La Limpia Concepción de la Virgen María. Más la distancia cierta solo permite ahora, que vuele el pensamiento a presenciar la fiesta de pólvora que otrora, llenaba de alegría mi infantil fantasía. ¡Cómo te extraño ahora! nicaragüense cielo! En la noche sublime de nuestra "Gritería" en que ángeles y hombres festejan a María. ¡Cómo te extraño ahora nicaragüense cielo! Cuando lejos de tí, y sumergida en recuerdos solo puedo decir: Mientras yo aliente vida, donde quiera que esté, el 7 de diciembre de leonesa raigambre jamás olvidaré. Emma Fonseca C. (Caracas, Dic 1987)