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Los poderes mágicos del árbol de Chilamate

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     "Me dijo una señora de la Costa Atlántica que el árbol de chilamate en cuanto florece, su flor cae a la tierra. Además, no florece de las ramas como otros árboles, sino del tronco. Continuó diciéndome que en el mundo de los que conocen la magia saben que uno tiene que estar listo con un paño que sea cien por ciento algodón para esperar la caída de la flor. Si uno logra capturarla antes que toque el suelo, con este acto usted acaba de obtener la cita con el demonio o ángel caído, ya que la leyenda dice que el diablo no te lastimará solo por el hecho de tener valor suficiente de enfrentarse a él y tiene merecido pedirle cualquier cosa. Se dice de estas personas que de la noche a la mañana se han vuelto ricas debido a que tuvieron valor de enfrentarse al diablo y pedirle algo.      Bueno y después conocí a un señor de Granada que me dijo que él había hecho todo esto en la playa del Lago Cocibolca, en uno de los árboles que se observan ubicados donde se rentan las lanchas y l

Nos asustan en mi casa de Nagarote

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Es muy raro, me atrevería a decir casi imposible, que exista un nicaragüense que no tenga un vecino, familiar, o amigo que no sepa el cuento de alguna casa que "asusten". Desde la internacionalmente conocida Quinta Angélica, hasta una casa en Managua en la cual yo misma fui testigo de uno que otro fenómeno misterioso, no hay familia que escape inmune a este tipo de relatos. "En esta casa asustan" le confesó hace poco una amiga a mi mamá. Así le aseguró la última vez que fue a visitarla a Nagarote, municipio de León. Esta familia tiene ya un año viviendo en esa casa y nadie les había contado que en ella asustaban. La verdad, dicen ellos, es de que se alegran que no haya sido así, pues de otra manera hubieran estado prejuiciados. "Escuchamos todas las noches cosas que se caen, vamos a ver y no es nada. Oímos pasos que recorren los cuartos y una presencia que atraviesa la cortina de bambúes que tenemos en la sala, haciendo el mismo sonido que hace al trasp

El espanto de don Odilón y su puesto de agua

Los nicas tenemos una imaginación rica, nos encanta buscar explicaciones, nos dejamos llevar por rumores y deseosos de comentar algo misterioso, llegamos a conclusiones que muchas veces distan de ser una solución lógica. Así sucedió con el caso de Don Odilón, según narra Denys Rocha, testigo mismo del hecho. "Como les venía diciendo, don Odilón había muerto hacía tres días y la gente tenía miedo pasar de noche por el callejón donde estaba el puesto de agua que él había manejado en vida. Es que se había regado la noticia que a las doce de la noche se oía el ruido del carrillo y el malacate dando vueltas como si alguien jalara agua del pozo y la trasladara del balde a la pileta. Los vecinos del difunto afirmaban que a través de la rendija de la casa habían visto la silueta de un hombre encaramado en el brocal del pozo en plena faena. Todas estas bolas llevaron al vecindario a la conclusión que don Odilón estaba saliendo. "Seguramente anda en pena porque su súbita muert

La sombra

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Con más de un siglo de antigüedad, las casas de la ciudad de León esconden misterios tan increíbles como la imaginación de sus habitantes, quienes conversando en las aceras de sus casas, o compartiendo con los vecinos, mantienen vivas estas historias para el deleite de nuevas generaciones. En el corazón de estos caserones, amplios corredores bordean patios interiores que han sido testigos mudos de eventos ocurridos a través de los años. Situaciones que por no saberse a ciencia cierta han dado pie a toda clase de especulaciones y cuentos.  José Ernesto Arana quien reside en esta ciudad, me comentaba lo que presenció una noche, en la casa donde alquila en la actualidad. "León es una ciudad caliente en tiempos de verano. La única forma de poder dormir es abriendo las puertas de los cuartos que dan al patio y los corredores para sentir la brisa fresca de la madrugada. Una noche estaba yo durmiendo con las puertas y las ventanas de mi cuarto abiertas. Una de las puertas y la ven

Verde es el río

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“ Mi reino vivirá mientras estén verdes mis recuerdos .” José Hierro ¡Aquí todo es verde! Verde el camalotal de las vegas. Verdes los guabos y sus vainas henchidas de habas dulces. Verdes las iguanas tendidas al sol. Verdes sus crestas férreas y altivas. Verdes los chocoyos que pasan en bandadas o se almuerzan en jubilosa algarabía un guayabal. Y las tortugas hurañas que saltan de sus troncos viejos se zambullen y luego se pierden. Verde el canto de las oropéndolas cuando terminan de colgar sus nidos. Verdes las hormigas náufragas sobre algas a la deriva. Verde el sombrero de hojas que se hacen los niños para esconderse del sol en el reflejo del río. Verde-rojo. Verde-azul. Verde-amarillo. Verde-marrón. Verde las loras. Verde los garrobos. Verde los chichimecos. Verdes como el viento que despierta a la mañana. Verde la lluvia fresca sobre el ramaje de los mangos. Verde, a veces, el vientre suculento de las ceibas y la sombr

Cuentos y leyendas de los Indios Matagalpas

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Cuento # 1. La leyenda de Yasica y Yaguare Yasica Yasica, era la hija de un guerrero de la tribu matagalpa que vivía al este del actual departamento de Matagalpa, y que se escapó de su pueblo con Yaguare siguiendo consejos de un anciano de que ambos formarían un gran pueblo donde nace el río Ucumulali (Río Grande). Yaguare Yaguare, era hijo del cacique Yaguan que hastiado de las continuas guerras con los sumos huyera con su novia, y juntos fundaron el poblado de Matagalpa (Arriba en las piedras. Según el padre Guillermo Kiene) Para el año 1530 los conquistadores españoles ya se habían asentado en la región del Pacifico de Nicaragua, es decir en: Nicaragua (Rivas), Granada, León y El Realejo. Y desde 1527 habían enviado misiones a buscar yacimientos de oro a unas 20 leguas al noreste de León, esto era en los límites de la Taguzgalpa (Tierra de la plata) donde fundaron en 1539 el poblado minero de Santa María de Tologalpa, cerca de la actual ciudad de Ocotal.

Adiós mi lagunita ¡si pudiera llevarte!

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"Algunos años antes de la Conquista de América, regía una parte del territorio de Cuscatlán (El Salvador) un Cacique que tenía una hija, princesa a la vez. Por aquellos tiempos viajaban de norte a sur caravanas de tribus entre México y Centroamérica. Un día, por los dominios del Cacique pasó un indio con trazas de mercader, pero de noble aspecto. Llevaba ricas telas y presentes, y fue recibido cordialmente por el Cacique cuzcatleco. Venía —según decía el viajero— de las posesiones de su padre, en el Reino de Quiché. Una sola vez se miraron el forastero y la hija del Cacique y quedaron prendados uno del otro. Aquella misma noche el galán la requirió de amores y comenzaron a charlar íntimamente: 'Mi región -dijo él - está más allá de las montañas... Mi padre estará contento de que te lleve conmigo.' Ella, embelesada, le escuchaba atentamente, había nacido entre ellos un amor a primera vista. Él insistió en su propuesta: '¿Qué me dices? ¿Quieres irte conmigo a las pose