El hombre de la Paula Pasos
Escrito por Orlando Ortega Reyes (Fragmento tomado del blog Los hijos de septiembre ) Para conocer el origen de esta expresión en particular debemos remontarnos a la ciudad de Rivas, tal vez a los años cuarenta. En esa época se hizo famoso un estanquillo que tenía una señora llamada Paula Pasos. La señora en cuestión se esmeraba en servir el mejor guaro de la región, además de unas bocas y platillos “discutidos” como se decía, prueba de lo anterior era el famoso mondongo de los lunes. Se comentaba que la citada señora tenía un carácter fuerte y un espíritu comercial bastante agudo y relataban en el pueblo que cuando la demanda superaba la oferta de mondongo, sólo con el objeto de no defraudar a los clientes, se permitía agregarle agua a la sopa y a introducirle una candela de sebo. No obstante, para curarse en salud, advertía a los parroquianos: -No quiero que nadie me reclame por la sopa. La mujer en referencia tenía un compañero de vida que era aficionad