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El Barco Negro

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Isletas de Granada - Lago Cocibolca, Nicaragua Cuentan que hace mucho tiempo, ¡tiempales hace! Cruzaba una lancha de Granada a San Carlos y cuando viraba de la Isla Redonda le hicieron señas con una sábana. Cuando los de la lancha bajaron a tierra sólo ayes oyeron. Las dos familias que vivían en la isla, desde los viejos hasta las criaturas, se estaban muriendo envenenadas. Se habían comido una res muerta picada de toboba. ¡Llévennos a Granada!- les dijeron. Y el capitán preguntó: ¿Quién paga el viaje? No tenemos centavos, dijeron los envenenados, pagaremos con leña, pagaremos con plátanos. ¿Quién cortará la leña? ¿Quién cortará los plátanos? dijeron los marineros. Llevo un viaje de chanchos a Los Chiles y si me entretengo se me mueren sofocados, dijo el capitán. Pero nosotros somos gentes, dijeron los moribundos. También nosotros, —contestaron los lancheros—. Con esto nos ganamos la vida. ¡Por Diosito! —gritó entonces el más viejo de la isla— ¿No ven que si no

Los bultos o aparecidos

Uno de los espantos más temidos en Nicaragua es el bulto, o aparecido. Estos salen en las noches solitarias a los hombres trasnochadores que cruzan la ciudad o los caminos, apresurados por regresar a su casa. Dicen que los aparecidos son blancos, y que parecieran como una nube o una sombra rodeada de niebla. He escuchado algunas versiones diferentes de lo que sucede a los hombres que se tropiezan con el temido bulto. Unos dicen que mueren de susto, otros dicen que quedan dundos o tontos. Enrique Peña Hernández en su libro Folklore de Nicaragua sugiere lo que el hombre "que viene preparado" debe hacer: "El indio repuesto de la primera impresión, echa mano a su cutacha de cruz; y, si lleva prisa, avanza rápidamente y la pasa metiendo de punta en la cabeza inconsistente del muerto, incontinenti desaparece éste, como por ensalmo; y se oye el ruido de un mosquero alborotado. Si el tunante no lleva prisa, se acerca despacio al bulto acostado, le clava la cutacha en la

La Leyenda de la Carretanagua (Nahua, Nahualt)

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La carretanagua , sale en las noches oscuras de mi pueblo, sembrando terror entre los asustados vecinos que aunque no la ven, escuchan su infernal paso por las antiguas calles de la ciudad.  Dicen que al llegar a las esquinas se esfuma, que no dobla, más bien vuelve a aparecer despacio anunciando una muerte segura en la calle que sigue. Los valientes que se han atrevido a espiar su paso desde la oscuridad de las sombras afirman que va conducida por la Muerte Quirina. Otros insisten que nadie la guía, más que un par de bueyes flacos y huesudos. Va buscando víctimas y carga eternamente las almas en pena de las personas que gozan haciendo el mal de sus vecinos del barrio con sus chismes, maldades y venganzas. "Por las noches, en el silencio de los caminos solitarios se oye pasar la misteriosa carreta. Los perros y las personas que se atreven a ver aquella carreta nagua quedan con fiebre del tremendo susto de la aterradora visión. Algunos pierden el habla por varios días y hast

¿Alguna vez viste al cadejo?

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La imaginación del nicaragüense es rica en detalles. En un dos por tres, cualquier persona que no entendió un cuento, lo enredó y lo volvió más sabroso. No existe una plática de amigos, donde tarde o temprano no aflore alguna leyenda y el narrador jure y perjure que eso mismo le pasó a él/ella o algún conocido de su familia. Nunca se sabe si el cuento es verdad, o es mentira, pero en realidad, eso es lo de menos. Todos preferimos deleitarnos con la historia y aprendérnosla bien, porque algún día, seguramente, nos servirá para volver a contarla cuando el asunto de los espantos salga a relucir otra vez. Son muchos los nicas que aseguran haber tropezado con el temido Cadejo. Según la versión popular, son dos Cadejos los que deambulan por las calles solitarias de mi tierra. El Cadejo tiene forma de perro, grande, con temibles garras y un sonido especial al caminar. Aparecen al anochecer, y desaparecen cuando los primeros rayos del sol alumbran un nuevo día. El Cadejo Blanco, es guía y pr

El espíritu del tesoro enterrado de Sutiava

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En la comunidad indígena de Sutiava, en la ciudad de León, se cree que dos veces al año sale de las aguas tibias del balneario de Poneloya, el espíritu de un tesoro enterrado. Esta aparición nocturna que aparece en semana santa y agosto, tiene forma de un cangrejo gigante, dorado porque es de oro, y con ojos brillantes como piedras preciosas. Recorre el camino que va de Poneloya hasta llegar a Sutiava (variante Subtiava o Sutiaba), dando vueltas en las esquinas principales de la ciudad, cruzando puentes, recorriendo calles, cruzando plazas, esquivando las manos de los más atrevidos que pretenden atraparlo y que al pasar cerca de él, quedan sin poder moverse y mudos por varios días. Según la historia, la leyenda del "punche (cangrejo) de oro" como es popularmente conocida, nace después que los conquistadores ahorcaran al Cacique Adiac en un gran árbol de Tamarindo que aún se preserva, mudo testigo de los tiempos. Se comenta entre los leoneses que el cacique está encantado y

Cuentos del Cerro de Oro

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Don Hilario Vanegas, del Consejo de Ancianos de Sutiaba, en León, nos platicaba de las cosas raras que pasan en el Cerro de Oro que queda por el lado de Abangasca. Parece que ese mismo cerro es el que los indios llamaban Cerro de los Cuatro Vientos. Cuenta la tradición que allí estaba Adiact, el último cacique indígena, cuando fue apresado por los españoles y asesinado. Bueno, pues por allí pasaba don Hilario una mañana del mes de Noviembre con su carreta cargada de leña cuando faaa..., se le zafó una rueda: - "Hombre, carajo... ¿cómo hago ahora? ¡Yo no apeo esa leña...! ¡Ah, ya sé, vaya buscar una pluma! Con un ganchito ahí, la palanqueo, la levanto y le meto la rueda". Don Hilario se metió al monte y cuando venía ya con el gancho... : - "Eh... ¿y esa chavala linda? ¡Linnnda la muchacha! De un color bonito y toda vestida de blanco, todo, todo, zapatos y todo. No más verme me dice: - ¿Ya tiene el ganchito? - ¡Vaaa!, le digo yo. Pero ya la rueda está

Los Zahoríes

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"Cuentan los indígenas que hace mucho tiempo existieron los Zahoríes, seres muy extraños de ambos sexos que tenían el poder de adivinar el futuro y el pasado de las personas. Su aspecto era deforme y feo, con un cuerpo raquítico y una cabeza desproporcionadamente grande. Los Zahoríes tenían una ranura en forma de cruz en cielo de la boca y no podían articular palabras; se comunicaban por medio de señas y chillidos, que eran interpretados por sus familiares. Era común que permanecieran acostados, ya que el peso de su cabeza los dominaba y no les permitía andar. Los pobladores no les tenían miedo, al contrario, llegaban a consultarlos con frecuencia, pues aseguraban que el poder de la adivinación era un don verdadero. Las consultas eran pagadas y recogían mucho dinero, pero aunque siempre daban a la persona la información que buscaban, se negaban a atender a aquellas que sabían que sólo llegaban para conocerlos y burlarse de ellos." (Fuente: House of pinol ) Interesante defini