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Cuentos y leyendas de los Indios Matagalpas

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Cuento # 1. La leyenda de Yasica y Yaguare Yasica Yasica, era la hija de un guerrero de la tribu matagalpa que vivía al este del actual departamento de Matagalpa, y que se escapó de su pueblo con Yaguare siguiendo consejos de un anciano de que ambos formarían un gran pueblo donde nace el río Ucumulali (Río Grande). Yaguare Yaguare, era hijo del cacique Yaguan que hastiado de las continuas guerras con los sumos huyera con su novia, y juntos fundaron el poblado de Matagalpa (Arriba en las piedras. Según el padre Guillermo Kiene) Para el año 1530 los conquistadores españoles ya se habían asentado en la región del Pacifico de Nicaragua, es decir en: Nicaragua (Rivas), Granada, León y El Realejo. Y desde 1527 habían enviado misiones a buscar yacimientos de oro a unas 20 leguas al noreste de León, esto era en los límites de la Taguzgalpa (Tierra de la plata) donde fundaron en 1539 el poblado minero de Santa María de Tologalpa, cerca de la actual ciudad de Ocotal.

Adiós mi lagunita ¡si pudiera llevarte!

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"Algunos años antes de la Conquista de América, regía una parte del territorio de Cuscatlán (El Salvador) un Cacique que tenía una hija, princesa a la vez. Por aquellos tiempos viajaban de norte a sur caravanas de tribus entre México y Centroamérica. Un día, por los dominios del Cacique pasó un indio con trazas de mercader, pero de noble aspecto. Llevaba ricas telas y presentes, y fue recibido cordialmente por el Cacique cuzcatleco. Venía —según decía el viajero— de las posesiones de su padre, en el Reino de Quiché. Una sola vez se miraron el forastero y la hija del Cacique y quedaron prendados uno del otro. Aquella misma noche el galán la requirió de amores y comenzaron a charlar íntimamente: 'Mi región -dijo él - está más allá de las montañas... Mi padre estará contento de que te lleve conmigo.' Ella, embelesada, le escuchaba atentamente, había nacido entre ellos un amor a primera vista. Él insistió en su propuesta: '¿Qué me dices? ¿Quieres irte conmigo a las pose

Los pechos de Ometepetl

Cuenta la leyenda que hace muchos años, en la zona hoy mejor conocida como la Isla de Ometepe, los habitantes indígenas de esa región tenían leyes muy estrictas y no permitían que sus tribus se mezclaran entre sí para formar una nueva descendencia. Sin embargo, una tarde, un hombre joven, fuerte, de nombre Nagrando y perteneciente a la tribu de los Nagrandanos, caminando por la zona encontró su destino en los ojos de Ometepetl, quien pertenecía a la tribu de los Niquiranos. Aún sabiendo que hablarle a la joven no era conveniente, Nagrando no pudo evitar caer hechizado ante la sonrisa de la bella muchacha, ni sentirse turbado ante su deslumbrante belleza. La hermosa Ometepetl de igual manera, quedó perdidamente enamorada del joven guerrero arrebatada por su fuerza y su belleza física. A escondidas se encontraban, lejos del mundo, para entregarse a un íntimo abrazo que sólo a ellos pertenecía. Sin embargo, un día fatídico fueron descubiertos por un cazador que avisó al cacique de la re

Yasica y Yaguare

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Según cuenta el historiador matagalpino Eddy Kürl Aráuz, existió alguna vez, una hermosa niña india que al nacer sus padres "le llamaron Bilguit, que significa algo así como Frágil Doncella . Sin embargo, cuando creció, dio muestras de todo lo contrario, pues le gustaba salir de caza con los muchachos, trepaba con facilidad los árboles más altos, no temía a los animales silvestres, pues se le veía, a veces, jugando con ellos. Incluso, los amigos le llevaban boas que ella gustaba andar en su cuello. Tuvo un coyote que domesticó como un perro, lo mismo, así, con un halcón. Ella corría tan veloz como un venado, nadaba y buceaba como un pez. Con el tiempo, los que la conocieron la llamaban Yasica , que en lengua matagalpa significaba Doncella Veloz . Era muy bella, morena, de ojos y cabello negro y largo. Más recordada era por su personalidad que conjugaba lo valiente con lo amable, la sabiduría con el atrevimiento. Sabía usar el arco como un cazador nativo y hacer sus flechas de taf

