Acérquese un poco, Don Pascual, acérquese, así le voy contando y mientras tanto usted va sintiendo cómo se le quita el frío. Le digo: Que yo recuerde, que yo haya oído, de lo que usted me pregunta mucha gente habla. Mire, dicen que ella era una mujer que se había hecho rica de la noche a la mañana. Y eso siempre levanta habladurías. Así es la vida, pués. Un vecino de ella, una noche vió que un ganado se iba para la casa de la mujer. A la noche siguiente, un poco antes de medianoche el hombre, entre intrigado y curioso, se acercó a la casa de la vecina y óigame bien qué fue lo que vió: La mujer estaba rezando el Padre Nuestro al revés. Dió tres vueltas hacia atrás y dijo: Abajo carne. Abajo carne Abajo carne ¡Y Toda su carne se cayó al suelo!. ¡Quedó sólo su esqueleto! y de repente, ¡se transformó en mona! Después, salió a hacer su correrías, a robar a sus vecinos, pués. Cuando regresó con lo robado, se fue al mismo lugar, rezó el Padre Nuestro al derecho, dió tres maza