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La costumbre de hacerse cegua (o segua)

Dicen en mi pueblo, que hay mujeres que tienen la costumbre de convertirse en ceguas , con la sola intención de perseguir a los hombres trasnochadores, castigarlos y dejarlos medio muertos del susto, tirados en la calle, todos "jugados de cegua" (tontos o mudos). Se comenta entre las vecinas, que estas ceguas son brujas que vomitan el alma para transformarse en mujeres jóvenes cuyas características son sus cabellos largos de cabuya, cáscaras de plátano verde en la boca y la habilidad de "trabajar en equipo" comunicándose entre ellas a través de silbidos y señas para acosar a su víctima. Pienso yo, ingeniosa idea han adoptado algunas mujeres de nuestra región para combatir a su manera ciertos males de la sociedad como el alcoholismo o la promiscuidad. La cegua o segua (con la variante "s") es una leyenda que compartimos los nicas con otras regiones del istmo. Por ejemplo, este blog guatemalteco cuenta, además de otras interesantes historias, esta versió

La Llorona

Si bien esta leyenda es conocida por todos, comparto aquí algunos fragmentos de La Llorona en Milagros Palma: Senderos Míticos de Nicaragua . En general la historia se trata de una indita que se enamora de un blanco a pesar de las advertencias de su madre. Queda embarazada, tiene un niño, pero cuando le ruega al blanco que la lleve con él, este se embarca dejándola desesperada y llena de dolor. Furiosa arremete contra la criatura: "-Mi madre me dijo que la sangre de los verdugos no debe mezclarse con la de los esclavos. Entonces se fue al río y votó al muchachito y ¡pam! se oyó cuando cayó al agua. Al instante se oyó una voz que decía: -¡Ay madre!¡ay madre!¡ay madre!... La muchacha al escuchar esa voz se arrepintió de lo que había hecho y se metió al agua queriendo agarrar al muchachito pero entre más se metía siguiéndolo, más lo arrastraba la corriente y se lo llevaba lejos oyéndose siempre el mismo lamento: ¡Ay madre!¡ay madre!¡ay madre! La muchacha afligida y tras

La mona enamorada

  Fragmento escrito por M. Haydee Brenes Flores Fue don Luis Delgado, hoy de 72 años, quien a los 17 se ganó la admiración de todos los vecinos cuando armado de un varejón de jícaro corrió tras una mujer convertida en mona que lo asediaba. La supuesta mona era Mercedes, una novia del señor Delgado, originaria de Rivas, que habitaba muy cerca del INA, una empresa de transportes de granos básicos en la cual él trabajaba. "Yo comencé a sospechar desde una vez que vine de Granada y pasé por su casa antes de venirme a mi vivienda, y ella me contó de unas cosas que habían pasado aquí. Pensé que había visitado a mi mamá, pero cuando pregunté me dijeron que no había llegado nadie y lo que habían visto era una mona colgada de un palo de jocotes cerca de la ventana de mi cuarto", relató el señor Delgado. Sin embargo, la mona continuó apareciéndose en su casa todas las noches. Ya cansado, un día que iba a una diligencia observó que venía detrás de él y le digo

Los coyotes y el cadejo de el Riguero

  Fragmento escrito por M. Haydee Brenes Flores Las mujeres que habitaban el barrio Riguero sentían más temor de las manadas decoyotes que todas las noches pasaban por la calle principal hacia lo que hoy es el barrio Campo Bruce, en ese tiempo un lugar montoso, con puros charrales de papaturros que daban formas a las supuestas apariciones que los hombres aseguraban se veían por el lugar. El cadejo negro era una de las apariciones que más comentario causaba porque decían mataba a los perros que ocupaban los primeros vecinos para ir a cazar venados, conejos, cusucos y codornices. "Este mismo perro negro con ojos endemoniados seguía por los polvorientos caminos a los que salían por las noches y les eran infieles a sus esposas, se alejaba de ellos hasta que le pedían perdón e intercesión a la Virgen María que les enviaba al cadejo blanco para cuidarlos"comentaron los vecinos. Fragmento tomado de Los dias del coyote y la mona enamorada - END, 2 de septiembre de 2002

La Negra Camila

     Famoso es en la ciudad de León el espanto de la Negra Camila. Aunque también me han contado que se aparece en Masaya rondando las calles y haciéndole maldades a los borrachos. Según la leyenda, a como a mí me fue contada, la Negra Camila se aparece con un puro y una botella vacía, ofreciéndose a los bolos que tienen la mala fortuna de tropezarse con ella. Dicen que se divierte con los pobres desdichados, intenta besarlos y cuando los tiene cerca se convierte en un espanto horrible con cara de iguana. Otros aseguran que los quema con el puro en todo el cuerpo, o los hace tomar guaro a la fuerza hasta quedar medios muertos y medios dundos .      Según los escritos de Edgar Escobar Barba, "en vida ella tuvo su jardín de flores a donde llegaban las muchachas y los muchachos a buscar consuelo en asuntos del amor y que ella les proporcionaba, rematando con alguna flor, y por eso la gente envidiosa empezó a decir que era bruja porque funcionaban sus consejos. Su éxito se lo achac

El Barco Negro

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Isletas de Granada - Lago Cocibolca, Nicaragua Cuentan que hace mucho tiempo, ¡tiempales hace! Cruzaba una lancha de Granada a San Carlos y cuando viraba de la Isla Redonda le hicieron señas con una sábana. Cuando los de la lancha bajaron a tierra sólo ayes oyeron. Las dos familias que vivían en la isla, desde los viejos hasta las criaturas, se estaban muriendo envenenadas. Se habían comido una res muerta picada de toboba. ¡Llévennos a Granada!- les dijeron. Y el capitán preguntó: ¿Quién paga el viaje? No tenemos centavos, dijeron los envenenados, pagaremos con leña, pagaremos con plátanos. ¿Quién cortará la leña? ¿Quién cortará los plátanos? dijeron los marineros. Llevo un viaje de chanchos a Los Chiles y si me entretengo se me mueren sofocados, dijo el capitán. Pero nosotros somos gentes, dijeron los moribundos. También nosotros, —contestaron los lancheros—. Con esto nos ganamos la vida. ¡Por Diosito! —gritó entonces el más viejo de la isla— ¿No ven que si no

Los bultos o aparecidos

Uno de los espantos más temidos en Nicaragua es el bulto, o aparecido. Estos salen en las noches solitarias a los hombres trasnochadores que cruzan la ciudad o los caminos, apresurados por regresar a su casa. Dicen que los aparecidos son blancos, y que parecieran como una nube o una sombra rodeada de niebla. He escuchado algunas versiones diferentes de lo que sucede a los hombres que se tropiezan con el temido bulto. Unos dicen que mueren de susto, otros dicen que quedan dundos o tontos. Enrique Peña Hernández en su libro Folklore de Nicaragua sugiere lo que el hombre "que viene preparado" debe hacer: "El indio repuesto de la primera impresión, echa mano a su cutacha de cruz; y, si lleva prisa, avanza rápidamente y la pasa metiendo de punta en la cabeza inconsistente del muerto, incontinenti desaparece éste, como por ensalmo; y se oye el ruido de un mosquero alborotado. Si el tunante no lleva prisa, se acerca despacio al bulto acostado, le clava la cutacha en la