La leyenda de la dulce y bella Xalí

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Cuenta la leyenda que una noche de plenilunio, la Laguna de Masaya fue testigo de una hermosa pero trágica historia de amor. Dominaba aquellas tierras el Cacique Nindirí, cuya hija era famosa en la región por su dulzura y belleza. Xalí que era el nombre de la princesa, estaba ya ofrecida en matrimonio a Nancimí, el hijo del Cacique de Jalata. Un día, Kieg, el hijo de un cacique quiché que visitaba esta región nicaragüense quedó locamente enamorado de Xalí desde que la vio, provocando los celos e ira de Nancimí. Nindirí gustaba de Kieg, encolerizando aún más al Cacique de Jalata y su hijo que se sintieron traicionados por su amigo. Puesto que Xalí se había enamorado de Kieg, su padre no vaciló en ceder y permitirles que unieran sus vidas para siempre. Se celebraron grandes fiestas en honor de los novios, pero nunca sospecharon que entre los presentes se encontraría Nancimí preparando su venganza. Abrazados estaban los amantes preparando su vida juntos, cuando una flecha certera atraves

La campana de San Sebastián

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Se cuenta, que allá por los tiempos del Capitán Pedro Gutiérrez y de los Motas y Salazares traían procedentes de España una artística campana de legítimo bronce y de buen quilataje de oro, vibrante, sonora, fina, para la Iglesia San Sebastián en Diriamba. Al atracar la embarcación a la playa, el Pacífico, que a veces no es tan Pacífico, hizo zozobrar la embarcación en las vecindades del sitio llamado posteriormente "El Astillero". Una parte de la tripulación pereció ahogada y otra se salvó. La precaria campana se fue al fondo del mar. Mas San Sebastián hizo el milagro de que manos misteriosas llevaran la campana a un sitio oculto, en la playa, que más tarde de denominó "El Mogote", donde fue guardada la campana en una cueva, cuya entrada mira hacia el mar. Las olas embravecidas cuidaban y cuidan la entrada de esa cueva, donde la planta humana no osaba penetrar. Pero los vecinos del pueblo oían en ciertas noches un tropel de caballos que velozmente se dirigían f

La Inmaculada Concepción de Granada

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     Continuando con leyendas de esta región, una señora compartía conmigo el día de ayer la leyenda de cómo apareció la Virgen de la Inmaculada Concepción en Granada, según la versión que ella escuchó de niña. Según cuentan, siglos atrás, una cantidad grande de mujeres acostumbraba lavar ropa en las orillas del Lago Cocibolca. Ocupadas estaban en su trabajo una mañana, cuando de pronto divisaron un bulto que venía flotando hacia ellas en las aguas del Gran Lago de Nicaragua.      Lo extraño del caso es que parecía que el bulto no se dejaba atrapar. Cuando ya parecía que se acercaba a la orilla, volvía alejarse con el vaivén de las olas. Las mujeres asustadas y curiosas, decidieron llamar a los frailes para ver si estos tenían una mejor solución al enigma. Cuando los hombres de fe llegaron a la orilla, la caja flotante pareció entregarse en sus manos. Cuenta la leyenda, que al abrir la caja, encontraron 2 imágenes de la Virgen Santísima. La Virgen de la Asunción fue e

El Viejo que nos trajo a "La Conchita"

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"El 13 de mayo de 2001, la Conferencia Episcopal de Nicaragua oficializa en la Basílica Menor del municipio de El Viejo (departamento de Chinandega) el nombramiento de Patrona Nacional a la Virgen del Trono o Concepción de María" - E. Manfut "Santa Teresa de Jesús, a quién crónicas y memorias llaman la doctora de Avila, tenía un hermano, llamado Francisco de Ahumada, bien entrado en años, cuando comienza el discurso de esta sin par historia y a quien dióle la Santa el encargo de dotar a las tres catedrales más célebres de Indias de tres esculturas de la Virgen Santísima, bajo tres distintas advocaciones. Así: la del Carmen, a Guatemala; la de Concepción, a León de Nicaragua; y la de Mercedes, a la llamada ciudad de los Virreyes de Lima. (...) Llegó al punto del Realejo y de aquí siguió su viaje a Chinantlán, en donde hizo alto para continuar al otro día su andanza. Muy de mañana, aderezadas las cargas y caballeros en mula partía don Francisco de Ahumada, mas es

La poza misteriosa

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Teniendo mi país un clima tan caliente, no hay nada más delicioso que encontrarse en el camino con alguna poza fresca, refugiarse en sus aguas, y protegerse en ellas del inclemente sol, especialmente cuando algún chilamate cubre con su tupido follaje a los acalorados bañistas. Al igual que los lagos y las lagunas de Nicaragua, las pozas también encierran sus misterios, y sobra quien quiera contar alguna experiencia extraña ocurrida mientras disfrutaba un buen chapuzón en la soledad de estos pintorescos parajes. La Poza del Gallo Esta leyenda de la Isla de Ometepe la he conocido de diversas fuentes. La escribo aquí, tal y como la he leído. "Dicen que cuando la gente pasaba por el río El Tistero salían espantos, entre ellos un gallo precioso colorado. Aparecía cantando a las 12 del día y a las 12 de la noche. Los transeúntes se quedaban extasiados viendo al hermoso animal que llevaba un mecate largo amarrado a la pata. Todo el que seguía al gallo con intenciones de

Las Leyendas del Quizaltepe

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En San Lorenzo, municipio del departamento de Boaco, se levanta el imponente monolito de Quizaltepe, uno de los más grandes de Nicaragua, cuya belleza y misterio encanta a las personas que se atreven a explorarlo. "El agricultor Cecilio Solano, de 35 años, afirma que en los alrededores del cerro se cuentan muchas historias sobre duendes, apariciones, espantos y del mismo diablo, así como el canto de un gallo de oro, durante la noche. De igual manera, su papá, don Cándido Solano, asegura que en tiempos de su juventud, cuando tenía unos 14 años, un grupo de sacerdotes salesianos de Granada, subió al cerro a poner una cruz, desde donde se levantaba una gran bola de fuego y dos años más tarde, cayó un rayo en mitad de ella, haciéndola desaparecer. El poblador de la comarca Quizaltepe, Melecio Mejía Flores, coincidió en afirmar que existen varias leyendas sobre el cerro, como el día en que una profesora del lugar y sus alumnos, divisaron en la punta, una docena de niños pequeñit

El llanto de la serpiente

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"Una serpiente encantada vive en las aguas de la Laguna de Masaya y hay quienes dicen que la han visto flotando y la describen con barba larga y cachos. La leyenda cuenta que dos jovencitas estaban enamoradas del hijo del Cacique Tenderí, una de ellas era correspondida, la princesa de Jalata y la otra no. La no correspondida se juntó con otras tres amigas para conquistar al hijo del cacique y en esa búsqueda se dirigió a una adivina, quien le dijo que arriba en la montaña (donde ahora es la laguna), vivía una serpiente que mantenía encantado al hijo del cacique y mientras ella viviera, el amor del joven nunca sería de otra mujer. Por ello tenía que amarrar a la serpiente en el tronco de un árbol de guácimo con los cabellos de las cuatros mujeres hasta que la serpiente muriera y se rompiera el encanto. Una vez amarrada la serpiente empezó a llorar y llorar, pero nunca murió, fue tanto su llanto que sus lágrimas formaron lo que es hoy la Laguna de Masaya." Miguel Flores

La leyenda del Volcán San Cristóbal

Cuenta la leyenda, según leí alguna vez, que el ronco y sonoro Momotombo es en realidad un brujo que fue hechizado y convertido en volcán hace muchísimo tiempo. Sin embargo, cuando aún era brujo, en su ira porque había sido expulsado de nuestra tierra, convirtió varias de nuestras hermosas montañas en los inquietos volcanes que hoy han hecho de Nicaragua su residencia permanente. Una de esas supuestas montañas, convertida a impresionante cono, es el Volcán San Cristóbal, también conocido como El Viejo en la época colonial y que hoy día domina nuestro territorio. Acerca del origen de este coloso, Mayra Pardillo Gómez (Fecha publicación:12/07/2004/Argenpress.Info) escribe acerca de otra hermosa leyenda indígena previamente publicada en la Revista Folklórica Nicaragüense Tata Chombo. "... en una época muy remota un príncipe, cuyas tierras se extendían hasta las cercanías de Matagalpa (al noreste de la capital), vagaba melancólico entre majestuosos ríos y bosques. En el momento en

La serpiente emplumada de la Laguna de Asososca

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"Cuenta la leyenda que sobre las serenas aguas de la Laguna de Asososca, emergían cuatro hileras de rocas sobre las cuales descansaba la techumbre de un templo maravilloso.  Súbditos de Nagrandano y Nequecheri, precedidos por los envejecidos padres de las tribus, llegaban hasta él en frágiles canoas, a depositar al pie del altar sus ofrendas de oro, plata y piedras preciosas al Dios Supremo. Un viejo guerrero, a quien todos respetaban como una divinidad, cuidaba el templo. Tenía músculos grandes, llevaba al pecho poblado de tatuajes y su arrugada piel marcada con cicatrices. Vencedor de cien combates gloriosos por su tierra y por su dios . Una tarde, la princesa Izayana, hija del cacique Nequecheri, la perfumaba con flores de la campiña, llegó a la orilla de la laguna acompañada por los conquistadores españoles, pretendiendo entrar al templo, creyendo que estos eran los hijos del sol. El fiero guardián no comprendió el engaño del que había sido víctima Izayan